Salud

Creen que a medio plazo se sabrá el riesgo de padecer COVID-19 de una persona gracias a sus factores genéticos

El presidente de la Fundación QUAES, Javier Benítez, ha comentado que a medio plazo va a ser posible definir las probabilidades que tiene una persona de padecer COVID-19 gracias a la combinación de sus factores de riesgo y genéticos.

El experto se ha pronunciado así durante la conferencia 'COVID-19: ¿Son nuestros genes responsables del contagio y la gravedad de la enfermedad?', pronunciada en el acto de celebración del V Aniversario de Fundación QUAES, organizado de manera online.

"A medio plazo va a ser posible tratar de definir el riesgo a nivel individual, combinando todos los factores genéticos que se están conociendo junto a los factores de riesgo ya conocidos", ha recalcado Benítez.

Así, ha aludido a los diversos estudios que se han ido publicando desde el inicio de la pandemia y que han puesto de manifiesto que existen una serie de factores genéticos que contribuyen a explicar la heterogeneidad clínica de la COVID-19. Unas características que, a juicio del presidente de la Fundación QUAES, son importantes para poder identificar tratamientos que se usan para otras patologías y que podrían ser eficaces en el abordaje de la infección por coronavirus.

"El virus da lugar a una enfermedad muy heterogénea clínicamente. Aunque afecta mayoritariamente a personas mayores de 65 años, nos encontramos con pacientes de elevada edad que han pasado la COVID-19 sin grandes problemas. Y viceversa: jóvenes deportistas, sin ninguna patología asociada, que han sido ingresados en la UCI", ha destacado Benítez.

Los genes y otros factores de riesgo

Estos datos, apostilla, sugieren que los genes juegan un papel importante en la infección y en la gravedad de la enfermedad. De hecho, en la actualidad ya hay estudios internacionales en los que se ha identificado la relevancia de algunos de ellos.

Dicho esto, el experto ha detallado que el grupo sanguíneo ABO es un ejemplo, dado que se ha visto que personas con el grupo A tienen una probabilidad 44 veces superior de desarrollar una neumonía severa, mientras que los portadores del grupo O presentan una probabilidad 65% inferior de desarrollarla.

"Se ha observado también que mutaciones en determinados genes inhiben la acción del interferón. El INF I es responsable de activar nuestras defensas cuando entran virus, si se inhibe su acción hay una mayor facilidad de contagio al no activarse los mecanismos defensivos contra este", ha argumentado.

Del mismo modo, el experto ha destacado uno de los trabajos más recientes en el que se muestra cómo el gen de la fibrosis quística es un factor de riesgo para desarrollar la neumonía. La enfermedad se caracteriza por el acúmulo de mucus en los pulmones, que produce infecciones recurrentes y generará un mayor riesgo de neumonía, casi un 40% más, si existe infección vírica.

"Todos estos ejemplos nos llevan a la conclusión de que, conociendo estas variables, se podría llegar a establecer un riesgo individualizado complementando los factores genéticos con los otros de riesgo, como la edad y las patologías asociadas", ha zanjado.

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