El Ayuntamiento de Barcelona ha adaptado 11 centros públicos para que puedan convertirse en refugios climáticos en caso de ola de calor. Estos espacios estarán abiertos al conjunto de la ciudadanía para brindarles zonas con “más confort térmico”, ha informado el consistorio. Esta medida se enmarca en una serie de actuaciones que se ha propuesto el gobierno de Ada Colau para hacer frente a la emergencia climática desde las escuelas.
Para hacer realidad estos refugios, se han realizado actuaciones en los centros elegidos como la incorporación de fuentes, mejorar la vegetación de los patios, crear zonas de sombra con estructuras como pérgolas verdes y mejorar el aislamiento de los edificios con reformas de las fachadas o ventilación cruzada. Estas obras se han llevado a cabo a lo largo de este verano y se espera que se terminen en su totalidad durante la primera quincena de octubre.
Los centros refugio estarán repartidos por distintos puntos de la ciudad, y serán los siguientes: la Escuela Cervantes (Ciutat Vella), Els Llorers (Eixample), Ramon Casas, (Sants-Montjuïc), Ítaca, (les Corts), Poeta Foix (Sarrià-Sant Gervasi), Rius i Taulet (Gràcia), Font d’en Fargas (Horta-Guinardó), Can Fabra (Sant Andreu), Poblenou (Sant Martí), Vila Olímpica (Sant Martí) y el Instituto Escuela Antaviana (Nou Barris).
En total, el gobierno municipal ha invertido 3,6 millones de euros en obras de reforma y mejoras relacionadas con la crisis climática en 56 centros públicos de la ciudad, según ha explicado el concejal de Emergencia Climática, Eloi Badia, en rueda de prensa. Esta cantidad de dinero proviene del proyecto europeo Urban Innovation Action (UIA), en el que participan conjuntamente Barcelona y París, para el desarrollo urbano sostenible.
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