El caos en las mesas electorales para el 14-F: reclamaciones, suplencias y efectos de la crisis del coronavirus

Mesa electoral
Mesa electoral.
EUROPA PRESS - Archivo
Mesa electoral

Las elecciones catalanas del 14-F se celebran en plena tercera ola de la pandemia y por ello los riesgos, los miedos y las dudas son muchísimos. Tanto es así, que a menos de diez días para los comicios todavía quedan incógnitas por resolver en lo que a las mesas electorales se refiere. El director general de Participación Ciudadana y Procesos Electorales de la Generalitat, Ismael Peña-López, ve "casi nulo" el riesgo, aún con todo, de que haya mesas que no se constituyan.

En cualquier caso, ha tildado de "coherente" la decisión de la Junta Electoral de Barcelona de que aquellos miembros suplentes que el 14-F hayan quedado libres, porque su mesa electoral ya se ha podido constituir, sean reasignados a otras mesas con dificultades, por la incomparecencia de los titulares designados por sorteo.

Pruebas antes de las elecciones

Además, ha asegurado que las mesas electorales no se formalizarán con personas que pertenezcan a colectivos de riesgo por el coronavirus. Peña-López ha recordado que los miembros de las mesas están llamados a hacerse una prueba de detección del virus entre el lunes y miércoles de la próxima semana. Por otro lado, si una mesa no puede formalizarse, no se recurrirá a miembros de colectivos como el de gente mayor, sino que las personas que la tengan asignada podrán votar durante las 48 horas próximas.

Por el momento, ya hay más de 16.000 reclamaciones de aquellos que alegan que no pueden acudir por distintos motivos a una cita a la que obliga la ley. El plazo para recurrir es de una semana, y no siempre se acepta el recurso. La norma refleja que solo se puede librar de una mesa electoral por causas justificadas, como la atención a dependientes o asuntos profesionales, que afectan a profesiones las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, bomberos, sanitarios o periodistas.

Récord de voto por correo

Hay que tener en cuenta, asimismo, que el voto por correo ha crecido un 350% con respecto a los anteriores comicios de 2017, con un total de 284.706 solicitudes para votar de este modo. Según ha informado la Generalitat en un comunicado, en 2017 fueron aceptadas un total de 78.876 solicitudes de voto por correo, una cifra más parecida a la de anteriores comicios: en 2015 llegaron a 107.421, en 2012 fueron 63.142, en 2010 se quedaron en 45.000 y en 2006 el total fue de 41.551. Ahora se marca un nuevo récord porque los comicios están marcados por la pandemia.

Las autoridades tratan de rebajar esas dudas sobre el contexto. El teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, ha calificado de "psicosis" la sensación de alarma que se ha generado en torno a la cita con las urnas. "Cumpliendo las medidas sanitarias, los colegios electorales se han multiplicado respecto a otras elecciones, por lo que habrá más mesas", ha explicado Batlle en una entrevista a Cope.

Dada la dificultad de la jornada, los ayuntamientos ya están buscando alternativas, como sortear más suplentes de los necesarios para así cubrir sobradamente con las necesidades. Otra opción valorada es la de repetir los sorteos de las mesas, sobre todo en el caso de encontrarse con personas que tenían dificultades para acudir. Existe también la posibilidad de crear una "bolsa de voluntarios" para cubrir cualquier baja que se pueda dar.

Muchas dudas sobre si ir a votar

Según una encuesta de DYM para 20minutos, un 85,9% de los catalanes opina que la decisión sobre mantener la fecha de los comicios se ha tomado en base a intereses políticos. La fecha fijada, de hecho, impacta directamente en la intención de ir a votar. Solo un 54,3% indica que seguro que votará el día de las elecciones y un 12,6% que probablemente lo hará. Esto contrasta claramente con la participación en las elecciones de 2017 donde se superó el 80% de participación. Esa es una de las claves de los comicios.

La campaña electoral está siendo mayoritariamente telemática, y las formaciones han insistido en la necesidad de la participación, llamando sobre todo al voto por correo. Además, mantienen que votar presencialmente será "seguro" a pesar del nivel de contagios que se está dando en Cataluña.

Esta predisposición a acudir a votar presenta claras diferencias por perfiles. Los votantes de la CUP y Junts son quienes se muestran más proclives a votar. Entre quienes tienen mayor nivel de sentimiento catalanista esta predisposición para ir a votar es más elevada.

Con todo, el 70,3% de los catalanes considera que las elecciones del 14 de febrero se deberían haber retrasado. Los votantes de Junts y ERC son los que se muestran más críticos con las decisión de mantener la fecha electoral. Aunque parece que ya es una realidad que los comicios se van a celebrar el 14 de febrero, no será hasta el día 8 cuando la justicia confirme del todo la fecha.

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