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El Gobierno se arriesga a tener que pagar 500.000 vacunas de AstraZeneca que ha decidido no utilizar

Un vial de la vacuna de AstraZeneca
Europa Press

El Gobierno prevé dejar sin utilizar casi 500.000 dosis de la vacuna de AstraZeneca por su oposición a administrarla en menores de 60 años. Sin embargo, España tendrá que pagar esas dosis si la farmacéutica las entrega, incluso si no se inoculan. El importe ascendería a unos 712.000 euros, de acuerdo con los cálculos de 20minutos. En total, el Ejecutivo tiene aún pendientes de pago 12,4 millones de euros a cambios de los siete millones de dosis que están pendientes de entrega, y con el plan actual no se utilizarán todas: como máximo podrían inocularse 6,6 millones, con lo que casi medio millón quedarían sin utilizarse. 

El comisario de Mercado Interior de la UE, Thierry Breton, anunció este domingo que no se adquirirán más vacunas de AstraZeneca a partir del tercer trimestre del año, en línea con las previsiones a las que hace ya semanas apuntaban fuentes del Ministerio de Sanidad. La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha apoyado este lunes desde Bruselas la decisión de la Comisión de no hacer más compras a "una empresa que ha sido incapaz de suministrar a la UE en los términos pactados".

Con el apoyo a esta decisión, España ya da por cerrada prácticamente la puerta a vacunar con AstraZeneca a personas menores de 60, como piden varias comunidades y creen adecuado los expertos de Sanidad. Si el Gobierno mantiene su posición actual y si la farmacéutica entregara los siete millones de dosis que quedan por recibir, hasta 6,6 millones se podrían inyectar en personas de entre 60 y 69 años, y quedarían alrededor de medio millón que España renunciaría a administrar, aunque las tendría que pagar igualmente.

En todo caso, y dado el deficiente suministro por parte de AstraZeneca hasta la fecha, está por ver si habrá suficientes dosis para completar la inmunización de las personas de entre 60 y 69 años que ya han recibido una dosis, y que podrían verse en la misma situación que los trabajadores esenciales menores de esa edad a los que ya se inoculó también una dosis de la vacuna de Oxford. Preguntado por esta cuestión, el director del CCAES, Fernando Simón, se ha limitado a señalar que "hay un cierto stock" de vacunas de AstraZeneca.

Sin ultilizar más de 400.000 dosis

Al margen de que Bruselas no vaya a renovar el contrato con AstraZeneca, los países de la UE deberán pagar las dosis que reciban de las que figuraban en el acuerdo vigente. En concreto, a España le quedan por recibir siete millones de dosis, con un coste de 12,4 millones de euros. Y si el Gobierno persiste en no querer vacunar a los menores de 60 años con AstraZeneca, dejará inutilizadas al menos 400.000 dosis, con un coste de 720.000 euros.

Según el último informe de vacunación, en España ya hay 361.601 personas de entre 60 y 69 años con la pauta completa, 3,3 millones aún tienen que recibir una segunda dosis y 1,6 millones, las dos. Incluso si toda esa población se vacunara con AstraZeneca, la diferencia entre los siete millones de vacunas que todavía tienen que llegar y las personas que pueden recibirla según el plan del Gobierno es de más de 400.000 dosis.

Esta estimación es de mínimos: podrían sobrar aún más vacunas de AstraZeneca, dado que a quienes tienen entre 66 y 69 años también se les están inoculando otras vacunas –Pfizer, Moderna o Janssen, en función de la disponibilidad en cada comunidad autónoma–. En todo caso, España tendrá que pagar igualmente las dosis sobrantes por la negativa del Gobierno a rebajar la edad o a completar la pauta con ella a los trabajadores esenciales.

1,78 euros por dosis

Durante 2020, y a medida que avanzaban los ensayos clínicos de las distintas farmacéuticas para la vacuna contra la Covid, la Comisión Europea firmó con los Estados miembros que quisieron unirse -España entre ellos- sendos acuerdos de compra anticipada, para asegurarse millones de dosis de vacunas en cuanto estuvieran autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA).

