Entrevista | Alonso Caparrós: "Querer recuperar lo que ya no se puede es una trampa mental"

  • El colaborador de 'Sálvame' presenta 'Un trozo de cielo azul' (Planeta), el libro donde se abre en canal para contar su victoriosa lucha contra las drogas.
Alonso Caparrós.
Alonso Caparrós.
JORGE PARÍS
Alonso Caparrós.

Debutó en la tele de los noventa con apenas 20 años y, poco después, ya era uno de los rostros más reconocibles para los españoles gracias, sobre todo, al concurso Furor. Sin embargo, detrás de esa sonrisa que levantaba pasiones se escondía un infierno de adicciones y mentiras por el que Alonso Caparrós viajó a lo largo de muchos años y que le hicieron tocar fondo. Esta historia es una confesión, pero también un relato de redención y de esperanza, esa que él nunca perdió para estar hoy aquí.

¿Qué fue lo primero en lo que pensó cuando decidió escribir el libro y cuando lo termino? Era como un sueño, algo que siempre he querido hacer. Tuve mucho miedo, porque nunca había escrito nada, pero luego he sentido mucha satisfacción. Forma parte de ese renacer personal.

¿Le ha costado 'volver' a esos lugares en los que, cuenta, no fue feliz? Repasar los recuerdos siempre conlleva mucho trabajo, sobre todo si son difíciles. Cuando yo me siento a escribir el libro es porque ya tengo mi solución. Es decir, el libro no es un proceso, es la historia de cómo es todo ese proceso.

A pesar de que es un libro muy duro, la sensación final es de esperanza. Exacto. Sí es cierto que, para poder transmitir esa sensación de esperanza, había que recorrer ese camino tan duro.

¿En qué momento sintió que lo perdió todo? Fueron muchos años. Empecé a consumir con 18 y seguí haciéndolo hasta hace bien poco. Fueron 25 años en los que, poco a poco, fui perdiendo todo. Y lo más importante no es la pérdida de las cosas materiales, porque nunca me ha costado empezar de nuevo, lo trágico es lo que vas perdiendo y que ya es irrecuperable: vínculos, tiempo, relaciones, tus plenas capacidades...

"Barcelona casi me lleva al fin de mis días. Y es ahí donde parte el libro, cuando le dije a mi madre que pensaba que iba a morir"

¿Alguna cosa le dolió por encima de todo? En esencia, el tiempo perdido con mis hijos. Me separé de ellos, que son de distintas madres, cuando tenían dos años, y, hasta ahora, que tienen 28, nuestra relación ha sido de distancia. Distancia física y emocional que ya hemos recuperado.

¿Le atormenta? Atormentarme no, porque todo está procesado, pero es una nostalgia que cargaré hasta el fin de mis días. He aprendido a aceptarlo, y eso también es una de las claves para salir adelante, porque querer recuperar lo que ya no se puede es una trampa mental.

"Con quien menos estamos acostumbrados a tratar es con nosotros mismos"

¿Cuándo se da cuenta de que toca fondo? Cuando viví en Barcelona. Barcelona casi me lleva al fin de mis días. Y es ahí donde parte el libro, cuando le dije a mi madre que pensaba que iba a morir. A partir de ahí comienza mi rescate, mi reconstrucción.

¿Cree que ha estado cerca de la muerte? Sí, y es una realidad. Cuando yo digo que conviví con la muerte como drogodependiente que era es que, cada vez que consumía, corría el riesgo de morirme. Muchas veces había momentos de sobreexceso que provocaban situaciones muy críticas. No ha sido un coqueteo con la muerte, sino una convivencia obligada con la idea de que podía morir en cualquier momento.

Alonso Caparrós.
Alonso Caparrós.
JORGE PARÍS

¿Qué es lo peor de tener una adicción? Todo. Pierdes las capacidades para razonar, amar, querer y ser querido. Las capacidades buenas que tiene el ser humano no desaparecen, pero quedan enterradas bajo todo eso.

¿Uno mismo es su mayor enemigo, pero también, como en su caso, su mayor salvación? Sí. El 'maestro interior', todas esas cosas que suenan a mágicas, y no lo son. Creo que todos tenemos una voz a la que hace mucho que dejamos de escuchar y que en realidad es una voz que nos dicta, lo que pasa es que con quien menos estamos acostumbrados a tratar es con nosotros mismos. A mí me vino muy bien hacer ese trabajo conmigo mismo, porque encontré las respuestas en mi interior.

