El pulso en Murcia que provocó un huracán en el centro-derecha y un sonado divorcio en Madrid

  • En solo 72 horas, una moción de censura que ya se ha desactivado causó profundos cambios con consecuencias que aún están por medir.
La presidenta Isabel Díaz Ayuso y el vicepresidente Ignacio Aguado, este lunes, tras anunciar el principio de acuerdo para los presupuestos.
La presidenta Isabel Díaz Ayuso y el ya exvicepresidente Ignacio Aguado hace menos de un mes y medio, cuando firmaron un acuerdo para sacar adelante unos nuevos presupuestos regionales que nunca fueron.
Comunidad de Madrid
La presidenta Isabel Díaz Ayuso y el vicepresidente Ignacio Aguado, este lunes, tras anunciar el principio de acuerdo para los presupuestos.

No está comprobado que el aleteo de una mariposa en Sri Lanka puede provocar un huracán en Estados Unidos, como dicen los seguidores de la teoría del efecto mariposa y se han cuidado mucho y muy bien de explotar el cine y la literatura; pero sí hay certeza de que una ya fallida moción de censura presentada en Murcia puede cobrarse el Gobierno de la Comunidad de Madrid y poner patas arriba al centro-derecha en España. Y, además, que todo suceda en apenas 72 horas.

Esta semana política, como si se tratase de una de esas películas sobre el efecto mariposa, tiene guion, protagonistas, antagonistas, varias escenas... pero no un final. No al menos todavía. El rodaje empezó el miércoles a primera hora de la mañana en Murcia. Algunos medios de comunicación publican que PSOE y Cs, socio de Gobierno del PP en la Región, ultiman una moción contra Fernando López-Miras. Cansados de meses sobre casos de "corrupción", especialmente los relacionados con vacunaciones irregulares contra la Covid-19, los naranjas habían decidido resolverse contra su socio junto a los socialistas, en una operación que no se fraguó exclusivamente a orillas del Mediterráneo: las direcciones nacionales de ambos partidos en Madrid estaban al tanto.

Antes de que esa iniciativa se presentase en el parlamento murciano, pasadas las 10.00 horas, los rumores de divorcio entre naranjas y populares ya habían recorrido media España y habían llegado a la madrileña Puerta del Sol, donde se reunía el Consejo de Gobierno de la Comunidad formado, precisamente, por PP y Cs. También habían aterrizado en Castilla y León y Andalucía, donde coaliciones de idéntico color gobiernan desde 2019.

La preocupación era honda en la capital. No era la primera la primera vez que Isabel Díaz Ayuso oye hablar de una alianza de Cs con PSOE para desbancar al PP. De hecho, durante el año y siete meses que lleva gobernando Madrid, ha sentido esta amenaza en varias ocasiones, aunque nunca ha llegado a materializarse. Ese tampoco será el día: la presidenta informa a su gabinete que ha decidido disolver la Asamblea y convocar elecciones anticipadas antes de que naranjas y socialistas repliquen el movimiento de Murcia en Madrid. Está convencida de que hay determinación de hacerlo, a pesar de que su socio, Ignacio Aguado, le niega la mayor. El entonces vicepresidente y portavoz del Gobierno no puede convencer a la presidenta y tras abandonar el edificio de Presidencia convoca a los periodistas de urgencia.

"Isabel Díaz Ayuso ha decidido dimitir de sus funciones convocando a elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid", anuncia, apenas una veintena de palabras que desencadenan el siguiente capítulo de esta historia: la presentación de dos mociones de censura, de Más Madrid y PSOE, contra la propia Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid.

Ambos grupos se aferran al hecho de que a la cámara no había llegado ninguna comunicación oficial de la disolución del hemiciclo y por tanto sus movimientos se anteponen a los de la presidenta. La Asamblea se apunta a esta tesis y ese mismo día convoca de urgencia a la Mesa para empezar a tramitar las mociones. El resultado es un tremendo lío de interpretaciones jurídicas que está pendiente de los tribunales: el hemiciclo de Vallecas se dio por disuelto el jueves pero elevó un recurso al Tribunal Superior de Justicia de Madrid contra el decreto de la presidenta que lo disuelve y convoca elecciones. La Asamblea cree que es nulo de pleno derecho y se inclina por seguir tramitando las mociones: el proceso ya había comenzado cuando se notificaron los comicios, argumentan.

