¿Quiénes son los familiares más desconocidos del duque de Edimburgo que asistirán a su funeral?

La comunidad internacional se suma al pésame por la muerte del duque de Edimburgo
El príncipe Felipe, duque de Edimburgo.
Europa Press
La comunidad internacional se suma al pésame por la muerte del duque de Edimburgo

Fue expreso deseo del príncipe Felipe, duque de Edimburgo, quien falleció a los 99 años hace justo una semana. En su funeral, como dejó dicho desde varias décadas atrás, tendría que estar representada la otra rama de su familia, no solo la que atañe a los Windsor. Y desde que se conoció la lista de 30 personas que asistirán a sus exequias (un número ínfimo para lo que debería ser un evento multitudinario en condiciones normales, pero que cumple con las medidas anticoronavirus) ya se ha descubierto quiénes serán estos tres hombres que acompañarán a todo el árbol genealógico de Isabel II en la despedida de su consorte.

Tal y como explican desde Vanitatis, para entender el porqué de la petición del 'Dios Felipe' (como se le conocía en una isla del Pacífico) hay que remontarse muchos años, hasta comienzos de siglo, porque es menester saber que Felipe tenía cuatro hermanas mayores (Margarita, Teodora, Cecilia y Sofía) y luego dar un salto temporal. Exactamente, hasta 1947, cuando se convirtió en el prometido de la entonces princesa Isabel, quien por cierto era su prima tercera.

Todas sus hermanas se habían casado, en un lapso de tiempo cortísimo (entre 1930 y 1931) con aristócratas alemanes: Margarita lo hizo con Godofredo de Hohenlohe-Langenburg, Teodora con Bertoldo de Baden, Cecilia con su primo, Jorge Donato de Hesse-Darmstadt, y la menor de todas ellas, Sofía, de tan solo 16 años cuando contrajo matrimonio, con su primo segundo, Cristóbal de Hesse-Kassel.

Los cuatro hombres eran muy afines al partido nazi, el cual apoyaron una vez estalló la Segunda Guerra Mundial menos de una década después, siendo algunos de ellos altos rangos, como Godofredo, que fue herido en Rusia y que fue dado de baja después del infructuoso atentado contra Adolf Hitler en 1944, o Cristóbal, miembro de las SS, y que perdió la vida en un accidente aéreo en los Montes Apeninos, en Italia en 1943. 

Jorge Donato y Cecilia también había muerto (en 1937) en una accidente de avión, que chocó contra una chimenea, y en el que ella se había puesto de parto de su cuarto hijo. Solo les sobrevivió su tercera hija Juana, que no voló con ellos, pero que moriría en 1939 a causa de una meningitis.

Tras las II Guerra Mundial, en 1947 como decíamos, tuvo lugar la boda entre Isabel y Felipe. Debido a las tensiones que aún había entre Reino Unido y la derrotada Alemania, la otra rama familiar del duque de Edimburgo no tuvo permitida su asistencia al evento, una espina que se le quedó clavada al príncipe, quien prefería cerrar heridas y dejar el pasado atrás (aunque también se ha dicho que podía ser porque él no veía con malos ojos en su momento la ideología fascista, como ocurrió con otros aristócratas británicos).

Su hermana Teodora sería la siguiente en fallecer, en 1969, pero él nunca perdió el contacto ni con ella ni con Margarita (que moriría en 1981) ni con Sofía, que alcanzó los 87 años, expirando el 3 de noviembre de 2001. Como sobrevivió a todas ellas y tenía un contacto fluido con sus sobrinos, dejó dicho que quería que estos descendientes asistiesen también a su funeral, deseo que le ha concedido la reina.

Bernhard, Philipp y Donatus

De esta forma, quienes acudirán al entierro de su tío serán tres de sus sobrinos: primeramente, el príncipe Bernhard, heredero de la casa de Baden a sus 50 años, hijo de Maximiliano, margrave de Baden, que fue el segundo vástago de Teodora y Bertoldo, sus abuelos.

El segundo de ellos es, con 51 años, el príncipe Philipp de Hohenlohe-Langenburg, único hijo varón de Crato de Hohenlohe-Langenburg, el segundo de los hijos de Margarita y Godofredo, cuya primogénita, Teodora Alicia Margarita, nació muerta el 3 de diciembre de 1933.

Y por último, el príncipe Donatus, actual Landgrave de Hesse, con 54 años. Él es el más alejado sanguíneamente del duque de Edimburgo, pero quien, al ser el cabeza de esa casa alemana con dos de cuyos miembros se casaron sus hermanas Cecilia y Sofía, era la forma de que ellas dos estuviesen representadas. De hecho, según informa el citado medio, él es quien a pesar de todo más relación ha tenido tanto con la reina Isabel II como con el recientemente fallecido príncipe consorte.

Por ahora, los tres se encuentran aislados en una casa que un amigo común les ha prestado en Berkshire, a la cual llegaron el pasado fin de semana, pues tras conocerse la muerte del duque fueron avisados de inmediato para su asistencia, lo que da a entender que el protocolo estaba más que estudiado desde la estancia del duque en el hospital pocas semanas antes de morir, respetando sus deseos y sabiendo cómo había que actuar en un funeral en plena pandemia.

El príncipe Philipp de Hohenlohe-Langenburg emitió un comunicado para expresar su dolor y, a su vez, como recuerdo a su tío abuelo: "De veras que esto es un honor increíble, así como todos estamos totalmente consternados. Es un privilegio para nosotros ser incluidos por nombramiento de la familia. Fue un placer el tener una conversación con él. Su memoria era extraordinaria. Podía recordarlo, cuando yo era un niño, jugando al escondite en el castillo, y siempre disfrutaba hablando con la gente llana".

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