Valencia

El acusado del parricidio de Godella dice que su pareja le confesó: "No pasa nada. Los he matado, pero los puedes renacer"

El acusado del parricidio de Godella dice que su pareja le confesó: "No pasa nada, los he matado pero los puedes renacer".
20M EP

Gabriel, el padre acusado de asesinar junto a su pareja a sus dos hijos en la localidad valenciana de Godella en marzo de 2019, ha declarado este lunes ante un jurado popular que, tras encontrar restos de sangre en el jardín mientras buscaba a los niños, le preguntó a María qué había pasado y ella le contestó: "No pasa nada, los he matado, pero los puedes hacer renacer". "Lo tengo grabado en la mente", ha afirmado.

Los dos acusados se han sentado este lunes en el banquillo en la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de València, acusados de asesinar a sus dos hijos -Amiel, de tres años y medio, e Ixchel, de apenas seis meses- en un ritual practicado en una casa de campo en Godella.

El fiscal pide para el padre 50 años de cárcel por dos delitos de asesinato con la circunstancia agravante de parentesco, mientras que para la mujer, María, solicita una medida de internamiento al apreciar la eximente completa de anomalía psíquica. En el momento de los hechos, esta sufría una esquizofrenia de tipo paranoide, que se encontraba en fase de brote agudo y que anulaba las bases psicobiológicas de su inteligencia y voluntad.

Gabriel ha prestado declaración durante dos horas y media, de la que se ha ausentado por propia voluntad su pareja y acusada, y continuará testificando este martes. Durante su intervención, ha contado que esa noche se acostó con el niño en la cama y se quedó dormido y María permaneció con la niña fuera en el sofá. A preguntas del fiscal de si en una casa tan pequeña no se enteró de que ella cogió a la niña, se la llevó a la piscina y volvió a entrar a por el niño, ha asegurado: "No, de nada".

Niega los rituales de magia negra

Según su relato, se despertó por la mañana porque María se le estaba subiendo encima para tener relaciones sexuales y, al no ver a los niños, comenzó a buscarlos mientras ella le decía que estuviera "tranquilo", que estaban "en un sitio seguro". Ella, que iba desnuda, lo guio hasta el cementerio y le decía cosas "delirantes", como que "tenían que hacer el amor antes de que saliera el sol" y que los "niños estaban en su mente y en su corazón". Entonces, le exigió que le revelara dónde se hallaban, ella se encerró en casa y, mientras los buscaba por el jardín, encontró sangre en las escaleras de la piscina.

Mientras tanto, ella, según ha relatado, lo miraba por la ventana con la cara "desencajada" y, al entrar en la habitación, la encontró en la cama descansando. Fue entonces cuando le preguntó qué había hecho con los niños y ella le confesó: "No pasada nada, los he matado, pero los puedes hacer renacer".

Gabriel ha negado que mataran a los niños de común acuerdo con María y ha justificado que no se acuerda de lo que le dijo a la Guardia Civil porque estaba "en estado de shock": "Mi mujer había enloquecido completamente y mis hijos habían desaparecido, no sé qué pasó".

Asimismo, ha negado haber hecho rituales de magia negra ni de purificación de agua con sus hijos. Además, ha afirmado que no creía en la existencia de una secta que los perseguía ni hacían turnos de vigilia por las noches. Respecto a las anotaciones encontradas en una libreta, ha explicado que corresponden a la reproducción que él hizo de "los delirios" de María días antes de los hechos y por los que la llevó al psiquiatra.

Agresión brutal

Por su parte, la defensa del padre ha pedido la libre absolución, ya que asegura que fue la madre quien llevó a los niños fuera de casa mientras él dormía y "sin su conocimiento" los golpeó en la zona de la cabeza. Esta "brutal agresión", ha afirmado, fue lo que causó la muerte de los pequeños y posteriormente procedió a enterrar los cuerpos sin vida en la parcela también "sin conocimiento ni intervención" de su defendido.

Así, ha recalcado al jurado que se trata de un caso "construido exclusivamente con sospechas" y que no se encontrarán más pruebas porque "no las hay". En ese sentido ha advertido: "No se juzgan las ideas, ni las personas, ni si era un bueno marido, sino los hechos".

Del mismo modo, la abogada de la madre ha pedido la libre absolución de María al afirmar que no ejecutó los actos que le imputa la Fiscalía y que solo procedió a enterrar los cuerpos de sus hijos cuando se los encontró ya sin vida.

Atribuir un hecho "terrible" a "una mente perturbada"

En ese sentido, ha pedido al jurado que "no se dejen llevar por las apariencias" porque es "muy fácil" atribuir un hecho "terrible" a "una mente perturbada". Sin embargo, ha recalcado, "porque tuviera un brote no tiene por qué ser la autora, se necesita más de un indicio para probarlo".

Asimismo, la letrada ha resaltado que María "nunca" ha declarado "en ningún sitio", sino que solo hizo unas manifestaciones cuando fue detenida en "estado de absoluta obnubilación y bajo los efectos plenos de brote" y "dijo haber matado a sus hijos como podría haber dicho cualquier otra fantasía".

Por el contrario, ha definido a Gabriel como una persona "violenta, irascible y altamente manipuladora" hasta el extremo de que separó a María de todos sus amigos y familia para "tenerla en casa y que otras personas no pudieran conminarla" y "no movió un dedo para ayudarla ni a ella ni a sus hijos para ponerlos a salvo viendo el estado en el que se encontraba".

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