Un puente festivo de aglomeraciones en el centro de Madrid y en la sierra de Guadarrama

  • El cierre perimetral de la región y el manto caído en los últimos días han animado a los madrileños a pasar un día de nieve.
Imagen de una cámara de tráfico de la M-601, en las inmediaciones del puerto de Navacerrada, tomada a las 10.32 de este martes.
Imagen de una cámara de tráfico de la M-601, en las inmediaciones del puerto de Navacerrada, tomada a las 10.32 de este martes.
DGT
Imagen de una cámara de tráfico de la M-601, en las inmediaciones del puerto de Navacerrada, tomada a las 10.32 de este martes.

La pandemia de coronavirus no ha evitado que este año se repita la ecuación más típica del puente de la Constitución y la Inmaculada: compras, turismo navideño y salidas a la montaña. Las jornadas festivas dejaron imágenes de aglomeraciones en el centro de Madrid y también en la sierra, a pesar de que en las grandes concentraciones de personas aumenta el riesgo de contagio. 

El cierre perimetral de la comunidad, que comenzó el 4 de diciembre y estará en vigor hasta el 14, multiplicó la movilidad interior y obligó a establecer controles para evitar, en la medida de lo posible, masificaciones que dieran al traste con la situación sanitaria actual de Madrid, que sigue mejorando tras varios meses de duras restricciones.

Ante la previsión de un aluvión de visitantes durante el puente, el Ayuntamiento de la capital decidió desplegar alrededor de 200 policías en el centro de la capital porque es donde se ubican los principales reclamos de estas fechas: la iluminación navideña, el mercadillo de la Plaza Mayor o el belén de la Real Casa de Correos.

La Policía Municipal controló los accesos y los itinerarios peatonales de calles como Preciados. En varias ocasiones restringieron la entrada a la Puerta del Sol por aforo completo. Los agentes vigilaron que se cumplía la distancia de seguridad en las calles y en las filas que se formaron para visitar el belén o el mercadillo.

Las esperas fueron la tónica para disfrutar de estas tradiciones navideñas y también para subir a la sierra. El abundante manto de nieve que dejó en Guadarrama el paso de la borrasca Dora animó a muchos madrileños a coger el coche y acercarse hasta los puertos de Navacerrada y Cotos.

Vehículos aparcados en el Alto del León, en una imagen de la DGT tomada a las 15.00 horas de este martes.
Vehículos aparcados en el Alto del León, en una imagen de la DGT tomada a las 15.00 horas de este martes.
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El día más concurrido fue el lunes. En la M-601 se formaron atascos kilométricos que colapsaron los aparcamientos y llenaron de personas las cercanías de los puertos. Con las estaciones de esquí cerradas, los paseos con raquetas, los descensos en trineo y las guerras de bolas de nieve se convirtieron en las actividades reinas de la jornada invernal.

La situación tomó tal cariz que el 112 recomendó que se evitara acudir a esta zona. "Lo que podía ser un buena idea para pasar el puente de diciembre ya no lo es (...) por favor, busca un plan alternativo de ocio", escribieron desde el perfil oficial de la agencia de seguridad y emergencias.

Algunos usuarios denunciaron en las redes que la gran cantidad de coches, sumada a las condiciones adversas de la carretera por circular sin cadenas o careciendo de neumáticos de invierno, multiplicaron la duración de los trayectos y su peligrosidad. Incluso, llegó a registrarse algún accidente, aunque afortunadamente no revistió demasiada gravedad.

Este martes, a pesar de que había alerta amarilla por nevadas y fuertes vientos, la situación se volvió a repetir con menor intensidad. De nuevo, desde el 112 Madrid se recomendó acudir a otros rincones de la región que seguramente estarían menos masificados.

Las visitas de los madrileños a la sierra se tradujeron en una buena noticia para el sector servicios y la hostelería de la zona. Así lo indicó el consejero de Economía de la Comunidad, Manuel Giménez, quien se mostró "relativamente optimista" con el consumo en el conjunto de la región y la ocupación en los alojamientos rurales.

Giménez indicó que durante el puente había habido "una altísima ocupación" en todos los alojamientos rurales de la sierra, unos índices que se repitieron en la restauración. Los madrileños consiguieron suplir la falta de turistas de otras comunidades, en unas fechas que tradicionalmente se caracterizan por un gran número de viajes a la región, especialmente a la capital, para disfrutar de planes navideños.

La polémica también prendió durante el puente debido, precisamente, a las excursiones de madrileños a la sierra. Desde Segovia se vertieron numerosas quejas porque, según denunciaron varios vecinos de la provincia castellano-leonesa, durante las jornadas festivas se autorizó el paso de madrileños a la vertiente segoviana de la sierra, a pesar del cierre perimetral de las autonomías, mientras que a ellos se les estaba negando. "Los segovianos no tenemos los mismos derechos que los madrileños ni en nuestra propia tierra", denunció un usuario de Twitter.

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