La pandemia de coronavirus ha traído una nueva realidad a los hospitales españoles, que han tenido que adaptarse a la situación en tiempo récord con nuevos protocolos de actuación a la hora de acondicionar las habitaciones o acomodar a sus pacientes en ellas.
Así ha sido en el hospital Severo Ochoa, donde las estancias de la planta Covid deben desinfectarse a conciencia tras el alta de los afectados. Vestidos con equipos de protección individual, guantes y máscaras especiales, los sanitarios rocían la habitación, desde las paredes hasta las camas, con una solución de agua y lejía.
Después, se cambian de mascarilla para continuar con la limpieza del cuarto. En cada habitación se destinan para su desinfección entre 30 y 45 minutos. La situación, sin embargo, es diferente a la de la primera ola: "Es un poco menos angustioso, menos agobiante", explica una de las sanitarias. "No estamos desbordados. Hemos sido capaces de adelantarnos a todas las circunstancias de la enfermedad", asegura Susana Plaza, jefa de Medicina Interna del hospital.
Pero esta no es la única función con la que cumplen los profesionales sanitarios, que ante la falta de visitas de familiares realizan una labor de acompañamiento fundamental con el objetivo de aliviar la sensación de soledad y el desgaste emocional sufrido por los pacientes, algo que también resulta muy duro para ellos. Para mitigar la herida emocional de todo lo vivido se han creado grupos de apoyo para sanitarios y familiares.
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