La economía española sufrirá una drástica caída del Producto Interior Bruto (PIB), de hasta el 9,7% en el escenario más severo, si la temperatura global llegara a subir 3,2 grados centígrados en los próximos 30 años. En el mejor de los casos, si se cumplen los objetivos del Acuerdo de París, el PIB de España podría llegar al -2,5% a mediados de siglo.
Golpe al turismo, especialmente a las zonas cálidas de playa
Así se desprende del último informe económico de Swiss Re, el gigante suizo de los reaseguros, que pronostica un fortísimo impacto en el rendimiento de los cultivos españoles, así como en la llegada de turistas internacionales.
"Muchos puestos de trabajo estarán en peligro, especialmente en los sectores de la agricultura y el turismo, que se ven especialmente afectados", asegura a 20minutos Patrick Saner Jefe de Estrategia Macro, de Swiss Re Institute.
Patrick Saner explica: "En general, esperamos que las regiones cálidas sean menos atractivas para el turismo, debido al aumento de las temperaturas, el calor o la erosión de las playas".
Así, zonas como Andalucía, Murcia o la Comunidad Valenciana podrían ser algunas de las más perjudicadas. También las islas Baleares y parte de Cataluña. Por todo ello, es previsible que los turistas comenzarán a visitar regiones con temperaturas más suaves, ya sea en España o en otros países europeos.
Además, debido a la disminución de los ingresos por el cambio climático a nivel mundial, podríamos asistir a una ralentización del sector turístico.
Daños en la agricultura
"El aumento de las temperaturas y de los niveles de concentración de carbono, así como los cambios en los patrones de precipitación, tienen un gran impacto en el rendimiento de los cultivos y en la productividad agrícola. Por lo general, las regiones cálidas verán acortadas las temporadas de cultivo a mediados de siglo y más allá", subraya el Jefe de Estrategia de Swiss Re Institute.
Además, un acusado incremento de las temperaturas también tendría impacto sobre la salud de los españoles, especialmente en los grupos más vulnerables (niños, personas que trabajan al aire libre, ancianos, mujeres y enfermos), según alertan desde el Observatorio de Salud del Ministerio de Sanidad del Gobierno español.
No actuar no es una opción: los Acuerdos de París se deben acelerar
Swiss Re advierte a los países que no actuar frente al cambio climático no es una opción, ya que si no se incrementan los planes para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) la economía mundial se contraerá entre un 7 y un 10% hacia 2050.
Desde la multinacional de las reaseguradoras recalcan que el impacto sería menor si ya se adoptaran medidas para cumplir los objetivos establecidos en el Acuerdo de París.
En 2050 la población mundial aumentará hasta casi 10.000 millones
Otro de los factores que dificultarán la lucha contra el cambio climático es el importante crecimiento de la población mundial. En 2050 las previsiones son que aumentará hasta casi 10.000 millones de personas, especialmente en las regiones más afectadas por el cambio climático. A cierre de 2020 la población mundial rozaba los 7.700 millones de personas.
¿Qué puede hacer cada país para ayudar a atenuar el cambio climático?
Patrick Saner, experto Swiss Re, responde:
En primer lugar, los gobiernos deben reconocer que el momento de actuar es ahora. La clave es que los países tiren de la misma cuerda y cumplan sus promesas climáticas.
En segundo lugar, y en términos de políticas, el sector público tiene muchas opciones. Los gobiernos podrían, por ejemplo, disponer de incentivos fiscales para las inversiones en tecnología de captura de carbono.
Invertir en infraestructuras sostenibles y en soluciones basadas en la naturaleza también tiene un efecto económico y medioambiental muy positivo, por lo que tiene sentido desde el punto de vista económico. Por otra parte, los bancos centrales también podrían introducir criterios de sostenibilidad en sus marcos de garantía para ayudar a orientar los flujos de capital.
Y en tercer lugar, los países deberían tener un plan de juego para supervisar sus avances con respecto a sus compromisos climáticos e introducir evaluaciones de riesgo que puedan ayudarles a aplicar estrategias de mitigación y adaptación.
En resumen, hay muchas opciones sobre la mesa, pero lo que hace falta es un sentido de urgencia y ejecución para cumplir las promesas climáticas que los países han hecho.
