Aquí es donde va tu dinero cuando pagas la factura de la luz

Hay dos conceptos que debemos tener claros para poder entender la factura de la luz.

En primer lugar, la potencia. Es un coste fijo. Depende los KW que tengas contratados y lo pagas aunque no enciendas la luz. Ajustarla a lo que consumes es lo que más te ayudará a ahorrar a corto plazo. En segundo lugar, el consumo. Es el concepto más sencillo, es un gasto variable, pagas tu consumo de energía. Para ahorrar en este concepto es necesario tener buenas costumbres y poner en práctica algunos trucos que te ayudarán a notar una reducción de la factura más a lago de plazo.

Una vez hemos entendemos y sabemos diferencias e, incluso, cómo ahorrar en estos dos conceptos de la factura, profundizamos para resolver las dudas sobre otros términos que también abonamos y aparecen reflejados en nuestra factura:

Por un lado, está lo que pagamos por la energía. Según la OCU, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) calcula que supone el 37,48% de la factura. La comercializadora compra la electricidad para vendérnosla y debemos pagarle.

Por otro lado, están las tarifas de acceso que, popularmente, son llamadas “peajes”. ¿Qué son? Es lo que cuesta el servicio de transporte de la energía y la distribución de la electricidad a cada hogar, con instalación y lectura de contadores (de ahí su nombre). No hay forma de recortar en este concepto ya que es un gasto fijo e igual en todas las compañías, ya que desde enero de 2020, la CNMC fija esta parte de las tarifas, que supone el 41,14% de la factura de la luz que pagamos. Este dinero lo recaudan las eléctricas y luego se lo dan al organismo regulador para que lo distribuya. Puedes aprender más sobre los peajes en este artículo de la OCU.

Por último, los impuestos (IVA, impuesto sobre la electricidad e, incluso, algo que mucha gente desconoce: el alquiler del contador). Este concepto lo entendemos todos. Suponen el 21% de la factura.