Ya tengo un gato en casa y voy a adoptar otro. ¿Cómo proceder para introducirlo con éxito y evitar posibles conflictos?

  • Hay que seguir un protocolo de introducción para que ambos se toleren y puedan llegar a convivir en la misma casa.
  • Antes del primer contacto visual se recomienda el olfativo, una de las principales vías de comunicación del felino.
Una pareja de gatos.
Una pareja de gatos muy cariñosa.
PIXABAY
Una pareja de gatos.

Llegó el momento de ampliar la familia felina y nos hemos decidido a adoptar un nuevo gato. ¿Cómo podemos conseguir que la presentación entre ambos sea óptima? ¿Lograremos que se lleven bien desde el principio? Por supuesto, es factible pero requiere de un proceso o protocolo de introducción para que todo vaya rodado. En este artículo abordamos sus diferentes fases.

Antes de las presentaciones

Antes de introducir al nuevo gato en casa es conveniente hacer una visita de rigor al veterinario para comprobar que está sano y evitar la transmisión de cualquier enfermedad al gato que ya vive con nosotros.

Hay que tener en cuenta también que los gatos no suelen ser animales de manada, por lo que se recomienda que la presentación del nuevo miembro se haga de forma gradual, para minimizar el estrés de ambos animales y garantizar una buena adaptación. La introducción de un gato adulto suele ser algo más complicada que la del cachorro pero ambas, en realidad, siguen las mismas pautas. También es posible que le cueste más al gato que lleva más tiempo en la casa.

También conviene que los propios humanos nos armemos de paciencia y tranquilidad. La adaptación es un proceso lento, que puede oscilar entre unos días o algunas semanas. No hay que tirar la toalla pero mucho menos, creer que no tiene por qué ocurrir nada malo y animarnos a soltar al gato nada más llegar a casa. Esto podría originar peleas, bufidos, arañazos, mordiscos... por cuestiones territoriales y también por miedo de los animales. Unas peleas que, además, no harán más que agravar el conflicto y provocarán que cada felino se haga una idea negativa del otro.

¿Para qué sirve este protocolo de introducción?

Según indican, entre otros, la Fundación Affinity y la Plataforma Animalista de Gerona el objetivo del protocolo no es que los gatos se hagan amigos. Básicamente, lo que se busca es que ambos se toleren y puedan llegar a convivir en la misma casa. La amistad llegará más tarde.

Además, es un periodo idóneo para que el felino se adapte a todo lo demás: su nueva casa, la distribución y distintas estancias, donde tiene la comida, el arenero, incluso los escondites o lugares tranquilos y, por supuesto, a los seres humanos de su nueva familia.

¿Cómo hay que proceder?

Ante todo hay que tener claro que no se trata de una regla exacta. Cada gato tiene sus tiempos y su personalidad, lo que puede hacer el proceso mas o menos largo. Desgranemos sus distintas fases:

Llegada a casa. Primeras horas

Lo ideal es que el ‘nuevo residente’ pase su primera noche en la casa aislado en una habitación sin ningún contacto con el ‘gato de la casa’. De esta manera podrá estar tranquilo e ir adaptándose al entorno y los nuevos olores. Ya habrá tiempo para conocer el resto de la casa.

La habitación dispondrá de todo lo necesario para que se encuentre a gusto: comida, agua, bandeja para las deposiciones, algún juguete y una cama o mantita. Tanto en esta habitación provisional como en el rincón favorito del gato veterano se puede colocar un difusor de feromonas que les ayude a relajarse.

Acostumbrarse a los nuevos olores

Pasada la primera noche iniciaremos el protocolo propiamente dicho. En esta primera fase el contacto va a ser única y exclusivamente a través del olfato, uno de los sentidos más desarrollados del minino y una de sus principales vías de comunicación. Procederemos de la siguiente manera. Sacaremos la cama, manta o transportín del nuevo gato para que el gato que ya vivía en la casa lo huela y se vaya acostumbrando a su olor. A su vez, introduciremos en la habitación del recién llegado algo del gato veterano.

También podemos utilizar sendos trapos que previamente habremos frotado por la cara o la base de la cola de cada gato. Puede ocurrir que alguno de los gatos se erice, bufe o se haga pis para marcar el objeto del otro. Esto es completamente normal. Además, podemos ponerle de comer algo rico mientras se les presenta el objeto. De esta manera asociará el olor con algo bueno. Repetiremos esta estrategia dos o tres veces al día durante algunas jornadas.

Intercambio de espacios

Pasados unos días, procederemos a realizar un ‘intercambio’: meteremos al gato nuevo donde suele estar el gato de la casa y viceversa, dejándoles que exploren, olfateen y que vayan a su aire (por lo que es importante que no los cojamos en brazos). Conviene no forzarles, que ellos decidan el tiempo que quieren estar dentro, y si bufan o gruñen no hay que regañarles.

De nuevo podemos darle una comida rica o bien acariciarles para que asocien el espacio con algo positivo. Y como en el caso anterior, procederemos a seguir esta rutina dos o tres veces al día hasta que observemos que los gatos se muestran tranquilos durante esas visitas. Fundamental y a tener muy en cuenta: los gatos no deben verse todavía durante este paso.

Primer contacto visual

Ha llegado el momento de verse las caras, eso sí, manteniendo las distancias y con una barrera de protección entre ambos para evitar cualquier pelea o conflicto. ¿Qué hay que hacer? Podemos proceder de dos maneras. La mas sencilla, colocando al gato nuevo en su transportín y dejando que el otro le vea y le huela. Otra forma sería colocar una reja o tela de red en la puerta de la habitación del gato nuevo.

Los expertos consideran que esta es una de las fases más importantes, por lo que los humanos deben actuar con tranquilidad para no transmitir tensiones a los felinos y tampoco regañarles o gritarles. Haciendo esto solo conseguiremos que los gatos asocien a su nuevo compañero con algo malo o que, incluso, lleguen a atacarnos a nosotros por estrés. Como siempre, repetir el procedimiento dos o tres veces al día hasta que observemos que los gatos se muestran relajados durante estos contactos visuales.

Presentación oficial

Y llegó la hora de la verdad. Tengamos en cuenta que cuantos más días hayamos insistido en el contacto visual más posibilidades tendremos que finalizar con éxito esta última etapa. Puede que los gatos bufen, gruñan o se estresen un poco pero será bastante difícil que se ataquen. En cualquier caso, un posible recurso puede ser utilizar un spray con agua por si hubiera que separarlos.

Esta fase debe prolongarse los días que sea necesario y los gatos solo deben estar juntos si hay personas en la habitación. Que perciban tranquilidad en su entorno, de esta manera bajaremos sus propios niveles de estrés. Podemos recurrir a juegos, caricias o alguna comida rica para que no focalicen toda la atención en el otro.

Si los gatos consiguen relajando no será extraño verles acabar esta primera cita tumbados o comiendo juntos. En el caso contrario, sigamos insistiendo con paciencia. Será cuestión de días. Como señala la Fundación Affinity: “Sólo cuando los gatos en muchos encuentros seguidos muestren el comportamiento correcto, es posible dejarles juntos sin supervisión. En general el gato residente suele aceptar al recién llegado en un mes, pero en algunos casos pueden ser necesarios varios meses antes de conseguir armonía en casa”.

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