Vicente Aranda: "Quiero seguir rodando y morir con las botas puestas"
- Entrevistamos a uno de los directores más longevos del cine español.
- Debutó en 1964 y sigue realizando películas.
- Afirma que tantos años le han enseñado que "dirigir es saber mandar".
- Entrevistamos a Carlos Saura, Gonzalo Suárez y Mario Camus.
Cuando mezclaba mi primera película,
Por fuera sí, mucho. Me horrorizo. Pero por dentro... Cuando alguien dice que es de mi edad pienso que yo soy el joven, aunque siempre me he sentido un poco viejo.
A mandar. Creía que las películas eran una cuestión de comunicación, pero no: una película es un puzle, y el único que lo comprende al principio es el director. Mi manera de hacer películas, de planificarlas, no ha cambiado. A los actores les digo lo mismo: piensa como el personaje, que yo buscaré tu pensamiento. Eso sí, el cine se ha complicado: antes tenía equipos pequeños, ahora de más de cien personas.
La verdad es que he hecho de todo. A veces tengo la sensación de que ruedo planos que ya he hecho. Pero hay cosas que no me gustan del cine de ahora, y que prefiero mantener: por ejemplo, la estabilidad de la cámara. No me gusta que se mueva sin parar, esa inquietud. Según dicen algunos, "es que si la cámara no está inestable la gente se duerme".
En general, americano. Ya en serio, creo que se ha vuelto más comprometido, algo de lo que me alegro. Pero eso no ocurre en el cine español: ¿Por qué no hay películas sobre el 11-M? Yo
Muy bien. Completo, realizado. Me gusta el trato con el equipo, con los actores. Quiero seguir. Quiero morir con las botas puestas.
Muchos directores ruedan ahora sin levantarse del monitor. A mí no me gusta, no me gusta estar dando órdenes por un megáfono desde una furgoneta, pero he terminado haciéndolo también. Los actores ya no miran al director, sino que van corriendo al monitor para ver cómo ha salido la toma.
Han mejorado mucho, creo que debido a poder perfeccionarse en televisión. Pero es verdad que cada vez recurren más a un estilo realista que resulta monótono. Las series son bucles, cada diez minutos se repiten las cosas. Eso hace que el actor también se acomode.
Innecesarios. Son señores que no toman riesgos, que se conforman con cubrir gastos antes del estreno a base de subvenciones. Hay veces que prefieren que ni se estrene la película, que no quieren gastar dinero en promoción. Cada vez se juegan menos.
En cada uno siento que me juego la carrera. Vivo postrado a la película, lo dejo todo por ella. Es algo que puedo hacer sólo cada dos años, porque es muy duro. Pero ojo, vivo rendido a la película, no a las frivolidades que también rodean al hecho de hacer una película.
Pon a cien personas en el mismo barco y estate atento, porque van a pasar muchas cosas. Una película es un barco, con cien personas a tus órdenes esperando que las mandes. A veces me gusta eso, dejar que pasen cosas para luego aprovecharme de ellas.
No es tan difícil tenerlo todo controlado. Los actores quieren órdenes, que yo empiezo a darles desde el guión. Los actores franceses lo tienen claro: el director siempre tiene la razón. En España son algo más independientes.
Todo el tiempo, incluso durmiendo, a menos que tenga algún asunto emocional importante. El cine es muy exigente, no se puede hacer cine distraído. Hay que estar muy atento. Una película es como un toro: a la que te distraes, te pilla.
Una vez, rodando
Antes buscaba afanosamente un tema y no lo conseguía, pero ahora me sobran. Tengo guiones escritos, adaptaciones... Ahora quiero adaptar la novela
¿Cómo hace el balance entre su propio interés y lo comercial?
Pienso en si lo que hago será comercial, pero no es lo más importante. Evidentemente, el cine implica una pantalla delante de la que hay que sentar gente. Pero no me parece la máxima prioridad. Me gusta hacer dos películas difíciles y una más asequible al gran público.
Ahora sí: no le gusta ninguna. Pero sí, es más seguro vender miel que filosofía. Siempre digo que es fácil hacerse rico en el cine: no hay más que intentar darle gusto al público. Pero huyo del cine como mera forma de hacer dinero. No me gusta sentir que una película está hecha para robarle dinero al ciudadano.
¿Va mucho al cine?
Sí, y compruebo que las salas están vacías. La gente prefiere ver vídeos en casa. Pero para nosotros es lo mismo: hay que entretenerle, en el sofá o en la butaca. Y para entretenerle hay que hablarle de cosas que le afecten.
Para que mis hijas vean películas mías dentro de veinte años y no se averguencen de mi.
Hasta que el cuerpo aguante. La vejez no es lo que yo pensaba, una especie de reposo: cada vez estoy más inquieto, aunque tengo menos físico. Lo decía
Sigo el consejo de
Generalmente, me pregunto: "¿Y por qué no tuvo más éxito?". Las veo bien, recientes. Por ejemplo, hace poco volví a ver
No. Hasta en Hollywood empiezan a dejar dirigir películas sin importar la edad. Es una cuestión de seguro, y antes es verdad que el director más mayor tenía más problemas. Pensaban que si director era viejo podría haber más problemas, pero las estadisticas han demostrado lo contrario. Un viejo es mas seguro que un joven. Eso sí, te siguen pidiendo análisis de sangre, electrocardiogramas... El cine es muy exigente. Expulsa a los que no tienen salud. Por eso, los que tienen algo, lo ocultan, porque te echan. No tener salud es lo peor que le puede pasar a un cineasta pero yo, por ahora, la conservo.