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Cierre de discotecas o limitaciones de aforo: las autonomías ponen coto al ocio nocturno tras los rebrotes entre jóvenes

El ocio nocturno está en el ojo del huracán. El desarrollo de la nueva normalidad ha provocado que se confirmen las sospechas de los más temerosos, que alertaban de que en los bares el virus es capaz de campar a sus anchas. Los datos, al menos, les dan la razón: en los últimos días se han dado varios brotes relacionados con las discotecas. Es, por ejemplo, el caso de Córdoba, donde han dado positivo 73 personas de una fiesta de graduación a la que asistieron 400. También en Cantabria se ha producido un brote después de que dieran positivo nueve jóvenes que fueron a una celebración con otros 57.

Es por eso que muchas autonomías han comenzado ya a limitar su actividad o a decretar su clausura . Murcia ha sido de las primeras en actuar. El presidente, Fernando López Miras, ha prohibido el ocio dentro de los locales y se ha vuelto a fijar en 15 el número máximo de personas que pueden reunirse.

Una medida similar tomó días antes la Generalitat de Cataluña, que, eso sí, la circunscribió a varios municipios del área metrapolitana de Barcelona y de la provincia de Girona cuando detectaron que la pandemia podía llegar a descontrolarse.

Asimismo, la Comunidad Valenciana también ha clausurado la actividad nocturna pero solo en la localidad de Gandía, donde se produjo un brote que ha terminado afectando a 77 personas. Por su parte, el Gobierno gallego de Alberto Núñez Feijoó llegó a anunciar el viernes que no permitiría la celebración de botellones en la vía pública y solicitó que se limitasen las fiestas privadas; en el País Vasco, el lehendakari Íñigo Urkullu ha hecho retroceder a todo el sector hostelero (incluyendo la noche) a una fase que mezcla características de la 2 y de la 3 con limitación de aforos y obligatoriedad de mascarilla en todo momento.

En Aragón, donde han llegado a pedir un "autoconfinamiento" a la población, los bares y las discotecas han visto limitada su actividad al volver el territorio a una fase 2 flexibilizada, un escenario al que no quiere llegar la Comunidad de Madrid.

No obstante, el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso no está adoptando por el momento medidas drásticas, ya que dan por "controlados" los cuatro brotes que ha notificado la autonomía. Solo se han cancelado dos macrofiestas y ha sido por la insistencia de los ayuntamientos afectados. Primero fue el Consistorio de Leganés quien consiguió que se aplazase la Fiesta del Agua, que se iba a celebrar en la plaza de toros la Cubierta con 1.800 asistentes. Luego, fue el Ayuntamiento de Alcorcón el que ha logrado que este domingo no se celebre una pool party al no poder cumplir los organizadores "al 100%" las medidas necesarias.

Llegados a este punto, cabe preguntarse si las autonomías están actuando tarde, una duda que matiza el epidemiólogo Jesús Cabranilla, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Medicina Preventiva. "No llegan tarde pero sí con retraso", explica en una conversación con 20minutos en la que menciona la dificultad que supone acortar los peligros del ocio nocturno. Su cierre total supondría un "duro golpe" económico, aunque es cierto que, para él, estos locales cumplen las tres condiciones para ser focos: "Son sitios cerrados en la que la gente pasa muchas horas con mucha proximidad y con bajo uso de la mascarilla". Pese a eso, admite que en caso de cerrar las discotecas, "la gente haría fiestas ilegales", así que lo fía todo al trabajo de los rastreadores, que en muchos territorios sí están logrando contener el virus.

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