Según las investigaciones policiales la mujer llevaba desde al menos el año 2013 aprovechándose de su condición y cargo, sustrayendo joyas y dinero a las personas que había atendido en las plantas donde trabajaba.
Debido al tiempo trascurrido, la situación y a que muchos de los enfermos ya fallecieron, gran cantidad de las joyas vendidas por la autora de los hurtos no han podido ser relacionados con sus víctimas, por lo que han quedado sin denunciar.
Se calcula que el beneficio obtenido de la venta de joyas sustraídas ascendió a unos 8.801 euros, aparte de la cantidad de dinero en efectivo que también sustrajo, no pudiendo cuantificar una cifra exacta pero considerándose importante.
La mujer ha reconiocido los hechos que se le imputan y una vez tramitado las correspondientes diligencias ha pasado a disposición judicial quedando en libertad con cargos a la espera de juicio.
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