Cataluña

Torra no declara en la segunda causa por desobediencia: "Dijera lo que dijera, la sentencia ya está escrita"

Tres minutos. Es el tiempo total que ha estado este miércoles el presidente de la Generalitat, Quim Torra, ante el juez del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. El mandatario se ha acogido al derecho a no declarar, tampoco a preguntas de su defensa, ejercida por el abogado Gonzalo Boye, en la causa en la que el TSCJ le acusa de cometer un presunto delito de desobediencia por no retirar unas pancartas a favor de los presos del 'procés' en la campaña electoral de las pasadas elecciones del 10 de noviembre.

Breve también ha sido la comparecencia posterior que Torra ha realizado para valorar el juicio, en la que ha acusado, como ya hizo su defensa la semana pasada, al TSJC de no ser "un tribunal neutral". "Cuando el magistrado me ha pedido mi posición le he comentado que el tribunal no es neutral, dijera lo que dijera ya tenían la sentencia escrita", ha declarado.

En este punto, ha opinado que su segundo juicio por desobediencia "se enmarcará dentro de la persecución política que", a su juicio, "hay contra los independentistas catalanes". "La causa independentista es una causa justa y es una causa de una minoría nacional", ha remachado.

El presidente ha acudido al juzgado arropado por su gobierno y también por el presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent. Casualmente, fue este tribunal el que le condenó por un delito similar a un año y medio de inhabilitación el pasado 19 de diciembre. Es más, esa sentencia ya se había producido cuando se abrió esta segunda causa por una denuncia de la asociación Impulso Ciudadano.

No obstante, Torra acudió al Supremo, instancia superior, para que revocase la condena o la confirmase, una decisión que se conocerá en los próximos días después de que se produjese la vista del recurso de casación la semana pasada.

En ese acto, la defensa de Torra sí expuso sus argumentos durante 20 minutos para convencer a cinco magistrados de que no inhabilitasen al presidente, lo que parece que ocurrirá ya que el de JxCAT llegó a admitir su desobediencia y a predicar que la volvería a cometer.

En caso de que el Supremo terminase inhabilitando a Torra, el presidente tendría una última opción, la de recurrir al Tribunal Constitucional para pedir la suspensión de la ejecución de la condena, lo que podría demorar más los plazos. Cabe recordar la lucha encarnizada que desde hace semanas viven los socios de coalición en Cataluña. ERC pide convocar elecciones antes de saber si Torra seguirá siendo presidente o no porque, de no ser así, la Generalitat quedaría sumida en una situación de interinidad casi permanente. El vicepresidente Pere Aragonès ocuparía el cargo en funciones pero no podría ni convocar comicios ni aprobar presupuestos.

La otra opción sería investir a otro presidente, pero Quim Torra ha pedido a JxCAT no hacerlo para no "agachar la cabeza" ante el Supremo, que tiene en sus manos el futuro político de Cataluña.

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