Navarra

Dos turnos diarios de lunes a domingo, historia de una 'kelly' en Pamplona

Dos camareras de piso trabajando en un hotel.
EUROPA PRESS

Dos turnos de trabajo diarios, de lunes a domingo y durmiendo en una cama supletoria en el almacén. Es el infierno que tuvo que pasar durante más de seis años una camarera de piso (empleadas conocidas como kellys) en el hotel Castillo de Javier de Pamplona, cuyo propietario ha sido condenado a nueve meses de prisión.

Pepa, que entonces tenía 57 años, comenzó a trabajar en este pequeño hotel de Pamplona, de 18 habitaciones, en diciembre de 2018, para intentar ahorrar un dinero con el que ayudar a su familia en Bulgaria.

Las condiciones en las que Pepa ha trabajado en este hotel hasta abril de 2015 se relatan con toda crudeza en la sentencia firme de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra, que ha condenado por un delito contra los derechos de los trabajadores a su propietario, Juan Carlos Ciprés.

Sin saber una palabra de español, la empleada comenzó a hacer dos turnos diarios, de 08.00 a 15.00 horas para la limpieza de las habitaciones, y otro de noche a partir de las 23.00 horas, momento en que se cerraba la recepción.

Pepa, que en seis años no tuvo ni un solo día de descanso, dormía en el ático del edificio, destinado a almacén de limpieza y ropa de cama. Era una estancia pequeña, mal iluminada y sin ventilación exterior, donde tenía un exiguo mobiliario: una cama supletoria, un lavabo, una cómoda, un armario de tela y una televisión.

En la sentencia, en la que condena asimismo al propietario del hotel al pago de una indemnización de 3.000 euros, se subraya el hecho de que "esta clamorosa situación" de vulneración tanto de las condiciones laborales como de las necesarias para llevar una vida digna se prolongara durante seis años y cinco meses.

Para denunciar la situación de esta trabajadora, este viernes ha tenido lugar, en la calle San Nicolás de Pamplona, una concentración de LAB y SOS Racismo frente al hotel en la que se ha portado una pancarta con el lema "Castillo de Javier explotador!".

Izaskun Juárez, secretaria de LAB en la Comarca de Pamplona, ha señalado a los medios de comunicación que en la sentencia se ha concluido "que había una explotación", pero resulta "súper grave que no se reconozca que a esta persona se le ha explotado" por ser mujer y por ser migrante.

Esos dos factores, ha dicho, unidos a que Pepa no hablaba español, crearon "una situación de desamparo y de vulnerabilidad" a esta trabajadora durante más de seis años.

Juárez ha afirmado que "seguramente" este hotel no es el único donde se den estas situaciones, por lo que ha hecho un llamamiento a la clase trabajadora "a organizarse, a empoderarse, a luchar y a denunciar" este tipo de abusos.

loading...