El paseador de perros de Lady Gaga sale del hospital después de que le extirpen parte de un pulmón tras el tiroteo

Hace poco más de un mes saltaba la noticia de que dos de los tres bulldog francés de Lady Gaga eran robados. La peor parte de la traumática experiencia se la llevó el empleado de Gaga que los paseaba, que recibió cuatro disparos y estuvo a punto de morir. 

Ryan Fisher, de 30 años, ha ido informando en sus redes sociales sobre su estado y su recuperación. Después de grandes altibajos por fin ha salido del hospital con ganas de recuperarse completamente. 

El joven ha subido un vídeo a su cuenta de Instagram en el que hace una reflexión sobre sus últimas semanas en el hospital y confiesa que le han tenido que extirpar parte de un pulmón. 

Al parecer, una vez que ya estaba en casa, empezó a notar silbidos en el pecho y uno de sus pulmones se colapsó varias veces. Tuvo que volver al hospital para más pruebas y según él mismo afirma "quedó muy claro que mi pulmón no se estaba curando y que la herida de bala había dejado cicatrices en mis tejidos parecidos a quemaduras".

Pasó varios días ingresado hasta que le operaron y le extirparon parte del pulmón, ya que la herida interna de bala podría haber tardado meses en curarse o incluso no hacerlo nunca. 

Admite lo duro que fue, por momentos, el volver a ser ingresado en el hospital y cómo no pudo evitar acordarse de la noche en la que fue atacado. "Además de aceptar la noticia de que me iban a readmitir, varias enfermeras y médicos me contaron que habían estado en la sala cuando llegué con el disparo. Me explicaron cómo creían que no iba a sobrevivir", ha escrito en la descripción del vídeo. 

Pocas horas después del robo de los perros, Lady Gaga escribió en Twitter: "Te sigo queriendo Ryan Fischer, arriesgaste tu vida para luchar por nuestra familia. Eres un héroe para siempre".

Afortunadamente, Fisher está bien y, sobre todo, con un ánimo alto que seguro le ayudará a afrontar lo que le quede para poder recuperarse al cien por cien. Los perros de la cantante volvieron sanos y salvos y, según algunas fuentes, ella se ofreció a pagar el tratamiento médico de su empleado.

"El viaje es duro, seguro que es doloroso, y se toman decisiones cuestionables que ya no me sirven, como llevar vaqueros ajustados. Pero lo intento. Y en algún lugar dentro de eso encuentro el absurdo y la maravilla y la belleza que esta vida nos ofrece a todos", escribió Ryan Fisher como colofón a su reflexión tras su salida del hospital.