Una tormenta en el Pirineo obliga a 50 montañeros a resguardarse en un refugio respetando las restricciones por la Covid

  • Ante la falta de aforo para todos, varios montañeros se ofrecieron voluntarios para dormir fuera del refugio.
Se habilitó el comedor como dormitorio, distribuyendo a los grupos por convivientes, como una madre y sus hijos.
Se habilitó el comedor como dormitorio, distribuyendo a los grupos por convivientes, como una madre y sus hijos.
Heraldo de Aragón
Se habilitó el comedor como dormitorio, distribuyendo a los grupos por convivientes, como una madre y sus hijos.

Los guardas de un refugio del Pirineo oscense tuvieron que hacer frente a una avalancha de montañeros que habían perdido sus tiendas en plena tormenta tratando de salvaguardar la seguridad de los campistas a la par que mantenían las restricciones por la pandemia, según cuenta el Heraldo de Aragón.

El inesperado aguacero que cayó la semana pasada sobre el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido arruinó la noche de medio centenar de personas que hacían vivac a acudir al refugio de Góriz, que está sometido a fuertes protocolos de seguridad frente a la Covid-19.

“En casos excepcionales, los refugios tienen que tomar medidas excepcionales, y eso es lo que hicimos”, declara uno de los guardias del refugio, que describe cómo tuvieron que ingeniárselas para dar espacio a todas las personas posibles manteniendo las distancias de seguridad.

Ante la falta de aforo para todos, varios montañeros se ofrecieron voluntarios para dormir fuera del refugio, haciendo acopio de material de protección del resto de campistas. Entre ellos, un padre de familia decidió dormir fuera mientras su mujer y sus hijos podían estar resguardados en el interior.

Finalmente, la operación resultó un éxito y se logró evitar cualquier accidente debido a la tormenta mientras se mantenían las medidas que impedían un potencial foco pandémico en el refugio.

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