A pesar de los brotes que se han ido sucediendo por todo el país en los últimos días, el Gobierno considera que “la pandemia está controlada” en España y este viernes su portavoz, María Jesús Montero, ha asegurado que los rebrotes de la enfermedad estaban previstos, tal y como ha pasado en otros países. También, que Sanidad y las comunidades están ejecutando una buena vigilancia, desde los casos más pequeños. Según ha dicho, en las residencias de mayores un solo caso de coronavirus es ya considerado un brote.
“En un tema tan sensible como las residencias, un solo caso tiene consideración de brote y tiene toda la vigilancia del sector sanitario”, ha asegurado en la rueda de prensa al término de un Consejo de Ministros extraordinario.
Montero ha insistido en los criterios de alerta y en la cautela, pero también ha indicado que los rebrotes estaban previstos en la estrategia del Gobierno y las comunidades. “No es por ser agorera, sino porque lo hemos visto en gran parte de los países con pandemia, lo hemos visto en China”.
No obstante, ha garantizado que “seguimos muy atentos a cómo se producen los estos brotes porque esto ha sido y sigue siendo un aprendizaje constate” sobre la Covid-19.
Fronteras de la UE
Por otra parte, Montero no ha querido desvelar cuál es la posición de España sobre cuál debería ser el umbral de contagios por encima del cual la UE debería cerrar sus fronteras exteriores a ciudadano de terceros países. Los embajadores permanentes ante la UE han vuelto a reunirse este viernes para intentar elaborar una lista de países desde los que no se permitiría la entrada a partir el 1 de julio, cuando abrirán sus fronteras exteriores. Para ello, antes hace falta consensuar unos criterios, entre el que destaca la ratio de contagios por cada 100.000 habitantes.
En los últimos días, han sonado cifras que van desde los 100 contagios por cada 100.000 habitantes, a los 50 o a una mucho más restrictiva como 20 contagios, para entrar en la UE, donde el promedio actual es de 16 contagios por cada 100.000 habitantes.
La portavoz del Gobierno se ha limitado a insistir en que haya un acuerdo “pronto” -en el horizonte está el 1 de julio, el miércoles que viene- y que sea consensuado en toda la UE, puesto que el Ejecutivo entiende que no tiene sentido que un país europeo prohíba la llegada de personas de un determinado país si puede llegar desde otro Estado miembro que sí le permita la entrada. España defiende que, además de los beneficios, por ejemplo, para el turismo que tendrá la apertura de fronteras, el criterio que debe primar es la “seguridad”.
Fuentes del Gobierno señalan además que un umbral sobre número de contagios debe combinarse con controles de los pasajeros que llegan a Europa.
“Nos vamos a amparar en los criterios que marque Europa, tenemos que hacer un equilibrio entre una apertura gradual y el impacto internacional en una parta muy importante de la riqueza de la UE, que es el turismo, y la seguridad para las personas que llegan y las que ya están”, ha dicho Montero, que ha confiado un acuerdo en Bruselas que “nos permita garantizar que las personas que vengan tengan el mismo tipo de garantías para que no se produzca ningún brote importante, aunque es imposible descartar brotes de personas que venga o que estén asintomáticas”´.
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