Mario Camus: "El cine español siempre ha estado jodido"
- El autor de 'La colmena' y 'Los santos inocentes' habla de su carrera.
- "Empecé a dirigir porque era el único de la Escuela que estaba libre".
- El doblaje y las subvenciones, entre los problemas de nuestro cine.
- Entrevistamos a Carlos Saura, Vicente Aranda y Gonzalo Suárez.
El primer largo lo hice en 1963,
¡Era mentira que no quisiera dirigir! Necesitaba el dinero, tenía familia... Hice la película con muy pocos medios. Se llamaba
Pensándolo ahora, suena insensato atreverse a hacer algo que no conoces, que no sabes cómo va a salir. Lo preparas todo mucho, pensando que será más fácil, pero te encuentras en medio de un mundo de técnicos hablándote en un lenguaje desconocido. Tampoco conocía a los actores. Pero no pasó nada grave: lo que recuerdo peor del rodaje fue tener que ir al dentista. Era indolente, pero aprendí que el cine también tiene una parte militar: mandar y que te obedezcan, controlarlo todo, tener un plan general e imponerlo.
No me era del todo extraño, así que no me sentí muy incómodo. A veces me mostraba, preocupado, indeciso, fue un aprendizaje duro... Los productores no eran amigos, sino profesionales duros, acostumbrados a trabajar en proyectos muy baratos. Mi ambición, que era grande, se estrellaba contra la suya, escasa. Era una experiencia que había que pasar. Otros la pasaron con amigos, pero yo la tuve que pasar solo, aunque tanto los actores como un operador, Salvador Torres Garriga, me ayudaron mucho.
Funcionó muy mal, aunque al productor le fue bien. Ya entonces las películas estaban subvencionadas: fue la respuesta gubernamental al pecado de haber doblado todo el cine extranjero, lo que era un disparate. Pero la película apenas pudo verse en las salas.
Nunca me ha preocupado la visibilidad de mis películas: lo que me preocupa es sentirme conforme con lo que hago. Ser exigente conmigo mismo. Si mis películas están mucho tiempo en cartelera, si es poco me cabreo, pero no es lo más importante. Si lo hubiese sido no habría llegado a rodar 29 películas.
Sí. Hacer cine no es una postura intelectual, sino vital. Tengo necesidad de hacer cine. Dejé una carrera casi terminada para hacerme profesional. He escrito y dirigido mucho, me han pagado, aunque poco.
¿Qué necesita un buen director de cine?
A mi edad, hay que ser cuidadoso porque la gente tiende peligrosamente a la autocomplaciencia y al dogmatismo. De joven se es crédulo, fanático, y de viejo te haces autocomplaciente y dogmático. Dicho con suavidad, y sin querer dogmatizar, creo que lo primero es tener un conocimiento del oficio que puede aprenderse en la escuela. Después, como en todos los ámbitos de la vida, es muy importante saber manejar las relaciones humanas. Y por último, dado que ser director es encabezar a un equipo que hace cosas diversas, tienes que saber desarrollar ese trabajo. Encauzar, ensamblar, el trabajo de mucha gente muy cualificada. Tienes que ser el padre de la historia, y velar por que se respete tu visión construyéndola con otras muchas personas.
Cuando estábamos en la escuela vivíamos muy influenciados. Por escritores españoles de la posguerra, como Luis Martín Santos, Cela, Aldecoa o Matute. Por el cine italiano de entonces, el neorrealismo, y la revista Cinema Nuovo. Ese cine influyó en España, aunque no podíamos verlo todo, pero también en el francés. Después vino el cine inglés. Nuestros postulados tenían mucho que ver con la frase de Rafael Sabatini de que "el escritor trata de contar el mudno que tiene alrededor de una manera creible y conmodevora". Nuestros postulados, salvando las diferencias entre lector y espectador, eran lo mismo. Queríamos reflejar la realidad.
Normalmente, pero no soy un enfervorizado con lo que hago. Hay que huir de esa historia. He sufrido, he hecho cine que me interesaba, he hecho películas de encargo, unas me gustan más y otras menos. Sé que estoy en el final de mi carrera, pero quiero hacer más películas. Tengo esa inercia, no sé hacer otra cosa. Mirando hacia atrás, ni me aplaudo ni me degrado. Hay de todo: cosas conseguidas y otras que no. Sé cómo ha sido cada trabajo pero, siempre, primero he tenido que creermelo yo. Algunos han sido correspondidos por los espectadores, otros no.
No. No sabes quién es. Como decía
El cierre de salas es una catástrofe, pero se ve cine en otros formatos. El cine español ha estado siempre jodido. Se critica que el Ministerio de Cultura lo apoye, pero el cine español siempre ha sido tratado de una forma terrible. Se ha creído que con subvenciones se solucionaría todo, pero no es así. Hay que conseguir una continuidad mayor. Creo que nuestra generación ha pasado por la historia del cine español con dignidad. Algunos compañeros han hecho obras definitivas. Respecto al cine español en general... Creo que tiene una diversidad muy interesante. Hay muchas formas de ver la realidad, y eso se ve en nuestras películas.
La distribución y la producción de cine es una industria. La exhibición es puro comercio. Los exhibidores quien llenar los cines, pero están coartados por el cine americano, ese que dicen "el gran invasor". El doblaje pesa como una losa. Hay generaciones de espectadores que sólo quieren ver cine en ese formato. Es difícil rebelarse contra eso cuando llegan a España 500 copias en español de una superproducción estadounidense, que no deja huevo a las cintas españolas. Se habla de obedecer las reglas del mercado, pero el mercado libre no es perfecto, sino jodido e imperfecto. Ellos pueden entrar, pero nosotros no podemos salir. A nosotros ya no nos afecta tanto, pero a los nuevos cineastas les va a afectar todavía más. Una gran producción americana invierte una millonada en publicidad. Los telediarios abren hablando de esas películas, como si fueran anuncios.
Que no han tenido un acercamiento a nuestro cine. Tenían un ojo en revistas como Cahiers de Cinema, que me parece pesada y estúpida, y nunca nos han beneficiado. No quiero generalizar, pero muchos eran compañeros que querían dirigir y, al no poder, se han tenido que dedicar a la crítica. Me parece una broma querer parecerse a esos críticos franceses tan pedantes. Los franceses, al menos, fueron más inteligentes: arrasaron con todo lo que había antes y pudieron hacer sus películas. Hay libros muy buenos, llenos de erudición, pero normalmente la crítica no es así. Creen que meterse con nuestras películas es lo inteligente, pero nos han dado palos por todos lados. No ha habido colaboración ni generosidad. Han dado hostias hasta a los mejores. Seguir diciendo a estas alturas que no hay nadie como
Duele volverse loco para que tu película se estrene, por ejemplo, en Cuenca, cuando ves que una película siniestra y pesada americana llega con 500 copias. Todos los gobiernos han sido iguales. Desde 1941 han acostumbrado al público a ver a
Lucho como cuando empecé. Ese dinamismo que te imprimen las dificultades es fantástico. Es como tener una carretera delante tuyo y mucho espacio para correr y ponerte en forma. Pero miras a tu alrededor y te das cuenta de que pasan cosas terribles. Alguien como