La docuserie de la vida de Rocío Carrasco titulada Rocío, contar la verdad para seguir viva ha supuesto un terremoto mediático que ha salpicado no solo su exmarido, Antonio David Flores, sino también a su hija, Rocío Flores, que en estas últimas semanas ha estado en el punto de mira de los programas del corazón.
La nieta de Rocío Jurado viajó esta semana de Málaga a Madrid por motivos laborales y de paso para despedirse de Olga Moreno, la mujer de su padre, que ha puesto rumbo a Honduras como concursante de Supervivientes. Antes de irse al reality, ambas protagonizaron un abrazo ante las cámaras que muchos interpretaron como un dardo envenenado de Rocío Flores a su madre, Rocío Carrasco.
Durante todos estos días, su refugio en la capital ha sido su tía Gloria Camila Ortega, hija de Rocío Jurado y el torero José Ortega Cano y uno de sus grandes apoyos. Las jóvenes han tratado de mantenerse al margen del revuelo mediático que afecta a su familia haciendo planes juntas, según informa la revista Semana.
Tal y como la propia Rocío Flores ha mostrado en sus Stories de Instagram, la joven se ha puesto al día con la serie Dos vidas, en la que Gloria Camila ha debutado como actriz, y se han entretenido haciendo un puzzle de 5.000 piezas.
Además, sobrina y tía acudieron el pasado viernes a comer juntas a un restaurante al que poco después llegaron José Ortega Cano y su mujer, Ana María Aldón.
Por el momento, tanto Rocío Flores como Gloria Camila Ortega guardan silencio y tratan de poner la mayor normalidad posible en sus vidas, algo complicado desde que estalló la guerra mediática por las declaraciones de Rocío Carrasco en su documental.
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