Según recuerdan fuentes comunitarias, en virtud de estos acuerdos la Comisión hizo desembolsos para promover la producción y la investigación, y también negoció de manera conjunta los precios en nombre de los países participantes. Así, logró que la dosis de AstraZeneca saliera a 1,78 euros, que con la inmunización completa cuesta 3,65 euros. Se trata del precio más bajo en Europa por una vacuna, según la información que desveló el diciembre la ministra de Sanidad de Bélgica, Eve De Bleeker, en un tuit que borró posteriormente y que desveló uno de los secretos mejor guardados hasta entonces por Bruselas: el precio de las vacunas, Así se supo que la dosis de Pfizer se paga a 12 euros y la de Moderna, a 14,8.

El papel financiero de Bruselas llegó hasta la negociación conjunta y, a partir de entonces, son los gobiernos los que tienen que hacer frente al pago íntegro de cada dosis que reciben. España va desembolsando el importe a medida que las vacunas van llegando, pero esto no le exime de hacer el pago por todas las comprometidas, si finalmente llegan.

Según los cálculos en base al coste de 1,78 euros por dosis de AstraZeneca, España ha pagado 9,6 millones por las 5.397.000 dosis que ya ha recibido. De ellas se han inyectado 4,4 millones, el 82,4%. En el reparto a nivel comunitario, a España le correspondió un poco más del 10% de las adquiridas en conjunto, un total de 12.232.200 dosis. Restando las ya entregadas y pagadas, quedan por recibir siete millones y por pagar, 12,4 millones de euros. 

Si AstraZeneca cumple sus entregas, este es el precio que el Gobierno todavía tiene que pagar por las vacunas británicas en un momento en que se va agotando la población a la que se les puede inyectar y ante el rechazo del Ejecutivo a ampliar las edades en las que se puede inmunizar con este suero.

Comunidades y expertos

Comunidades como Madrid o Andalucía llevan meses reclamando que no haya límites de edad, y otras como Castilla-La Mancha o Aragón apuestan por que, al menos, se permita poner la segunda dosis a los menores de 60 años, trabajadores de profesiones esenciales, que ya recibieron una primera dosis, algunos hace ya más de 12 semanas, el intervalo recomendado entre una y otra. El pasado viernes, el presidente andaluz, Juanma Moreno, advirtió al Ejecutivo de que su comunidad tiene "150.000 vacunas estancadas" de AstraZeneca y que, o envía más sueros de otras marcas, o empezará a poner "la segunda dosis a aquellos ciudadanos que ya se lo pusieron, de manera voluntaria, de manera que el que quiera, lo haga".

Sin embargo, Sanidad sigue negándose a dar marcha atrás en la decisión de suspender la vacunación con AstraZeneca a menores de 60 años que se tomó a principios de abril en plena alerta europea por los extraños -y escasos- episodios de trombosis que empezaron a asociarse a ella. 

La ministra, Carolina Darias, se niega a escuchar a las comunidades que piden retomar la vacunación e incluso a sus propios expertos. Hace unas semanas, la Ponencia de Vacunas propuso inyectar AstraZeneca al menos a la franja de entre 40 y 60 años, pero en la Comisión de Salud Pública a la que asesora se impuso la postura de Darias, de aplazar un mes más la decisión sobre qué hacer con quienes ya tienen la primera dosis de AstraZeneca puesta. 

Mientras, Sanidad confía en que el ensayo clínico que está conduciendo el Instituto de Salud Carlos III confirme su hipótesis de que, en lugar del suero británico, pueden recibir Pfizer como segunda dosis. Si esto finalmente es así, España se verá obligada a seguir pagando las vacunas de AstraZeneca que sigan llegando en virtud al acuerdo de compra que firmó la Comisión en su nombre.

Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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