Cine

Rachel Weisz, la musa 'indie' que sedujo a Alejandro Amenábar

Rachel Weisz en una imagen de archivo.
EFE

Con 39 años y un Oscar en el zurrón, Rachel Weisz ha decidido que su carrera se va a dedicar al cine que le gusta: "Quiero papeles interesantes, no me interesan las grandes producciones de Hollywood".

Y parece que va muy en serio, en los últimos años su nombre se ha asociado a algunos de los nombres más respetados del celuloide actual: Darren Aronofsky (su actual marido), Ryan Johnson, Wong Kar Wai, Peter Jackson o Fernando Meirelles, con el que ganó la estatuilla por El jardinero fiel, han contado con ella para sus cintas. Ahora le toca el turno a Alejandro Amenábar.

"Me dejaba mucho espacio"

Amenábar lo tuvo claro en cuanto le propusieron a Rachel para protagonizar su nueva película: "Era perfecta para el papel, tiene una gran belleza física, sus rasgos eran ideales para encarnar a Hipatia es una gran actriz y además tiene un título universitario, así que sabía de antemano que no era alguien que se iba a limitar a recitar las líneas del guión".

Weisz destaca de Amenábar la tremenda libertad que el realizador le dio durante el rodaje. "Me dejaba mucho espacio para que pudiera dar mi propia visión del personaje. Fue genial. Sólo hubo una escena en la que me dijo que quería que la rodara de una determinada manera, y aunque intenté convencerle de que creía que se equivocaba, él no me hizo caso", explica Weisz a orillas del Mediterráneo mientras saborea un zumo.

En Ágora, la intérprete inglesa encarna a Hipatia, una astrónoma y filósofa egipcia que tiene por cometido desentrañar los secretos del Universo. Un personaje que guarda pocos parecidos con Rachel, que admite que es "muy mala en todo lo relacionado con las ciencias", bromea.

Una ovación de once minutos

"Siempre he sido horrible para las matemáticas. ¡Cuando voy a un bar tengo que sumar los precios con la mano porque no soy capaz de hacerlo mentalmente!", comenta entre risas. "Sé que esto saldrá publicado, pero puedo demostrar que tengo un título", se justifica con una sonrisa en la boca.

Weisz fue la estrella de la fiesta de Ágora, la noche en que el teatro Lumière dedicó una ovación de once minutos a la cinta de Amenábar. Se hizo fotos, bailó y se codeo con algunos nombres más conocidos del cine español, J. A. Bayona (director de El Orfanato), Juan Carlos Fresnadillo (responsable de Intacto, entre otras)...

Y no falto su marido, Darren Aronofsky, que está "a la busca de algún proyecto interesante" mientras descansa después de la promoción de El luchador. Ya lo dijo un asistente a la carpa del Carlton Beach, "son la pareja más adorable de Hollywood".

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