El ministro de Sanidad, Salvador Illa, fue este viernes inusualmente duro en sus palabras contra el Gobierno madrileño que dirige Isabel Díaz Ayuso. En la rueda de prensa celebrada para anunciar la declaración del estado de alarma en la Comunidad de Madrid, Illa culpó a Ayuso de haber "llegado aquí porque no se ha actuado antes" y aseguró que el Gobierno ha agotado sin éxito todas las vías para tratar de hacer rectificar al Ejecutivo madrileño. "La paciencia tiene un límite", denunció.

El ministro confirmó que las medidas que impondrá el Gobierno con el estado de alarma serán las mismas que estaban vigentes hasta este jueves: el confinamiento perimetral de nueve ciudades madrileñas -sale del grupo Alcalá de Henares-, incluida la capital, Madrid. Solo varía, explicó, la "cobertura jurídica" en la que se apoyan. Y dejó claro que, a su juicio, Ayuso no ha querido implantar las medidas decididas hace unos días y elaboró un marco jurídico débil para que la justicia las tumbara. 

El Gobierno impone el estado de alarma en la Comunidad de Madrid y se aplicará de "forma inmediata"

"La paciencia tiene un límite, no hay más ciego que el que no quiere ver, hay que tomar medidas para la salud de los madrileños y para que esto no se extienda por el resto de España" en el puente que comienza este viernes, argumentó Illa. Porque, dijo, "en política el 99% de los temas suelen ser discutibles, pero hay un 1% que no, y proteger la salud de los madrileños es indiscutible, como el hecho de que hay transmisión comunitaria en Madrid".

El titular de Sanidad insistió mucho en que el Gobierno ha actuado unilateralmente porque, según sostuvo, no le ha quedado otro remedio. "Hubiéramos preferido tomar las medidas con acuerdo, pero el Gobierno tiene la obligación y el deber de proteger la salud de los madrileños", afirmó Illa. Y señaló que "estamos donde estamos porque algunos han querido llegar aquí", porque "la presidenta [Díaz Ayuso] ha decidido no hacer nada" y, en definitiva, porque "podemos cruzarnos de brazos o frenar al virus".

El ministro alertó de que la Comunidad de Madrid tiene "unas cifras de transmisión muy altas", especialmente teniendo en cuenta que ni siquiera "hemos llegado aún al invierno", que ponen en riesgo a toda España. Y las cifró recordando que sólo en la última semana han muerto 63 personas en la región y que 498 siguen en las UCI "luchando por su vida". "La obligación de cualquier gobierno con alma es doblar la curva de contagios protegiendo a los madrileños y al resto de los españoles", planteó.

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