Mila Ximénez, la mirada melancólica de una superviviente

  • La periodista ha reaparecido esta semana, después de algo más de un mes, en las revistas del corazón.
Mila Ximénez, en una imagen de diciembre de 2020, en Madrid.
Mila Ximénez, en una imagen de diciembre de 2020, en Madrid.
GTRES
Mila Ximénez, en una imagen de diciembre de 2020, en Madrid.

Mila Ximénez ha reaparecido esta semana después de algo más de un mes. Lo ha hecho a través de las páginas de las revistas del corazón, en las que se la ve acudiendo, en compañía de unos amigos, a un conocido restaurante. Sale poco, las sesiones de quimioterapia están siendo cada vez más intensas y, aunque es fuerte por naturaleza, no tiene demasiado ánimo para celebraciones ni reuniones. Aun así, intenta echarle valor y caminar en paz. Aunque es consciente del alcance de la enfermedad, no quiere dejar de sonreír.

Hace tiempo que decidió abrazar los pensamientos optimistas que, aunque pocos y de corta duración, aparecen atolondrados por su cabeza. Son los mismos que le transmiten desde la unidad de oncología en la que se trata desde que, tras unos fuertes dolores, acudió a una revisión médica en la que se le descubrió el tumor pulmonar. Desde aquel día y hasta hace muy poco, no ha dejado de trabajar. Así se lo aconsejaron los médicos que siguen su caso. 

Volvió a encontrar en la televisión esa roca a la que aferrarse para olvidar, en esta ocasión, el desarrollo de su dolencia. Reflexionar sobre las vidas ajenas le permitía no hablar de la suya, aunque también es cierto que Mila nunca ha tenido problema en viajar hasta su pasado y señalar sus errores y aciertos. Tal vez es una de las claves de su indiscutible éxito.

Se ha desnudado tantas veces ante los espectadores que gran parte de ellos viven sus altibajos como propios. Con claridad meridiana y sin ruborizarse, ha hablado claro de sus días felices junto a Manolo Santana y de la desventura que fue sobrevivir lejos de su hija, Alba. También de los romances prohibidos o las malas relaciones con artistas como Isabel Pantoja.

De hecho, fueron sus declaraciones incendiarias contra la tonadillera las que la hicieron volver, con todo tipo de parafernalias, a la pequeña pantalla. Lo hizo tras años de abandono, penuria e intranquilidad en los que, ella misma confesó, llegó a pasar hambre. Se dejó caer al vacío y, desde ese infierno carcelario, pidió ayuda. Fueron muchos los que le tendieron una mano y la ayudaron a salir de aquel lodazal. Buceó por esos suburbios que la depresión y el agotamiento marcan al son de un baile demasiado triste. 

Mila renació gracias al siempre apoteósico y tremendista Aquí ha tomate. Aquel programa le entregó la popularidad que había perdido por el camino. También la credibilidad, después de años de letargo o desaparición. Aunque regresó perfilándose como la enemiga más acérrima de Pantoja, su vehemencia y seguridad la hicieron muy pronto colaboradora de los programas más punteros del momento. Abrió tanto su corazón que desveló intimidades secretas que hicieron temblar aquellas Crónicas marcianas que presentaba Xavier Sardà. 

Sus conflictos eran harina de otro costal. Por aquel entonces, Mila estaba desbocada. Tal vez no tenía nada que perder. Ahora todo es diferente, igual de obtuso pero más calmado. En el otoño de su vida, se resarce de las ausencias y los silencios. La relación con su hija está llena de complicidades. No hay reproches ni preguntas incómodas. Ya no son necesarios ni cambian un pasado que si bien fue difícil construyó unos lazos ahora indestructibles. 

Sus nietos son su mayor bendición y también por ellos corre fatigada para salvarse de esta cruel vendetta que es el cáncer. Son su motor, su luz y también su guía, pues hace tiempo que decidió que, cuando los focos se apagan y los micrófonos no graban, Mila no es la de la tele, sino la de casa.

No le cuesta trabajo poner en mute a un personaje bravucón, a veces incómodo, pero que es ternura y calma cuando todo pasa. No es tan fiero el león como lo pintan. Por eso, la periodista no guarda rencor. A nadie. Ni siquiera a una vida que tantas veces duele.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento