Cuidados básicos que requiere un rosal en flor en tu terraza o jardín

Los rosales son una de las plantas más características y reconocibles de cualquier jardín. Los amantes de la jardinería que disponen de un espacio exterior donde poder cultivar y plantar distintas especies, no dejan pasar la oportunidad de tener los colores y aromas del rosal. 

Existen muchas variedades de rosal, por lo que hay que tener en cuenta las características de cada uno de ellos y las necesidades que requieren para crecer fuertes y sanos. 

Sin embargo, la mayor parte de los rosales necesitan de algunos cuidados básicos que son aplicables a la gran mayoría de ellos, tales como los que se explican a continuación.

Cuidados básicos para los rosales

Cuando el rosal está flor, es decir, durante la época del verano, es una de las épocas en las que más hay que prestar atención a los cuidados básicos del rosal. 

Concretamente, es en primavera cuando salen las primeras rosas, sin embargo, es desde el verano y hasta el otoño cuando más cargados de flores se encuentran los rosales. Unos cuidados sencillos harán que estas duren hasta comienzos del mes de octubre, según Verdecora.

En primer lugar, hay que podar las rosas que ya se van marchitando, es decir, retirar las rosas marchitas para que la planta gaste su energía en otras partes de la planta. Esto ayudará a estimular la floración. Basta con con cortar desde el tallo a unos tres centímetros de la flor.

Por otro lado, el riego es otro de los cuidados fundamentales en esta época. El rosal es una de las plantas que más se resiente con las altas temperaturas, por lo que el riego debe ser regular, abundante y en profundidad. El momento perfecto para regar los rosales es en las primeras horas del día o en las últimas de la tarde.

También hay que tener en cuenta que se deben abonar con un abono específico para rosales durante la primavera. Llegado el verano, también se puede seguir abonando, pero en menor intensidad. Así, tendrá mayor energía para la floración.

Por último, uno de los puntos más importantes es controlar las plagas, como la del pulgón y la mosca blanca. Para erradicar su presencia, existen productos específicos para el insecto en cuestión que habrá que aplicar, preferentemente, en las horas de menos incidencia solar.