Hay necesidad, hay urgencia incluso. Pero también hay planes. Pueden salir bien o mal, pero lo cierto es que los hay. Cada país de la UE ya ha presentado sus planes para salir, cuanto antes y cuanto más fuertes mejor, de la crisis del coronavirus. El contexto no es el mismo para todos, aunque las líneas gruesas son las mismas en cada caso. Siguen las indicaciones de una Comisión Europea que seguirá los pasos dados y corregirá aquellos que se salgan del camino. Pedro Sánchez, Angela Merkel, Giuseppe Conte y Emmanuel Macron, así como el resto de líderes, tiene ante sí el que quizás es el mayor reto de sus mandatos: revivir al país tras una pandemia. ¿Cómo son los planes de recuperación previstos bajo el paraguas de los fondos de recuperación de la UE?

España: Sánchez promete 800.000 empleos en tres años

Uno de los grandes problemas para España es el desempleo. El país es el que más paro juvenil registra en toda la UE, con más de un 40%. Ahí está por tanto uno de los focos de Pedro Sánchez, que además ha prometido crear "800.000 puestos de trabajo en tres años". De momento es eso: una promesa. ¿Bajo qué planteamiento? El Plan de Recuperación, inspirado en la Agenda del Cambio, en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, tal como expresó el Gobierno, va a movilizar en los próximos tres años el 50% de los recursos con los que cuenta España gracias al instrumento Next Generation EU. 

Es decir, tal como explicaron en su momento desde Moncloa, este plan guía la ejecución de cerca de 72.000 millones de euros entre los años 2021 y 2023 y además cumple con precisión las prioridades de los fondos europeos de recuperación (de los que a España le corresponderían 140.000 millones de euros): la inversión "verde" representa más del 37% del total del Plan y la digitalización cerca del 33%.

De momento, la idea de Sánchez es incluir ya 27.000 millones de los fondos de la UE en los Presupuestos de 2021. Difícil, pero no imposible. Si hay bloqueo, como de momento sucede por culpa de Hungría y Polonia, España se endeudará. Desde Economía aseguran que esto entra dentro de las opciones que ya manejaban. Lo cierto es que el plan del Consejo y de la Comisión es adelantar a cada Estado miembro el 10% de los fondos que le corresponden. El Parlamento quiere el 20%. Y ese porcentaje es el que permitiría a Sánchez cumplir con lo pautado: el 20% de 140.000 millones son 28.000 millones. Todo según lo previsto.

"Las líneas a seguir son ambiciosas, pero para que se den todo tiene que producirse en el mejor escenario posible para el Gobierno. El plan puede sonar muy bien, pero si luego no lo llevas a cabo correctamente no vale para nada", comenta una fuente comunitaria a 20minutos. Los expertos avisan: "Es mejor ser cauto porque, de momento, el fondo de recuperación está bloqueado". España, de hecho, es uno de los países miembros que más interés tiene en que ese veto se supere, porque es quizás el que más urgencia tiene.

El plan del Gobierno de coalición gira en torno a diez políticas que, dicen, impulsarán la recuperación: la primera de ellas es la agenda urbana y rural, que concentra el 16% de los recursos. La segunda política, que recibirá el 12% de los recursos, se centra en impulsar "ecosistemas resilientes" en materia de transición ecológica. Precisamente esa transición energética "justa e inclusiva" recibiría el 9% de los recursos.

La cuarta política radicará en la renovación de la Administración y a ella se dedicará el 5% de los recursos, según el Gobierno. Otra será "la modernización y digitalización del ecosistema de nuestras empresas", a lo que se destinarán el 17% de los fondos. Así, otro punto será un pacto por la ciencia y la innovación y el refuerzo del Sistema Nacional de Salud, que contará también el 17% de los recursos. Educación, empleo, cultura y deporte y modernización del sistema fiscal cerrarían el círculo.

Francia: industria fuerte y empleo juvenil

Emmanuel Macron también tiene su plan. Francia destinará 100.000 millones de euros con miras a estabilizar el país tras la crisis provocada por la pandemia. El plan concentra sus esfuerzos en el fortalecimiento industrial, el crecimiento ecológico y el empleo juvenil, según expresó hace semanas su primer ministro Jean Castex. "100.000 millones es la cantidad que nuestra economía necesita para recuperar desde 2022 nuestro nivel de riqueza anterior a la crisis. Es ambicioso pero perfectamente alcanzable", sentenció.

Tiene varios sectores principales en los que se va a centrar en los próximos años. En 2022 Francia afrontará elecciones presidenciales y Macron quiere llegar a ellos con el trabajo encarrilado. Así, el Gobierno galo empleará 35.000 millones en competitividad y la reindustrialización. De esta forma, aprobará una medida para reducir los impuestos de producción en 20.000 millones en los próximos dos años. Según las previsiones anunciadas por Castex, esta reducción beneficiará en un 42% a las medianas empresas, en un 32% a las pymes y en un 26% a las grandes compañías.

