Cuidados de la zinnia: tipos de riego, época de cultivo y poda

Colocar plantas en el jardín, el balcón o la terraza es una forma de conseguir un toque de color, luminosidad y frescura en los exteriores del hogar y, para conseguir que las plantas presenten un aspecto saludable, crezcan fuertes y puedan florecer, hay que tener en cuenta una serie de cuidados específicos para cada una de ellas. 

Plantas de interior que sobreviven con poca luz, perfectas para viviendas oscuras

Es el caso de las zinnias, también conocidas como flor de papel, un género de la familia Asteraceae que agrupa diferentes especies de plantas anuales y perennes. 

Estas plantas se caracterizan por sus flores de colores llamativos, lo que la convierte en una opción muy recurrente a la hora de decorar jardines y espacios al aire libre. 

Cuidados para las zinnias

En primer lugar, lo más interesante de la zinnia son sus flores, por lo que hay que saber que estas florecen en primavera y hasta el comienzo de los meses de frío. Por lo tanto, la zinnia es una planta que se adapta mejor a los ambientes cálidos. Hay que buscar una zona del jardín luminosa y protegida del viento. Eso sí, aunque necesitan mucha luz, no hay que exponerlas de forma directa.

En cuanto al sustrato, se puede emplear uno universal, aunque se aconseja utilizar uno específico para las plantas que producen flores. Además, se puede ayudar a la floración mediante el empleo de un abono también específico para plantas de flor. 

La poda es otro de los cuidados que se deben llevar a cabo no solo con esta, sino con la mayoría de plantas. En este caso, va a bastar con eliminar aquellas flores marchitas y hojas que se sequen con el paso del tiempo para que la planta muestre un aspecto sano. 

En cuanto al riego, este debe ser regular, aunque sin excederse. Esto quiere decir que el sustrato debe estar humedecido, pero sin encharcar la zona, ya que las zinnias no soportan el exceso de agua. Así, se debe emplear un buen sistema de drenaje para evitar que el agua del riego se acumule.