Salud

Relación asimétrica de pareja: qué hacer cuando el equilibrio se rompe y una parte da más de lo que recibe

Es propio del manipulador utilizar por costumbre el chantaje emocional en su relación de pareja.
PIXABAY

El diccionario de la Real Academia Española define el término pareja como “el conjunto de dos personas, animales o cosas que tienen entre sí alguna correlación o semejanza, y especialmente el formado por hombre y mujer”. Haciendo caso a esto las relaciones sentimentales ideales deberían buscar el equilibrio entre ambas partes, que no significa ni ser gemelos ni iguales pero sí ser compañeros, también complementarios, sumar al otro y, a la vez, mantener la personalidad y singularidades de cada uno.

Por todo ello, los especialistas consideran que uno de los principales conflictos que se nos pueden presentar es el llamado síndrome de la relación asimétrica de pareja, donde una de las partes tiene más obligaciones pero menos derechos que la otra. Toda pareja que vive una relación asimétrica está en peligro, sobre todo, cuando estos desequilibrios están presentes desde el comienzo de la relación, porque reacomodar algo que se ha instalado en sus cimientos y que se ve como algo casi natural en el ‘contrato’ entre ambas partes va a ser mucho más complicado de modificar.

Los expertos hablan de dos tipos de asimetrías que pueden presentarse bien por separado o bien de forma conjunta. Por un lado estaría la asimetría horizontal que se manifiesta, sobre todo, con la distancia física y emocional entre ambas partes. Hay dificultades para dialogar hasta de los temas más cotidianos y triviales, no hay puntos de encuentro ni de contacto, y una enorme distancia emocional donde ya no preocupa, ni para bien ni para mal, lo que le ocurra al otro.

Por su parte, en la asimetría vertical uno de los miembros de la pareja siempre se sitúa por encima del otro. Se establece una relación de tipo jerárquico, donde siempre se hace lo que quiere uno sin importar lo que quiera el otro.

¿Cómo podemos identificar una relación asimétrica?

Los síntomas son claros y muy significativos, ya que se trata sobre todo de hábitos tóxicos que restan a la relación:

- Cuando una de las partes siempre lo decide todo y la otra acepta de forma pasiva. La relación pasa de ser un asunto entre iguales a una relación jerárquica que tiene más que ver con la de un jefe y un empleado o un padre y un hijo.

- Cuando existen serias dificultades para dialogar tanto de los temas triviales como de otros más importantes. No hay empatía.

- Cuando los roles son estáticos: cada uno hace las cosas de una determinada manera y esta dinámica nunca se altera. Lo habitual, además, es que si una de las partes intenta un cambio se encuentre con la resistencia de la otra.

- Cuando no hay conexión emocional: a ninguna de las partes le interesa cómo está la otra ni sus sentimientos. Es habitual también que se produzca la llamada invalidación: no dar importancia a lo que le pasa al otro, creando una sensación de frustración.

- Cuando se establecen dos papeles en la pareja: uno critica y reprocha siempre y el otro se resigna y/o toma el rol de atacado por costumbre.

- Cuando no interesa compartir tiempo solos en pareja para reconectar ni existe vida sexual.

- Cuando las rutinas diarias de la vida en común se hacen cuesta arriba y hay una falta evidente de compromiso.

¿Existe alguna manera de evitar la asimetría de pareja?

Si realmente ambas partes sienten la necesidad de cambiar las cosas y mejorar su relación de pareja estos son algunos consejos básicos para ponerle remedio:

- Atajarlo a tiempo. Cuanto más rápido tome conciencia la pareja de que su relación no es equilibrada ni sana antes podrá solucionar sus problemas.

- Intercambiar roles, dejar que el otro también proponga, que tome la iniciativa y aceptar que las cosas pueden hacerse de distintas maneras y obtener buenos resultados.

- Buscar el equilibrio de la pareja: respetar que cada una de las partes desarrolle su propio espacio pero a la vez propiciar las actividades en pareja para generar vínculos tanto en la vida diaria como momentos más excepcionales y especiales.

- Generar espacios para los dos: alejados de hijos, familia y amigos. Esta puede ser la mejor fórmula para mejorar y fomentar le diálogo.

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