Segunda Ebau en pandemia: "Estamos más acostumbrados a la situación pero el curso ha sido complicado"

Varios alumnos, en una de las aulas de la Universidad Complutense, antes de que dé comienzo la Ebau 2021.
Varios alumnos, en una de las aulas de la Universidad Complutense, antes de que comience la Ebau 2021.
Elena Buenavista
Varios alumnos, en una de las aulas de la Universidad Complutense, antes de que dé comienzo la Ebau 2021.
Varios alumnos, en una de las aulas de la Universidad Complutense, antes de que comience la Ebau 2021.
Elena Buenavista

Llevan un año yendo a clase con mascarilla, gel hidroalcohólico y teniendo que mantener la distancia de seguridad. Ya saben lo que es hacer exámenes bajo las medidas higiénico-sanitarias a las que obliga el coronavirus. En eso cuentan con ventaja respecto a quienes tuvieron que hacer la Evaluación para el Acceso a la Universidad en 2020, cuando se convirtió en la primera cita masiva tras el confinamiento domiciliario. Pero por segunda vez la Ebau se realiza en un contexto inusual y después de un curso atípico, lo que para muchos estudiantes supone un plus de dificultad.

"El curso ha sido complicado. La Covid lo ha dificultado bastante. Ha sido difícil pero venimos con cierta experiencia sobre las normas que tenemos que seguir y más acostumbrados a la situación", cuenta Laura Barber, sentada junto a varias amigas a las puertas de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Complutense. A la espera de que les indiquen que pueden ir entrando en el edificio, situado en el campus de Somosaguas, echan un último vistazo a los apuntes. "Los miramos por encima porque repasar nos pone más nerviosas", afirman. 

Ellas forman parte de los cerca de 38.000 alumnos madrileños que desde este lunes se presentan a estas pruebas. La Ebau comenzó la semana pasada en Murcia, La Rioja y Navarra, y esta es el turno de Castilla La Mancha, la Comunidad de Madrid, Aragón, Asturias, Baleares, la Comunidad Valenciana, Cataluña, Extremadura, Galicia, País Vasco, Canarias, y Castilla y León. 

"Ha sido complicado porque empezamos yendo de forma semipresencial", continúa Laura y agradece que a mitad de curso su instituto recuperase la plena asistencia para los estudiantes de 2º de Bachillerato. "Si se hubiesen mantenido las clases a distancia no hubiese aprendido tanto. La presencialidad se nota un montón", afirma. "De forma online te terminas enterando entre poco y nada", interviene su compañera María Ramos. 

"De forma 'online' te terminas enterando entre poco y nada"

A pocos metros y también antes de enfrentarse al primer examen, Carlos López coincide en destacar los beneficios de la educación presencial. En su centro se ha mantenido durante todo el año académico y considera que ha sido "una suerte". "A la hora de dar el temario es mucho mejor que en casa. Te enteras mejor, es más fácil resolver dudas, es más llevadero...", comenta, mientras desde la organización comienzan a pedir a los asistentes que vayan accediendo al aula que les corresponde. Los jóvenes han acudido con tanta antelación, que sobre las 8.30h -una hora antes de que arranque la prueba-, la mayoría ya se encuentran acomodados en su sitio.  

Es el caso de Daniel Villas, que, aunque está un poco nervioso, cree que lo lleva bien. Para él, desafortunadamente, los tres trimestres han sido semipresenciales. "Todo tiene cosas buenas y malas. Hay gente que se concentra mejor en casa, pero yo en clase estoy más atento. Me hubiese gustado ir más. Creo que en algunos colegios se ha dado más importancia a la ESO, con todo el curso presencial, que a nosotros en este año tan importante. No me ha parecido del todo correcto pero siempre hay que adaptarse", indica desde detrás del pupitre.

Desdobles

Según datos del Gobierno autonómico, el 90% de los centros que imparten 2º de Bachillerato han conseguido mantener la presencialidad "por encima del mínimo establecido en las normas iniciales" y el 50% de los públicos y el 64,4% de los concertados han ofrecido todas las clases de forma presencial. Pese a ser porcentajes elevados, no engloban a la totalidad del sistema educativo, lo que ha generado ciertas críticas sobre posibles agravios comparativos entre unos alumnos y otros. Para intentar hacer frente a esas diferencias, el modelo de la Ebau se ha vuelto a flexibilizar: cada examen consta de las habituales opciones A y B pero los chavales pueden elegir entre hacer uno de los bloques íntegro o mezclar preguntas de ambos.