"Decidí que dejaba la tele para siempre. Mi vuelta yo no la busqué, yo nunca llamé a las puertas, se fueron abriendo solas"

En su caso, ¿la televisión influyó negativamente? No. La tele es maravillosa. En mi caso, lo que agravó lo que me pasaba no era el ámbito de la televisión, sino la fama, el éxito y el dinero, y eso lo puedes tener también en otros ámbitos. 

Viene de una familia muy conocida en el mundo de la comunicación. ¿Cómo le ayudó en su adicción? ¿Le ha llegado a pesar pertenecer a ella? No, nunca me ha pesado. Y, en lo que se refiere a si mi familia ha sido eficaz en el tema de mi adición, creo que no. Y no lo ha sido por ignorancia. Antes había mucha menos información. Hay veces que se excluye de las terapias a miembros de la familia que a lo mejor no están preparados o que culpabilizan al enfermo. Es muy delicado. Precisamente, por esos lazos afectivos, puede ser más perjudicial que beneficiosa a la hora de tratar estos temas.

¿Cómo le afectó su adicción en lo profesional? El trabajo me dejó de importar, porque eso se convirtió en un problema secundario. En un momento dado decidí que dejaba la tele para siempre. Mi vuelta a la televisión yo no la busqué, yo nunca llamé a las puertas, se fueron abriendo solas.

¿Cómo recuerda su etapa en Furor? Es verdad que estuvo acompañada de todo mi problema, pero fue muy bonita. Entrar con veintitrés años en Antena 3 y tener ese éxito con un programa que se metió en la cabeza de la gente de aquella manera y que lo recuerda con tanto cariño es un privilegio al alcance de muy pocos.

"El ser guapo, o parecerlo, creo que me desnortó en muchas ocasiones, fue prejudicial para mí"

¿Cómo llevaba eso de ser uno de los hombres más deseados del país? ¿Llega uno a perder la cabeza? Hace poco visité al sacerdote que yo tenía en el colegio y me dijo: 'uno de tus grandes problemas es que eras guapo'. Y es verdad. El ser guapo, o parecerlo, porque yo nunca me he sentido así, creo que me desnortó en muchas ocasiones, porque al final, en mi caso, era una vanidad perjudicial. Yo creo que sí, me perjudicó en muchas cosas.

¿Cómo ha sido capaz de reinventarse profesionalmente hasta, ahora, triunfar en Sálvame? Es un trabajo que ha requerido un esfuerzo especial, porque yo el corazón no lo manejaba, pero todo es trabajo y disciplina. Colaborar me encanta, pero no es mi medio natural, que siempre ha sido presentar. Ahí es donde gozo de verdad.

ALONSO CAPARRÓS

  • Alonso (Madrid, 24 de noviembre de 1970, 50 años) es hijo del periodista Andrés Caparrós y hermano del también presentador de televisión Andrés Caparrós. Su primera oportunidad ante las cámaras fue con 20 años de la mano de María Teresa Campos. Luego triunfó en 'Furor', participó en 'GH VIP', presentó 'Punto Pelota' y ahora colabora en 'Sálvame'.

¿Teme convertirse en uno de esos personajes de los que habla el programa? ¡Sí! (ríe nervioso). Cuando empecé a colaborar no me importaba, pero voy evolucionando y ahora quiero no ser personaje, solo deseo mantenerme en mi puesto. Sálvame me ha dado muchísimo, no solamente como programa, sino la gente, en la figura de jefes y directores, que me han tratado con un cariño, un respeto y una confianza que han sido vitales para mí.

¿Cómo mira ahora al futuro? Está en blanco. Puedo escribir lo que quiera, y me encanta tener esa libertad.

Daniel Mateo
Periodista Cultural '20minutos'

Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Redactor especializado en cultura, especialmente música, espectáculos y televisión. Tras pasar por el diaro AS y la Cadena Ser, formo parte 20minutos desde 2006, primero en Deportes y, desde 2018, en Cultura y Estilos de vida.

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