Francia lo tiene claro: quiere impulsar la reconstrucción del tejido industrial y facilitar la reubicación dentro de su territorio de actividades en sectores que cataloga como "vitales", entre los que sitúa a la sanidad, la agricultura y la tecnología. Así lo desgranó el primer ministro antes de añadir que esa no es la única línea maestra que se plantean.

Por otro lado, Francia empleará 11.000 millones de euros al fortalecimiento del transporte de mercancías por ferrocarril y a la implementación de la bicicleta como medio de transporte. Así mismo, habrá 7.000 millones con los que quieren renovar desde el punto de vista energético edificios que albergan hospitales o colegios, tanto públicos como de titularidad privada. A esto hay que añadir además 9.000 millones de euros con los que Macron quiere dar apoyo empresas de investigación e innovación.

El plan galo no se queda ahí. También tiene otro punto clave: la cohesión territorial. Para ello contará con otros 35.000 millones de euros. El objetivo no es otro que lograr un impulso de la contratación juvenil. Hay, por tanto, una partida de 6.500 millones para contrataciones de jóvenes menores de 26 años y 6.600 millones para un "escudo antidesempleo". ¿La meta? La creación de 180.000 empleos en 2021.

Alemania: prioridad al "crecimiento verde"

Alemania es, sin duda, el gran referente para muchos en materia de recuperación. No es de los países más afectados por los estragos de la pandemia y su plan ya está también dibujado. Además, actualmente preside el Consejo de la UE, lo que le da todavía más relevancia. Su planteamiento para la reconstrucción post-covid alcanza 130.000 millones de euros, de los que casi 50.000 millones irán destinados a la transición ecológica, tal como han explicado desde el Gobierno de Angela Merkel, quien está en su último mandato y todavía no tiene sucesor al frente de la CDU.

De la cantidad total, 40.000 millones tendrán como objetivos la digitalización y la "lucha contra el cambio climático". También habrá ayudas para pagar las facturas de la luz a colectivos vulnerables. 10.000 millones se destinarán a movilidad; 7.000 al llamado hidrógeno verde, 2.200 millones se usarán como ayuda para impulsar la compra vehículos eléctricos. También habrá ayudas para pagar las facturas de la luz a colectivos vulnerables.

El Gobierno, además, no piensa solo en el corto plazo. Quiere hablar también de soberanía digital, la tecnología europea, la recuperación verde en línea con el Pacto Verde de la UE, la reforma del sistema común de asilo y gestión de temas migratorios, y la profundización en valores y estado de derecho.

Italia: la digitalización, un punto clave

"Si fallamos tienen derecho a mandarnos a casa". Giuseppe Conte sabe que se la juega, como se la juega Italia. El Gobierno italiano trabaja en torno a siete pilares: digitalización e innovación; revolución "verde" y transición ecológica; competitividad del sistema productivo; inversiones en infraestructuras; inclusión social; modernización del sistema educativo; y fortalecimiento del sistema sanitario. Y lo hace con conversaciones constantes con los diferentes grupos parlamentarios. Italia, de hecho, es el Estado miembro más beneficiado por los fondos de recuperación: 200.000 millones.

Hay un elemento por encima de todos: Italia quiere informatizar su administración pública; completar la creación de su red nacional de fibra y favorecer el desarrollo de redes 5G; facilitar la descarbonización del transporte y la eficiencia energética; invertir en investigación y desarrollo y en la industria 4.0; fomentar las inversiones en alta velocidad; reforzar los sistemas educativo y sanitario, y apostar por la inclusión social. Algunos de los puntos ya estaban previstos antes de la crisis y ahora Conte quiere que se aceleren.

Los objetivos que persigue son llevar la tasa de crecimiento al 1,6%, en línea con la media de la Unión Europea (desde el 0,8% que ha tenido Italia en la última década); reducir la elevada deuda pública (que superará el 157% del producto interior bruto de 2020, según las previsiones del Gobierno); y aumentar los niveles de empleo para alcanzar una tasa de ocupación del 73,2% (fue del 57,8% el pasado julio).

Además, el Ejecutivo de Conte ha pedido a la UE un adelanto de los fondos. ¿Con qué fin? Bajar impuestos. Son 20.000 millones que todavía no sabe si recibirá y encima de la mesa está la posibilidad de que recurra al MEDE, toda vez que el país presenta una urgencia elevada para poder salir de la crisis cuanto antes. De momento, ese paso, que también podría dar España, es solo una posibilidad (remota, en todo caso).