La Síndica afea a la AMB que normalice el 'sinhogarismo' de compartir piso forzosamente para vivir en Barcelona

  • La AMB asegura que un barcelonés necesita 1.322 euros para vivir, cuando los alquileres rozan los 1.000 euros de media.
  • "Tenemos que ser sinceros y reconocer que no es una forma de vivir”, manifiesta la Síndica de Greuges de Barcelona.
Fachada de un edificio del Eixample de Barcelona.
Fachada de un edificio del Eixample de Barcelona.
ACN
Fachada de un edificio del Eixample de Barcelona.

Hace un año, algunos expertos auguraban que la pandemia haría bajar significativamente el precio de la vivienda a lo largo del 2020. El frenazo del turismo, la destrucción de empleo y la incertidumbre invitaban a fantasear con ello, pero finalmente no fue así. En el caso de Barcelona, el precio de los alquileres durante el segundo y tercer trimestre de 2020 no mostraron grandes variaciones. Así, la capital catalana continúa siendo una de las más caras de España para vivir, con unos alquileres de 979 euros al mes de media. 

La Sindicatura de Greuges de Barcelona señala que, de las quejas atendidas durante el año pasado, una parte evidencian que familias vulnerables tienen graves dificultades para hacer frente a alquileres. Lo ha explicado la Síndica María Asunción Vilà Planas, durante el balance del año 2020 de la defensora de la ciudadanía este miércoles. "El último", ha recordado, ya que su mandato finaliza este año.

El incremento de la vivienda inasequible en Barcelona está provocando un fenómeno que, lejos de ser una moda molona, es un problemón: el de las personas que se ven obligadas a compartir piso para tener un techo. 

Algunos se han referido a ello como la moda del ‘coliving’. La Síndica lo llama 'sinhogarismo oculto'. Su principal característica es no sentir esa habitación como un hogar propio, un lugar donde desarrollar un proyecto de vida. De hecho, las Naciones Unidas consideran que una vivienda adecuada “debe brindar más que cuatro paredes y un techo". Así pues, vivir adecuadamente en Barcelona parece más una fantasía que una realidad.

¿Vivir en Barcelona con 1.322 euros?

Hace unos días, la AMB publicó un informe que aseguraba que un trabajador barcelonés necesita de media un sueldo de 1.322 euros para llegar a final de mes. Con un alquiler medio que roza los 1.000 euros, ¿en qué tipo de lugar representa que debería vivir este trabajador?

A ojos de la Síndica, este informe es un reflejo de que la propia administración ya no duda en “normalizar” el hecho de compartir piso. Si ganas 1.322 euros, podrás optar al alquiler de una habitación, cuyo precio medio en Barcelona es de 422 euros mensuales. No queda otra.

“Compartir piso con amigos cuando eres joven es fantástico. Pero lo triste es que comparten piso familias enteras con niños o personas mayores, y también personas de entre 55 y 60 años que se han quedado en paro. No es lo más adecuado. Tenemos que ser sinceros y reconocer que no es una forma de vivir”, ha aseverado la Síndica.

"Lo triste es que comparten piso familias enteras con niños o personas mayores. Tenemos que ser sinceros y reconocer que no es una forma de vivir”

Así mismo, Vilà Planas ha apuntado que a la Sidnicatura de Greuges de Barcelona también han llegado “quejas de gente divorciada” a quienes les resulta complicado llegar a final de mes una vez dejan de vivir en pareja.

Dos años para una vivienda de emergencia

En 2020 disminuyó considerablemente el número de nuevas solicitudes presentadas en la Mesa de Emergencia social por pérdida de vivienda: han pasado de las 486 atendidas en 2019 a 210, aunque la Síndica sospecha que esta tendencia a la baja "podría ser fruto de la suspensión de los desahucios para las familias vulnerables, actualmente vigente".

Igualmente, a pesar del descenso de solicitudes, el tiempo de espera actual para la asignación de una vivienda de emergencia puede superar fácilmente los dos años. A diciembre de 2020, había 634 unidades familiares (648 en 2019) a la espera de una vivienda por parte de la Mesa.

En diciembre de 2020, había 634 familias esperando una vivienda de la Mesa de emergencia en Barcelona

El año pasado, la Mesa asignó una media de 12,66 viviendas mensuales. Esto, según apunta la Síndica, "evidencia claramente la falta de dotación necesaria del Fondo de Alquiler social”, y añade: “Esta es una realidad que debe corregirse, puesto que la demanda ha aumentado exponencialmente en referencia al aumento de los recursos anteriores”.

Colapso en los pisos públicos

El balance de la Síndica refleja que, durante el 2020, la ciudadanía ha incidido en las dificultades para acceder a los diferentes servicios del parque público de vivienda, que está gestionado por el Institut Municipal de l’Habitatge i Rehabilitació (IMHAB). 

Así, se reportaron colapsos en los teléfonos de atención al público del IMHAB y en la obtención de cita previa en las Oficinas de Vivienda, con períodos superiores a los tres meses, “con todo lo que eso supone en el retraso en las consultas y trámites a llevar a cabo”.

En contraste, la Síndica felicita al Ayuntamiento de Barcelona por aprobar una moratoria de cuatro meses en el mes de abril, en pleno confinamiento, y que posteriormente amplió a dos meses más en el pago de la renta de alquiler para todas las personas inquilinas de las viviendas públicas de la ciudad que gestiona el IMHAB.

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