El pasado 18 de febrero, el rover Perseverance de la NASA aterrizó en el cráter Jezero en la superficie de Marte. Este proyecto pretende, entre otros objetivos, aportar luz acerca de si el planeta rojo acogió vida, y su trabajo está levantando una gran expectación en el mundo científico.
Los movimientos del Perseverance están siendo monitorizados de varias maneras. Una de ellas es a través de los 'ojos' del Trace Gas Orbiter (TGO), que forma parte del programa ESA-Roscosmos ExoMars.
Hace unos días, el TGO vio a Perseverance en el cráter Jezero y captó imágenes que muestran el rover y otros elementos de su vehículo de aterrizaje en la zona, revela Science Alert.
Desde 2016, el TGO ha orbitado Marte y ha recopilado datos vitales sobre la composición de su atmósfera. En concreto, TGO ha estado buscando rastros de metano atmosférico y otros gases que podrían ser el resultado de actividad geológica o biológica. Estos esfuerzos son parte de un esfuerzo mayor para determinar si existió vida en Marte hace miles de millones de años.
Además, el orbitador ha realizado otras operaciones científicas importantes, como transmitir datos de misiones robóticas en la superficie y adquirir imágenes del espacio.
El 23 de febrero, el TGO aprovechó su órbita para tomar fotografías con su sistema de imágenes de superficie en color y estéreo (CaSSIS) que mostraba el rover Perseverance, así como su paracaídas, escudo térmico y elementos de la etapa de descenso, dentro del cráter Jezero.
En la primera imagen (arriba), los elementos se distinguen como una serie de píxeles oscuros y brillantes, que se indican en la segunda imagen (abajo).
Como puede ver, la etapa de descenso y el escudo térmico son puntos oscuros espaciados alrededor de dos cráteres más pequeños, mientras que el paracaídas y el caparazón son puntos visiblemente brillantes muy próximos entre sí.
El rover Perseverance, cerca del centro inferior, es un punto relativamente débil junto a una pequeña cresta que sale de un cráter. Es aquí donde Perseverance pasará los próximos dos años (que probablemente se extenderán) buscando signos de vida microbiana pasada.
Según sus características, que incluyen un delta del río preservado y depósitos sedimentarios ricos en arcilla, se sabe que el cráter Jezero albergaba una masa de agua estancada hace miles de millones de años. Por esta razón, fue seleccionado como el lugar de aterrizaje para la misión, ya que se cree que es un buen lugar para encontrar evidencia de vidas pasadas.
Perseverance también llevará a cabo una operación ambiciosa y sin precedentes, donde recolectará muestras de rocas y suelo marcianos y las guardará en un 'escondite'. Estos serán devueltos a la Tierra por una misión separada de retorno de muestras a Marte de la ESA y la NASA que consistirá en un módulo de aterrizaje, un rover (para recuperar las muestras) y un pequeño lanzador (para lanzarlos a la órbita). Una vez allí, un orbitador los recogerá y los llevará a casa para analizarlos.
El ExoMars TGO también proporcionó una cantidad significativa de asistencia para el rover Perseverance durante su aterrizaje, como servicios de retransmisión de datos.
Los videos del aterrizaje, así como las imágenes y las grabaciones de sonido, fueron capturados por instrumentos a bordo del vehículo de entrada, descenso y aterrizaje (EDL) del rover. Estos fueron enviados de regreso a la Tierra con la ayuda del TGO, así como del Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA.
Misión en 2022
El orbitador continuará brindando soporte de retransmisión de datos entre la Tierra y Marte para futuras misiones a la superficie, particularmente la próxima misión ExoMars. Conocida como ExoMars 2022, esta misión se lanzará desde el cosmódromo de Baikonur el 20 de septiembre de 2022 y llegará al Planeta Rojo el 10 de junio de 2023. Consistirá en la plataforma de superficie rusa Kazachok y el rover Rosalind Franklin.
Mientras tanto, Trace Gas Orbiter continuará orbitando Marte y llevará a cabo sus propias operaciones científicas, centrándose en el análisis de la atmósfera de Marte y la búsqueda de gases que señalen el camino hacia la vida pasada (o presente). Recientemente, el orbitador detectó rastros de gas cloruro de hidrógeno que salían de la atmósfera del planeta, lo que indica que esta sal existe en la superficie que lo puso en órbita.
En la Tierra, este proceso se ha observado con sales de cloruro de sodio, donde el agua salada se evapora de nuestros océanos y es empujada a la atmósfera superior por fuertes vientos. El TGO también ha monitoreado el vapor de agua que sale de la atmósfera marciana y se escapa al espacio.
Juntos, estos hallazgos han proporcionado nuevas pistas sobre el lugar al que se escapó la abundante agua superficial de Marte hace miles de millones de años.
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