¿Cuáles son los países a los que más perjudicará el cambio climático?
No hay ganadores. Todos los países se verán afectados negativamente por un cambio climático no mitigado. En un escenario severo, estimamos que la economía mundial podría perder casi una quinta parte del PIB mundial a mediados de siglo.
Sin embargo, existen fuertes discrepancias regionales. El impacto más grave de los escenarios climáticos adversos se sentirá en los países emergentes de Asia (Malasia, Indonesia, Filipinas) y, en menor medida, en Europa. Esto tiene que ver simplemente con la ubicación geográfica de los países y con el entorno climático predominante, pero también está relacionado con la composición de la economía, por ejemplo, si dependen más de la agricultura y el turismo en comparación con los servicios
En cuanto a la exposición a los riesgos meteorológicos graves derivados del cambio climático, el sudeste asiático y América Latina serán probablemente los más susceptibles de sufrir condiciones de sequía.
Lo que también es importante recordar no es solo qué países están más afectados, sino ver si estos países están mitigando activamente los efectos del cambio climático. Y lo que hemos descubierto es que, en realidad, los países más afectados de los países emergentes de Asia son también los que menos pueden permitirse medidas de adaptación.
¿Qué países son ejemplos en la lucha contra el cambio climático y cuáles son malos ejemplos?
En realidad, la UE lo está haciendo bastante bien y tiene el paquete de estímulo fiscal más ecológico en la actualidad. Del plan de recuperación de 750.000 millones de euros, cerca del 37% se destina a iniciativas verdes. El fondo "Nueva Generación de la UE" incluye medidas específicas para hacer frente a los combustibles fósiles, la eficiencia energética e invertir en la preservación y restauración del capital natural.
No se trata de señalar con el dedo, sino de reconocer que todos los países tienen que tirar de la misma cuerda y cumplir lo que han prometido en torno a los objetivos climáticos. En el entorno actual de inversión para recuperar las economías del shock de la crisis de Covid-19, es importante que este estímulo no solo ayude a la economía sino también al medio ambiente. Las inversiones en infraestructuras sostenibles y soluciones basadas en la naturaleza tienen sentido desde el punto de vista económico y también apoyan al medio ambiente.
¿Se está haciendo lo suficiente en el cambio de la industria española por apostar por un modelo más sostenible?
Hay anuncios significativos para transformar el transporte, por ejemplo, y utilizar los fondos de la UE para invertir de forma sostenible. Son, sin duda, pasos en la dirección correcta.
Sin embargo, cuando se observa la diferencia entre los objetivos de emisiones y lo que sería compatible con el cumplimiento de los objetivos de París, está claro que hay que hacer más.
¿Qué puede hacer un ciudadano corriente en su vida diaria para ayudar frente al cambio climático?
Hay muchas maneras de reducir la huella de carbono de una persona, desde alterar sus opciones de consumo para limitar los viajes innecesarios, incorporar la eficiencia energética en las decisiones de inversión, hasta adoptar una estrategia de inversión financiera que cumpla con las normas ASG. Son demasiadas para nombrarlas, y cada persona debe contribuir en la medida de sus posibilidades en el contexto único de su lugar de residencia y de lo que es financieramente factible.
Algunas soluciones relativamente fáciles son:
Apaga las luces y los electrodomésticos cuando no los utilices. Utiliza electrodomésticos de bajo consumo si es posible, como luces LED (en lugar de luces incandescentes) o sustituye los frigoríficos viejos que suelen consumir mucha energía.
Elige energías renovables si es posible. Si vives en un país en el que puedes elegir tu proveedor de energía, lo ideal es que elijas uno que funcione con energía renovable.
¿Se debería acelerar la apuesta por los coches eléctricos?
El transporte contribuye en gran medida a las emisiones de gases de efecto invernadero (29%), y el 60% proviene de los coches.
Una adopción más rápida de los vehículos eléctricos sería beneficiosa para reducir las emisiones de carbono. De hecho, el Parlamento Europeo afirma que, dada la combinación energética media en Europa, los coches eléctricos ya están demostrando ser más limpios que los vehículos que funcionan con gasolina.
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