"Las características de las pruebas vienen establecidas por una orden del Ministerio de Educación, que nos ha pedido que las adaptemos al contexto. Por eso de nuevo tienen la máxima optatividad", ha explicado Rosa María de la Fuente, vicerrectora de Estudiantes de la Complutense. En esa línea, también se han intentado "minimizar los riesgos" manteniendo el desdoble, lo que en Madrid lleva a que la evaluación se celebre a lo largo de cuatro días, en vez de tres como venía ocurriendo. 

En esta jornada se examinan de las asignaturas troncales -Lengua, Historia e Inglés- solo los alumnos de Ciencias. El martes lo harán los del resto de modalidades y durante el miércoles y el jueves se celebrarán los controles de las optativas. Esto, junto a un elevado número de sedes abiertas, permite que las aulas estén a menos de un tercio de sus capacidad y se pueda guardar la distancia interpersonal de 1,5 metros. 

Lo que no perdura es la distribución por colores. En la anterior convocatoria, para gestionar la presencia dentro de los edificios, cada universidad optó por un sistema, que en el caso de la Complutense se basó en pulseras. El objetivo fue acotar el aforo por zonas y poder hacer un mejor rastreo ante un posible caso de Covid. Divididas en cuatro tonos distintos, cada una daba acceso al lugar del examen y a unos espacios comunes y unos baños concretos, marcados con círculos en las puertas y líneas en el suelo. 

"Es la segunda Ebau que celebramos adaptada a la pandemia. En la comisión organizadora llevamos trabajando en ello casi desde que finalizó la anterior, pero en mejores condiciones. Este año ha sido más fácil", ha remarcado De la Fuente. Con la vacunación a buen ritmo y la crisis sanitaria en retroceso, este 2021 ha sido posible flexibilizar algunas medidas e incluso esta vez sí está la cafetería abierta. 

Futuros universitarios

Nadia Vilches, estudiante de 2º de Bachillerato, antes de presentarse a la Ebau.
Nadia Vilches.
Elena Buenavista

"La posibilidad de seleccionar preguntas del bloque A y del bloque B indistintamente está bien pero también nos hace perder mucho tiempo. Hay gente muy indecisa a la que le cuesta elegirlas, como por ejemplo a mí".

Carlos López, estudiante de 2º de Bachillerato, antes de presentarse a la Ebau.
Carlos López.
Elena Buenavista

"En los últimos días he hecho una especie de autoconfinamiento. He salido menos para prevenir un posible contagio porque si me hubiese tenido que confinar y quedarme sin hacer los exámenes me habría fastidiado mucho".

Lidia Larré, estudiante de 2º de Bachillerato, antes de hacer la Ebau.
Lidia Larré.
Elena Buenavista

"Estoy muy nerviosa pero después de haber estudiado tanto tiempo no puede salir tan mal. El curso ha sido más complicado al ser semipresencial. No es lo mismo estar en tu casa que frente al profesor. Nos ha costado más".

Daniel Verdet, estudiante de 2º de Bachillerato, antes de hacer la Ebau.
Daniel Verdet.
Elena Buenavista

"En mi caso ha sido todo presencial. Ha sido complicado por temas como el de la mascarilla pero lo hemos llevado bien. En alguna ocasión hemos tenido a algún compañero confinado pero no nos ha perjudicado globalmente".

Araceli Guede
Redactora '20minutos'

Licenciada en Periodismo por la Universidad Europea de Madrid, estudié después el Máster de Periodismo de El País. En 20minutos desde marzo de 2013, donde desde 2023 realizo labores de coordinadora de la web y portadista. Apasionada de los temas sociales (relacionados con educación, sanidad, inmigración o igualdad) y de denuncia, en 2022 recibí el Premio de Periodismo de la Fundación Grünenthal, en la categoría de Abordaje del dolor infantil.

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