La decisión de la justicia se espera en las próximas horas. Mientras Madrid sigue pendiente de si tiene que ir a las urnas o el futuro del gobierno autonómico está en el pleno de la Asamblea, la moción de censura de Murcia, detonante de todo, quedó desactivada el viernes. El PP logró convencer a tres diputados de Cs que habían apoyado con su firma el movimiento contra López-Miras para que no siguieran adelante. El equilibrio de poderes en el hemiciclo regional es tan ajustado que con este cambio de criterio no hay suma que haga posible la moción.

Casi tan delicada como la configuración del parlamento murciano es la tesitura que ha quedado abierta en el centro-derecha tras este movimiento. Entre PP y Cs, que gobiernan en coalición en no pocas administraciones, reina la desconfianza. Los populares, sin tapujos, tendieron la mano a todos los militantes de Cs que quisieran cambiar de proyecto, mientras que entre las filas naranjas no dejan de crecer las voces contra Inés Arrimadas, la líder nacional de la formación. Este lunes, precisamente, tendrá que enfrentarse a una ejecutiva extraordinaria que, desde luego, no será un trago fácil.

En Andalucía y Castilla y León, PP y Cs siguen gobernando relativamente ajenos a todo lo sucedido entre el miércoles y el viernes en Murcia y Madrid. Tanto el presidente andaluz Juanma Moreno como el castellano-leonés Alfonso Fernández-Mañueco tuvieron que salir esta semana a escenificar la unidad de sus respectivos ejecutivos. Ambos confían en mantener la estabilidad y continuar con la legislatura, aunque al menos el PSOE ya ha dado el paso en Castilla y León y ha presentado una moción que habrá de votarse. Cs niega que vaya a respaldarla y apuesta por mantener las cosas tal y como están.

La misma calma chicha se transmite desde el Ayuntamiento de Madrid, donde gobiernan mano a mano José Luis Martínez-Almeida (PP) y Begoña Villacís (Cs), que esta semana no han dejado pasar la oportunidad de renovar sus votos de confianza mutua y descartar una ruptura traumática como la acaecida en Sol, donde Díaz Ayuso acabó cesando fulminantemente a Aguado y los otros cinco consejeros naranjas solo horas después de convocar las elecciones. La presidenta quiso poner punto final así a una convivencia que no terminado nunca de cuajar.

Desde el miércoles, ambos han concedido numerosas entrevistas y han confesado sin tapujos lo erosionada que estaba su relación. Más allá de reproches, tanto la todavía presidenta madrileña como el ya exvicepresidente imprimen a sus intervenciones públicas cierto tono preelectoral, por si los tribunales rechazan el recurso de la Asamblea de Madrid y acaban dando por buena la convocatoria de Díaz Ayuso.

Aguado se confiesa preparado por si llegara esa carrera electoral, pero tan revueltas están las cosas en Cs que ni siquiera tiene asegurado liderar esa hipotética candidatura: ha empezado a sonar en algunos mentideros el nombre del expresidente regional Ángel Garrido, quien precisamente en 2019 abandonó el PP para pasarse a Cs. El resto de partidos también se están preparando por si el 4 de mayo se ponen las urnas en Madrid. El viernes, el PSOE volvió a encomendarse a Ángel Gabilondo, que ya ganó los últimos comicios que se celebraron, aunque no pudo articular una mayoría para gobernar.

En este punto fue determinante Vox, que prestó el voto de sus 12 diputados para hacer a Díaz Ayuso presidenta. La formación no esconde su sintonía con el PP en Madrid, aunque desde luego van a por todas, sobre todo después del resultado que cosecharon en Cataluña en febrero. Se ven, de alguna forma, los mayores beneficiados de la brecha abierta entre PP y Cs.

Solo con el tiempo se irán resolviendo todos los escenarios que abrió la moción de censura de Cs y PSOE en Murcia. Uno de los próximos a resolverse es la situación de Madrid: este domingo se espera el fallo de los magistrados del TSJM que dirá si hay elecciones o moción de censura. El lunes debe celebrarse la ejecutiva nacional de Cs, en la que pueden cambiar cosas importantes en el partido. Casi ningún voz se atreve a aventurar las consecuencias que seguirán sucediéndose por la moción presentada en Murcia el pasado miércoles. Solo el tiempo irá despejando las muchas incógnitas que va dejando el efecto mariposa en la política española.

Mónica Tragacete
Redactora '20minutos'

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y conocí el oficio y el valor de la información local en 'Heraldo de Aragón'. Sigo aprendiendo cada día, ahora mientras escribo sobre la actualidad de la Comunidad de Madrid.

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