Ni 20 minutos tardó Isabel Díaz Ayuso en reaccionar a la candidatura de Pablo Iglesias a la presidencia de la Comunidad de Madrid y lo hizo con una dicotomía: "Comunismo o libertad. 4 de mayo". La temprana valoración de la presidenta es mucho más que cinco palabras y un número. Representa el núcleo sobre el que va a girar toda la campaña del PP para los comicios y con el que va a intentar conseguir votos no solo en la derecha, sino también en el centro e, incluso, entre el electorado socialista.

Así lo dio a entender la propia presidenta una hora después del anuncio de impacto, porque la casualidad quiso que tuviera convocada una rueda de prensa para las 13.00 horas, y durante una intervención en el Comité Ejecutivo Autonómico del PP, ya por la tarde.

Apenas una hora después de que se conociera la noticia de impacto, la líder del Ejecutivo regional, ahora monocolor, tuvo oportunidad de explayarse sobre la decisión del todavía vicepresidente segundo del Gobierno central. Díaz Ayuso aseguró que no estaba preocupada por la llegada de Iglesias a la política madrileña y, no sin cierta sorna, se apuntó el tanto de haberle apartado de su puesto actual. "España me debe una, que hemos sacado a Pablo Iglesias de La Moncloa", afirmó con media sonrisa.

La presidenta autonómica no admitió que el golpe de efecto de los morados le produjera la más mínima intranquilidad, pero lo cierto es que anunció que su lema de campaña mudaba de "socialismo o libertad" a "comunismo o libertad", precisamente, por el que será, a juzgar por cómo está la situación en la izquierda madrileña, el cabeza de lista de Unidas Podemos a los comicios del 4M.

La disyuntiva que representa el lema elegido por Díaz Ayuso es mucho más: en todos los sentidos la sitúa frente a Iglesias, con el que parece que el PP buscará el cuerpo a cuerpo para hacer valer las políticas que ha puesto en marcha durante el año y siete meses que ha durado la coalición con Cs, así como su argumentario.

Bajo el punto de vista de la líder del PP, Iglesias encarna el comunismo –quizás esta fue la palabra que más pronunció este lunes– y ese es el mayor de sus temores. "Mi preocupación es que el comunismo no entre en la Comunidad de Madrid", señaló por la mañana, y por la tarde llegó a decir que Madrid "no puede convertirse en Caracas".

Uno de los objetivos que buscaría el PP con esta estrategia de confrontación sería tratar de atraer hacia Díaz Ayuso apoyos más allá del granero popular. "Todos aquellos que quieren vivir en libertad en Madrid, ya sea inspirados por el socialismo, o por el centroderecha, se van a tener que unir, vamos a tener que aglutinar esfuerzos para demostrar que la forma de vivir en Madrid va en una dirección distinta a la del comunismo", aseveró.

Pese a querer explotar esa estrategia, no parece que vayan a producirse demasiados debates cara a cara entre los candidatos de PP y Unidas Podemos: la presidenta afirmó que acudirá "a los justos y necesarios" porque más tiempo que la carrera electoral le ocupa la presidencia de la Comunidad.

Y ese recorrido de fondo ya ha empezado. El PP reunió este lunes a la Junta Directiva Regional y al Comité Ejecutivo Autonómico en Génova. Los populares decidieron que la campaña la volviera a dirigir Alfonso Serrano, actual portavoz en la Asamblea, y que el programa lo confeccionase Enrique Ossorio, actual consejero del Gobierno. Son los primeros pasos para confeccionar las listas.

En ellas, Díaz Ayuso prefiere que no haya miembros de Cs. Eso sí, no cierra la puerta a contar con algunos si resulta vencedora. La presidenta quiere un gobierno "con los mejores" y cree que en la coalición que funcionaba hasta la semana pasada había consejeros naranjas que tenían ese punto de excelencia que persigue. Eso sí, afirmó que preferiría nombrarlos después de las elecciones.

Para llegar a ese escenario, la popular pidió a los suyos no caer "en ningún triunfalismo". "Ninguna victoria se consigue sin esfuerzo, sacrificio y altura de miras", advirtió, para añadir que aunque ella pulsara el botón de las elecciones anticipadas... "Nada está hecho, todo queda en el aire".