Sitges (Barcelona) ha celebrado la noche de este jueves al viernes un ensayo clínico en el que cerca de 300 voluntarios -y 105 organizadores- disfrutaron de nuevo de bares nocturnos, y pudieron cantar y bailar sin la necesidad de guardar distancia social, aunque sí con mascarilla, uso de gel hidroalcohólico y tras haberse sometido a un test rápido de antígenos.
Las autoridades locales del pueblo costero, la Generalitat y empresas del sector, entre otras organizaciones, han coordinado un ensayo que se ha celebrado en cinco establecimientos de la localidad, situados en la icónica 'calle del Pecado'. Esta prueba tiene que servir para analizar una posible reapertura del ocio nocturno dentro de la actual situación de pandemia y en pleno proceso de vacunación de la población.
"Estamos convencidos que esta noche será la palanca definitiva para arrancar y demostrar que el ocio nocturno es seguro", ha declarado el presidente de la Asociación de Bares Musicales de la Calle del Pecado, Damià Orts.
La alcaldesa de Sitges, Aurora Carbonell, hizo las siguientes declaraciones antes de inicio de la puerba: "Queremos esta recuperación económica del ocio nocturno, un sector económico que lleva muchísimo tiempo cerrado. Y por otro lado queremos que la ciudadanía, la sociedad, pueda disfrutar también de la noche y del ocio nocturno, porque es muy necesario en estos tiempos”.
Ilusión entre los participantes
Horas antes de la apertura de los locales, todos los voluntarios acudieron a realizarse los correspondientes tests de antígenos. Mientras guardaban cola, muchos aseguraban sentirse "ilusionados" y con ganas de ver qué ocurría, y si el ensayo podría ser el principio de la vuelta a la normalidad. Todos los voluntarios dieron negativo en Covid-19.
Alrededor de las 23.30 horas, el espacio de la icónica 'calle del Pecado' donde se concentran los bares Everlasting, Pachito, Rich Monkey, Las Vegas y Blitz fue recibiendo escalonadamente gente entusiasmada por volver a vivir una noche de baile, música y copas que se alargó hasta las 3.00 horas.
La calle en la que se realizaba la prueba quedó cortada y aislada para que solo los voluntarios pudieran pasar de un local a otro y disfrutar de una noche festiva sin distanciamientos sociales, lo más parecida posible a una jornada nocturna pre-pandemia a pesar de las restricciones básicas de salud.
Al abrirse las vallas para entrar a la calle y comenzar el evento, los voluntarios se mostraron emocionados, abrazándose y bailando sin remordimiento, lo cual se ha convertido en algo extraño con la pandemia.
"Parece que sea la primera vez"
"Hace un año que no salimos por la noche y parece que sea la primera vez", explicaba Esteve, vecino de Vilafranca del Penedès, que veía el ensayo como "una buena oportunidad para probar de qué manera se puede ir de fiesta".
"¡Esto es increíble, monumental!", exclamaba Celine, vecina de Sitges, que aseguraba que la gente joven "necesitaba" una noche de pubs abiertos. Un entusiasmo que compartían Lorena y Anna, dos amigas de Sitges y Sant Pere de Ribes, que se reencontraron el jueves aprovechando la celebración del ensayo clínico: "Estamos muy contentas por poder salir en un ambiente tan controlado y apoyar a los locales de ocio".
Para Andreis Sircheli, trabajador de uno de los establecimientos abiertos para el ensayo, “es un pequeño paso a nivel global, pero un gran paso para los negocios de este pueblo, así que eso trae esperanza, alegría y especialmente una sensación de libertad”.
Resultados en junio
Entre los participantes, la media de edad ha sido de 36 años, según ha detallado el subdirector general de drogodependencias, Joan Colom. El inscrito más joven tenía 18 años, mientras que el mayor, 76. En cuanto al sexo, el ensayo ha buscado la paridad, de forma que el 52% de los asistentes han sido hombres y el 48%, mujeres. Salud también ha puntualizado que el 80% eran vecinos de Sitges, mientras que el resto procedía otros municipios de las comarcas del Garraf, del Alt Penedès y del Baix Llobregat.
Además de la prueba de antígenos previa al evento, los asistentes deberán realizarse otra prueba rápida seis días después del ensayo y estar disponibles para un seguimiento durante dos semanas, lo que permitirá a las autoridades comprobar la incidencia de la actividad en los índices de contagio.
En marzo, Cataluña también fue escenario de otro ensayo de este tipo, cuando unas 5.000 personas pudieron asistir a un concierto del grupo musical 'Love of Lesbian' en Barcelona. En esa ocasión, el rastreo realizado por el Hospital Universitario Germans Trias, mostró cifras halagüeñas, ya que de las seis personas que dos semanas después dieron positivo, se determinó que cuatro de ellas se infectaron en otra localización.
En el caso de Sitges, la previsión es presentar los resultados y conclusiones del experimento clínico a mediados de junio. El ensayo lo financia el Ayuntamiento de Sitges, con un presupuesto de entre 15.000 y 18.000 euros, según fuentes municipales. La supervisión científica va a cargo del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria (IDIAP) Jordi Gol, con apoyo del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña.
El ocio nocturno en España se ha visto devastado por la pandemia, que ha obligado al cierre de alrededor de 5.000 clubes nocturnos y le ha costado a la industria unos 2.850 millones de euros, según la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos.
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