Hay quien dice que ha sido una casualidad y que no hay que darle tantas vueltas. Y otros dicen que en la familia real británica las casualidades no existen. Es decir, que había intencionalidad y alevosía. Cuando este miércoles Beatriz de York y Edoardo Mapelli anunciaban que esperaban su primer hijo, todos en Buckingham Palace sabían que era 19 de mayo, un día importantísimo para Meghan Markle y el príncipe Harry.
"Su Alteza Real la Princesa Beatriz y el Sr. Edoardo Mapelli Mozzi están muy felices de anunciar que están esperando un bebé para otoño del presente año. La Reina ha sido informada y ambas familias están encantadas con la noticia", rezaba el escueto texto en redes sociales con el que los Windsor informaban de la buena nueva.
El problema es que muchos seguidores de las intrigas palaciegas opinan que el azar no ha jugado en absoluto en este caso, que entienden es un obvio intento poracaparar la atención en detrimento de los duques de Sussex en el día de su aniversario de boda. Es decir, una venganza en toda regla de la hija del príncipe Andrés, duque de York, hacia su prima política, con quien aseguran que no se lleva demasiado bien.
Explican desde Vanitatis que esta animadversión entre ambas viene de una teoría que se puede leer en el libro Royals at war ["La realeza en pie de guerra"], de los periodistas Dylan Howard y Andy Tillett, en el que explican que las tensiones entre Meghan y Beatriz vienen de lejos y que todo tiene que ver con la pérdida de protagonismo.
Por eso el primer caso constatable de berrinche ocurrió en 2018, en octubre, cuando la princesa Eugenia de York se casaba. Aprovechando que toda la familia estaba reunida, Meghan y Harry les anunciaron que estaban esperando su primer hijo, una noticia que a la novia, a su hermana Beatriz y a su madre, Sarah Ferguson, no les sentó nada bien, pues el protocolo dicta que ese día solo pueden ser protagonistas los recién casados.
De hecho, la primera revancha ocurrió apenas unos días después, justo cuando desde el palacio de Kensington se revelaba que los duques estaban esperando a su primer hijo. Sarah Ferguson decidió que era entonces el momento oportuno para sacar a la luz fotografías inéditas de la boda de su hija, un gesto que ya entonces se vio como un pequeño castigo por haberle robado protagonismo a Eugenia.
Pero el resquemor seguía dentro y un año después, cuando todas las cámaras estaban siguiendo a Meghan y Harry en su periplo por Sudáfrica, la princesa Beatriz de York y Edoardo Mapelli anunciaron que se casaban. Ya en aquellas jornadas varios periodistas apuntaron a que se trataba de un intento algo desesperado de la princesa por robarle protagonismo a la duquesa.
Claro que Meghan Markle y el príncipe Harry tampoco se han quedado de brazos cruzados y empieza a ser costumbre que tras el anuncio de una de las dos familias llegue otro desde el otro lado. Apenas habían pasado cinco días desde que naciese el primer hijo de Eugenia de York y Jack Brooksbank (dos desde que salieron del hospital) y, este pasado 14 de febrero, con la prensa todavía esperando que saliese a la luz el nombre o una fotografía del recién nacido, los duques de Sussex anunciaron su segundo embarazo robándoles todo el protagonismo.
Tales han sido las diferencias que en la boda de la princesa Beatriz con Edoardo Mapelli se llegó a dudar que estuviesen invitados Meghan Markle y el príncipe Harry, aunque finalmente la pandemia hizo que se retrasase, haciendo inanes los rumores puesto que se dieron el "sí, quiero" en una ceremonia íntima.
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