La negociación para la extensión de los ERTE por fuerza mayor derivados de la crisis del coronavirus avanza a buen ritmo. Y este lunes, el Gobierno se abrió a satisfacer una de las peticiones en las que coinciden sindicatos y patronal y que hasta ahora no se había definido: la de alargar la vigencia de los expedientes hasta, al menos, finales de enero del año que viene.
Así lo plantearon en sendas entrevistas este lunes tanto la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, como el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Los titulares de ambas carteras siempre habían abogado por prórrogas trimestrales de los ERTE, y de hecho las que se han suscrito hasta ahora han tenido una vigencia de tres meses. Pero hacerlo así en esta ocasión supondría que los ERTE caducasen el 31 de diciembre. Y, aunque esa era la primera propuesta del Gobierno, Trabajo se ha abierto a variarla.
Según explicó Díaz en una entrevista en La Hora de La 1, el motivo de este cambio es que alargar los ERTE por fuerza mayor solo hasta el 31 de diciembre provocaría que la fecha límite de los mismos cayera en mitad de la campaña de Navidad. Y el problema no es que a partir de esa fecha no fueran a renovarse -el Ejecutivo insiste por activa y por pasiva en que habrá ERTE por fuerza mayor el año que viene y hasta que sean "necesarios"-, sino que la incertidumbre de una nueva negociación en pleno diciembre podría perjudicar a las empresas afectadas.
Por ello, la ministra de Trabajo se mostró partidaria de extender los ERTE "un poquito más" allá del 31 de diciembre. Díaz no ofreció una fecha concreta, pero sí aseguró que fin de año no es "la más adecuada" por el pico de actividad comercial.
ERTE sectorializados o generales
El ministro Escrivá también se pronunció al respecto este lunes. Pero, a diferencia de Díaz, sí fue algo más concreto en una entrevista en Al Rojo Vivo de La Sexta en la que se abrió a que la nueva prórroga de los ERTE se firme hasta el 31 de enero del año que viene. Esa fecha, admitió, "es una posibilidad que podemos contemplar, es una de las cosas que se pueden discutir", aunque lo ideal es ir "trimestralmente evaluando la situación". "Es bueno hacerlo así porque esta pandemia es tan cambiante que tenemos que ser ágiles en la toma de decisiones", señaló.
Eso sí: tanto Díaz como Escrivá insistieron –en palabras del titular de Seguridad Social– en que es necesario "poner el foco en los sectores que realmente no pueden tener actividad como resultado de las restricciones" que están imponiendo las administraciones a causa de la pandemia, como las limitaciones de aforo u horarios a locales de ocio. Y eso implica una diferenciación de los ERTE por sectores, algo que sindicatos y patronal rechazan, ya que aspiran a que, como ocurre ahora mismo, cualquier empresa con dificultades derivadas de la pandemia pueda acogerse a un expediente por fuerza mayor.
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