Navarra

Yolanda Barcina rompe moldes y se convierte en la cuarta presidenta de UPN

La alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina.
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Yolanda Barcina ha roto hoy moldes por su condición de mujer y por sus orígenes no navarros, al acceder a la presidencia de Unión del Pueblo Navarro (UPN ), un partido de esencia regionalista cuyas riendas toma en el 30 aniversario de su fundación como cuarta presidenta.

Burgalesa de nacimiento (1960) aunque residente en el País Vasco hasta que llegó a Pamplona para estudiar en la universidad, accede a la presidencia de UPN tras Javier Gómara, Jesús Aizpún y Miguel Sanz, quien ha sido su valedor en política desde que en 1996, en calidad de independiente, la incorporó a su Gobierno como consejera.

En aquella fecha era vicerrectora de Gestión Académica de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), donde además ostentaba la cátedra de Nutrición y Bromatología, y es también el hasta hoy máximo dirigente de UPN y actual presidente del Gobierno foral quien la considera "un hito en nuestro partido y en Navarra".

Tres legislaturas como primera edil

Casada y con un hijo, tras ser la primera mujer en formar parte del Ejecutivo foral, Sanz la aupó hasta la candidatura a la alcaldía de Pamplona por UPN, todavía como independiente, cargo al que accedió en 1999 también como primera mujer que lo ostentaba.

Desde el gobierno municipal, cuya alcaldía ha renovado en dos ocasiones más (2003 y 2007) con un tirón electoral indiscutible, su trayectoria ha sido imparable en el seno del partido, al que tras afiliarse en el año 2000 ha representado como miembro del Comité Ejecutivo desde 2001 y como vicepresidenta desde 2006.

De su capacidad de gestión dan buena muestra las tres legislaturas como primera edil de Pamplona, con decisiones controvertidas en ocasiones, y en una disposición de fuerzas que ha requerido del apoyo externo, bien de CDN o PSN.

Férrea condena a la violencia de ETA

Férrea en su condena de la violencia etarra, y con el recuerdo de su compañero el concejal pamplonés Tomás Caballero, asesinado por ETA en 1998, Barcina ha aplicado en el consistorio decisiones judiciales como las derivadas de la ilegalización de ANV o de la Ley de Símbolos, que le han granjeado numerosas críticas desde los bancos de las formaciones que en estos años han ocupado el espacio electoral de la izquierda abertzale.

También dentro del partido su meteórico ascenso en nueve años de militancia y su escaso contacto con las bases ha despertado suspicacias de algunos sectores, si bien la sombra de su valedor, Miguel Sanz, ha conseguido unificar los criterios hasta el punto de que su candidatura a la presidencia ha sido la única que se ha presentado en el VIII Congreso de UPN.

Así, el también hoy proclamado vicepresidente de UPN, Alberto Catalán, militante del partido regionalista desde joven y quien ha ocupado cargos en todos los escalones de la formación, sopesó optar a la presidencia, animado por un sector de la militancia que valoraba su procedencia y trayectoria, si bien finalmente renunció a ello en un gesto que atribuyó a su "lealtad" con el partido.

Afronta "con ilusión" esta nueva etapa

En los últimos días, la nueva presidenta de UPN, doctora en Farmacia por la Universidad de Navarra desde 1984, ha asegurado que afronta "con ilusión" esta nueva etapa de su vida y de la de su partido.

Accede a la presidencia de UPN con la intención de ofrecer "un proyecto renovado para seguir siendo palanca de cambio de Navarra", si bien lo deberá hacer ya sin el paraguas que en el ámbito nacional le ofrecía el Partido Popular, con el que UPN rompió a finales del pasado año el pacto que mantenía desde 1991 y que llevó a los populares a integrarse en la formación regionalista en Navarra.

Esta fractura será clave en el escenario político venidero, especialmente en las próximas elecciones autonómicas, en las que Miguel Sanz ya no se presentará y en las que la tradición augura que Barcina será la candidata de UPN a la presidencia del Gobierno de Navarra.

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