El problema migratorio amenaza con reabrir un frente interno en el Gobierno. La secretaria de Estado de Agenda 2030, Ione Belarra, pidió ayer acabar con "la práctica de abrir la puerta de la valla y expulsar" a las personas que entran irregularmente a España, una controvertida práctica conocida como devolución en caliente. Y lo hizo en la misma semana que el TribunalConstitucional debe pronunciarse sobre la legalidad de esta medida (lo hará este miércoles o el jueves)y apenas unos días antes de que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se reúna con su homólogo marroquí, un encuentro que tendrá lugar el viernes.

Belarra se reunió este martes con Iridia y Novact, dos colectivos en defensa de los derechos de los inmigrantes, y pidió para Ceuta y Melilla "un proceso de devolución que cumpla con los los derechos humanos y permita identificar a niños y niñas, a mujeres víctimas de trata y a solicitantes de asilo". Eso implicaría acabar con las devoluciones en caliente, una polémica práctica que lleva años realizándose y que el actual Gobierno ha mantenido, pese a que tanto PSOE como Unidas Podemos se opusieron a ella cuando estaban en la oposición.

PSOE y Unidas Podemos ya protagonizaron en febrero su primer choque serio desde que conformaron un Gobierno de coalición por la intención de Marlaska de ser más inflexible con la inmigración irregular y el derecho de asilo. Los morados también afearon al titular de Interior haber asumido sin críticas la sentencia europea que avaló las devoluciones en caliente, en base a la cual se pronunciará el Constitucional esta semana.

El Constitucional estudiará avalar la devolución en caliente de inmigrantes que entren en España de forma irregular

Previsiblemente, la justicia se pronunciará a favor de la legalidad de expulsar a los inmigrantes en situación irregular de forma inmediata si son detectados nada más cruzar la frontera. Se trata de un planteamiento que supone un giro de 180 grados a la posición anterior que figuraba en la ponencia del ya exmagistrado Fernando Valdés, que renunció a su cargo tras ser acusado de presunta violencia contra su mujer. 

La pretensión de Valdés era respaldar las devoluciones en caliente, pero siempre y cuando se dieran dos condiciones: que la entrada hubiera sido masiva y que en ella se hubiera ejercido la violencia. Las diferencias que mantenía con otros magistrados provocó que, en junio, se aplazara sine die el debate. Pero la nueva propuesta de sentencia asume la totalidad de la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sin poner condiciones, es decir, avala las devoluciones en caliente de cualquier inmigrante que trate de entrar en España de manera irregular, al margen de que lo haga solo o acompañado o utilice la violencia.