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Los expertos alertan de la "peligrosidad" de la situación actual, con 580 rebrotes, pero descartan hablar de segunda ola

Varias personas caminan con mascarilla por una calle del centro de Madrid.
OSCAR DEL POZO

Los contagios de coronavirus no dejan de aumentar en España. Este jueves se notificaron 1.683 casos nuevos de Covid-19 y ya son 580 los brotes activos en todo el territorio, con 5.900 positivos hasta el momento y miles de personas bajo vigilancia porque existe la posibilidad de que desarrollen síntomas de la enfermedad. A esto hay que sumar un nuevo confinamiento: el de los 32.000 habitantes de Aranda de Duero, en Burgos.

En esta coyuntura, hay territorios, como el País Vasco, que hablan ya de una segunda oleada de contagios y preparan sus hospitales para recibir un repunte de pacientes. "(El virus) tiene la misma capacidad de propagación y de infectar que en marzo (…) nos está ganando terreno y día a día, semana a semana, está infectando a más personas", aseveró este jueves la consejera vasca de Sanidad. "No es posible una nueva normalidad", añadió.

El diagnóstico del País Vasco, sin embargo, no es compartido por toda la comunidad científica española. Expertos como el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón; el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Pere Godoy, o el catedrático y director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza, Juan José Badiola, descartan hablar de la situación epidemiológica actual en términos de nueva oleada. Otros, como el doctor José Ramón Paño, investigador principal del Grupo de Investigación Clínica en Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico de Zaragoza y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), opinan que en algunos lugares sí que puede hablarse de segunda ola.

"Es razonable hablar de segunda ola porque, al menos en algunas regiones o zonas existe transmisión comunitaria intensa, con un aumento significativo del número de nuevos pacientes diagnosticados así como del número de pacientes ingresados, fundamentalmente en plantas de hospitalización convencional pero también en UCI", indicó el doctor Paño. "Las cifras en algunos casos se aproximan a las observadas en marzo y abril e implican la ubicación de pacientes en plantas fuera de las habituales y la suspensión de procedimientos no urgentes, signos todos ellos de sobrecarga del sistema sanitario", añadió.

Por su parte, Simón, Badiola y Godoy consideraron este jueves que para hablar de segunda ola del virus es importante que exista transmisión comunitaria descontrolada, algo que ahora mismo no se está produciendo. Además, el doctor Simón consideró que el término es un concepto "borroso y gris" que tiene "una parte muy semántica" y puede suceder que en unas zonas pueda hablarse de segunda ola y, en otras, no.

"Hasta donde yo sé no existe una definición precisa del concepto de ola u onda epidémica. En mi opinión deben darse tres circunstancias: transmisión comunitaria intensa, aumento significativo de la incidencia (número de casos nuevos) y sobrecarga significativa del sistema sanitario", abundó el doctor José Ramón Paño.

¿Qué es la transmisión comunitaria?

Para abundar más en este aspecto, en primer lugar, resulta necesario determinar qué es lo que define a la llamada transmisión comunitaria o local y, con ella, a una oleada del virus. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta forma de contagio es aquella que se caracteriza por infecciones locales en determinadas áreas sin que se deba a turistas u otros visitantes. En estas circunstancias, hay personas que no saben ni cómo ni dónde se infectaron, lo que dificulta sobremanera el seguimiento del virus y el aislamiento de positivos, especialmente los asintomáticos. Es decir, la coyuntura que se vivió en España la pasada primavera, especialmente en marzo y abril, y que obligó al confinamiento de la población. 

Cuando hay transmisión comunitaria es más complicado realizar pruebas PCR a los casos sospechosos y localizar a sus contactos, una situación que dista mucho de la que se da actualmente en España, recuerdan los expertos.

"Podemos llamar a esto casos asociados a brotes, transmisión de fondo hasta cierto punto controlada", dijo este jueves Fernando Simón. "Es una cantidad tan grande de rebrotes que entiendo que haya gente que haya pensado que es una segunda ola, pero no es así porque no hay transmisión comunitaria", advirtió Juan José Badiola, que también quiso poner el acento en la labor de detección, que considera relacionada con las comunicaciones de positivos al alza. "Se han notificado muchos focos, pero hay que tener en cuenta que algunos de ellos son fruto de la labor de rastreo. Ahora (a diferencia de la primavera) se está yendo activamente a localizar el virus", indicó. 

El horizonte cercano de septiembre

Este aspecto indica control sobre la transmisión y, por ello, la idea es abundar en esta línea. El objetivo, según desveló el director del CCAES, es seguir haciendo más PCR para detectar el mayor número de casos posible y llegar a septiembre con una transmisión baja. Porque, hay que recordar, que a la vuelta del verano empezarán las clases en colegios, institutos y universidades y muchos trabajadores se incorporarán a sus puestos, y con ellos aumentará la movilidad y la concentración de la población en espacios cerrados.

"No estamos en estos momentos en transmisión generalizada pero existe ese riesgo si estos brotes persisten: podrían pasar al conjunto de la comunidad, la velocidad de transmisión aumentaría muchísimo y el sistema sanitario se podría ver sobrepasado", señaló Pere Godoy.

El presidente de la Sociedad Española de Epidemiología insistió en que "no estamos en este punto todavía, y esperemos que así se mantenga durante tiempo, pero estamos en una situación muy peligrosa porque nos estamos acercando a septiembre... un momento difícil y complicado", agregó.

"El virus no ha desaparecido, la gente ha pensado que sí y se ha confiado, relajando las medidas de seguridad", opinó Badiola, unas circunstancias que habrían influido en que, de nuevo, empiecen a crecer los contagios entre segmentos mayores de la población, a diferencia de los primeros rebrotes del verano, asociados a ocio nocturno y reuniones sociales y, por tanto, a población más joven.

"La transmisión entre los jóvenes podría haberse evitado. Las medidas de prevención de la transmisión de este virus son técnicamente sencillas y, cuando no hay circulación comunitaria y la incidencia no es alta, también se puede decir que son baratas", aseguró el doctor Paño. "Algunos miembros de la sociedad no han logrado percibir adecuadamente el riesgo que supone este virus y no han adoptado de manera suficientemente estas medidas de prevención, lo que ha contribuido a la transmisión de la infección en el ámbito familiar y profesional", agregó.

El portavoz de la SEIMC también valoró el cuantioso número de rebrotes del virus que se ha producido en España. "Sabíamos que, aunque habíamos logrado volver a tener bajo control la transmisión del virus, debido a la escasa proporción de la población inmunizada tras la primera ola, podía rebrotar. Lo que nos ha sorprendido es que haya rebrotado con tanta intensidad y tan pronto, en verano, antes de la temporada de gripe y del resto de virus respiratorios", indicó José Ramón Paño.

Los expertos insisten en que la población debe ser escrupulosa con las medidas de higiene y seguridad (uso de mascarilla, respeto de la distancia personal, etc.) como fórmula esencial para frenar el avance del virus y frenar esa tan temida segunda oleada de consecuencias imprevisibles para la población y la economía.

Redactora '20minutos'

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y conocí el oficio y el valor de la información local en 'Heraldo de Aragón'. Sigo aprendiendo cada día, ahora mientras escribo sobre la actualidad de la Comunidad de Madrid.

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