el pasado 29 de julio, la cadena de televisión británica BBC emitió en su informativo la noticia del atropello sufrido por un hombre negro de 21 años en Bristol cuando se dirigía a la parada del autobús por parte de una persona racista.

El joven fue herido de gravedad en la pierna, nariz y uno de sus pómulos, mientras la persona que conducía el vehículo comenzó a soltar improperios racistas dirigidos hacia el hombre que acababa de atropellar.

Fiona Lamdin era la periodista encargada de realizar el reportaje y la consiguiente entrevista a la víctima, pero durante la emisión de este, Lamdin utilizó la palabra nigger (negrata) para contextualizar los insultos que recibió el agredido.

Sin embargo, que la reportera profiriera la n-word, palabra muy mal vista en el mundo anglosajón, hizo que la redacción de la BBC se llenara con más de 18.600 quejas por no omitir ese término.

"Advertimos que está a punto de escuchar un lenguaje muy ofensivo porque cuando los hombres huyeron, le lanzaron un término racista a la víctima, llamándola negrata", decía la periodista al principio del reportaje.

Debido a la avalancha de quejas por parte de los televidentes, la BBC tuvo que excusarse, aclarando que mostrar aquel insulto era importante para el contexto de la noticia. 

“La familia de la víctima estaba ansiosa de que el incidente fuera visto y entendido por el público en general. Es por eso que nos pidieron específicamente que mostráramos las fotos de las heridas de este hombre y también se determinó que debíamos denunciar, en su totalidad, el lenguaje racista, presuntamente hablado por los ocupantes del automóvil”, explicaba la cadena en un comunicado.

La BBC reconoce que "estos son juicios difíciles", pero reitera que "el contexto es muy importante en este caso en particular". "Creemos que dimos las advertencias adecuadas de que se usarían imágenes y lenguaje perturbadores con esta historia", aclaraban.

"La palabra es altamente ofensiva y aceptamos y entendemos completamente por qué la gente se ha molestado por su uso. La decisión de usar la palabra no se tomó a la ligera y sin una reflexión detallada considerable: sabíamos que causaría una ofensa", esclarecían. En este caso, la cadena decidió que primasen los hechos, por crudos que fueran para dar toda la información posible.