Salud

AESAN aprueba la palabra "probiótico" para los alimentos pero, ¿qué significa? ¿Qué características tienen?

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha aprobado en nuestro país el uso de la palabra 'probiótico' en referencia a los alimentos y los complementos alimenticios, por lo que ahora se podrá ver este término en las etiquetas de los productos. 

Aunque, de momento, no se han comprobado los efectos beneficiosos de los probióticos, excepto los del yogur y la leche fermentada, desde la Organización de Consumidores y Usuarios recomiendan tomarlos, ya que ejercen un efecto indirecto positivo en el equilibrio de la microbiota intestinal.

¿Qué son los probióticos? 

La definición, según la RAE, de la palabra probiótico hace referencia a un microorganismo "que ayuda a mantener equilibrada la flora intestinal". También puede ser un producto o de un alimento "que contiene microorganismos probióticos".

Sin embargo, no existe una definición legal de probiótico en el ámbito de la salud. La Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura usaron este término en el año 2000 para referirse a "microorganismos vivos que, cuando se consumen en cantidades apropiadas como parte de un alimento, confieren al huésped un beneficio para la salud".

También este término se usa, de forma general, para hacer referencia a especies bacterianas, cepas bacterianas o especies de microorganismos vivos, taly como indica la OCU. Sin embargo, en la actualidad no existe una definición legal de probiótico en la Unión Europea.

Características de los probióticos y su acción en la microbiota

Los probióticos son bacterias vivas y levaduras que, en cantidades apropiadas, pueden tener un efecto beneficioso para la microbiota o flora intestinal, es decir, el conjunto de microorganismos que viven en el intestino y que realizan funciones esenciales, ya que intervienen en la inmunidad, la digestión y la producción de vitaminas. 

Los probióticos pueden estar presentes en muchos alimentos, como por ejemplo, los alimentos fermentados, aunque no todos tienen la cantiad suficiente para ser efectivo. De momento, solo el yogur y algunos kéfir pueden catalogarse como probióticos. De hecho, no existen evidencias suficientes que respalden los beneficios de otros productos fermentados, como kombucha, chucrut, tempeh, miso o kimchi.

También se pueden encontrar probióticos en complementos alimenticios que contienen una o varias cepas de microorganismos vivos y en preparados para lactantes.

Todos los productos cumplen con el requisito de seguridad, aunque la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no ha anunciado ninguna declaración sobre posibles efectos beneficiosos de estos y solamente ha aprobado el uso de una alegación relativa a los microorganismos vivos Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus y Streptococcus thermophilus del yogur o la leche fermentada.

De este modo, los productos que contengan una cantidad mínima de microorganismos pueden incluir en su etiqueta la frase "los cultivos vivos del yogur o de la leche fermentada mejoran la digestión de la lactosa del producto en las personas con problemas para digerir la lactosa".

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