Tres formas de aumentar la vitamina D en nuestro cuerpo
Al igual que el resto de micronutrientes, la vitamina D es indispensable para mantener un estado de salud óptimo, ya que ayuda al organismo a absorber el calcio presente en ciertos alimentos y es vital para el sistema muscular. En este sentido, "los músculos requieren esta vitamina para el movimiento y los nervios la necesitan para transmitir mensajes entre el cerebro y cada parte del cuerpo", explican desde los National Institutes of Health (NIH) de EE.UU.
Por otro lado, esta vitamina ayuda al sistema inmunológico a la hora de combatir infecciones provocadas por microorganismos como virus o bacterias. Su papel es esencial para el sistema nervioso, muscular e inmunitario, por lo que un déficit podría conducir "a una pérdida de densidad ósea, lo que puede llevar a sufrir osteoporosis y fracturas", subrayan en MedlinePlus.
La carencia de este nutriente puede causar otras afecciones como el raquitismo en la población infantil, la osteomalacia en las personas adultas, debilidad muscular o enfermedades reumáticas.
¿Cómo incrementar esta vitamina en el cuerpo?
Existen varias formas de obtener la vitamina D diaria que necesita nuestro cuerpo, aunque la principal fuente es la exposición solar. La piel se encarga de producir vitamina D al estar en contacto directo con la luz solar y, a nivel general, se necesitan entre 10 y 20 minutos de exposición en verano y dos horas en invierno para sintetizar la cantidad necesaria para el cuerpo.
Por otra parte, se puede obtener vitamina D a través de la dieta y de la ingesta de suplementos. Algunos alimentos contienen este micronutriente de forma natural, entre los que destacan los siguientes:
- Pescados grasos como el salmón, el atún, la caballa, la dorada o la palometa.
- Huevos. La mayor concentración se encuentra en la yema y, además, son fuente de proteínas y de otros micronutrientes como el fósforo.
- Lácteos como el queso, la leche o el yogur
- Champiñones, setas u otro tipo de hongos.
- Carne de vacuno como el hígado.
- Algunos cereales y zumos, así como bebidas a base de soja, contienen vitamina D agregada.
Esta vitamina también se puede encontrar en multivitamínicos, en alimentos fortificados y en suplementos dietéticos. La mejor opción si crees que padeces un déficit de vitamina D es consultar al médico qué productos son más adecuados, la cantidad necesaria y la frecuencia con la que debes tomarlos.