¿Hubo errores o mala praxis? La Guardia Civil revisa su actuación en el caso de las niñas de Tenerife

Patrulleras de la Guardia Civil atracadas en el muelle de Santa Cruz de Tenerife.
Patrulleras de la Guardia Civil atracadas en el muelle de Santa Cruz de Tenerife.
Miguel Barreto / EFE
Patrulleras de la Guardia Civil atracadas en el muelle de Santa Cruz de Tenerife.
La directora general de la Guardia Civil, María Gámez, ha confiado en que los dos días que quedan por delante, antes de que finalice la "tercera prórroga" de las labores de rastreo en busca de Tomás Gimeno y su hija de 1 año, Anna, sirvan para "arrojar más luz" sobre lo ocurrido.
EFE

La Guardia Civil ha abierto una información reservada para revisar la actuación policial desde que se inició la búsqueda de las niñas de Tenerife, según han informado a Europa Press fuentes del Instituto Armado, que subrayan que se trata de un procedimiento habitual en este tipo de casos.

Las citadas fuentes añaden que la Guardia Civil suele abrir de oficio este tipo de informaciones reservadas por afectar a protocolos internos que requieren de sigilo para no perjudicar a futuras investigaciones. 

En este sentido, añaden que sólo se eleva un informe para depurar responsabilidades en el caso de que se constatara algún fallo o mala praxis dentro de la secuencia de actuación.

No se dispararon las alertas

El dispositivo de búsqueda se activó después de que el pasado 27 de abril la madre de las niñas Olivia y Anna alertara a la Guardia Civil de que su expareja, Tomás Gimeno, no le había devuelto las menores. 

Las investigaciones judiciales señalan que una de las llamadas que la madre, Beatriz Zimmerman, hizo a Tomás Gimeno el día de la desaparición, la hizo en presencia de un agente de la Guardia Civil en el cuartel de Radazul. En esa llamada, Gimeno le comunicó a su exmujer sus intenciones de irse con las niñas.

Esta llamada se hizo minutos antes de que, en el puerto de la Marina de Santa Cruz, una patrulla del Instituto Armado le diera el alto a Gimeno cuando iba en su lancha, imponiéndole una propuesta de sanción por saltarse las restricciones horarias del toque de queda por el Covid-19. El padre de las niñas regresaba de la zona en el mar donde habría arrojado al agua los cuerpos sin vida de sus hijas.

Los agentes que lo multaron no preguntaron por las niñas ni procedieron a revisar la embarcación, porque no se les había comunicado que la madre estaba denunciando la desaparición de sus hijas en las dependencias de Radazul. De acuerdo con fuentes de la investigación, la madre no pudo concretar ninguna denuncia por secuestro parental porque no había ningún convenio que regulara las visitas tras la separación de la pareja, en el verano de 2020.

Despedida de su novia

En el relato cronológico, la juez detalló que también el día de la desaparición Gimeno entregó a su actual pareja un estuche lapicero con cinta de embalar. Le pidió a su novia que no abriera el paquete hasta las 23.00 horas, pero ella hizo caso omiso y lo abrió poco después de las 17.00 horas. 

Dentro había un fajo de dinero por importe de 6.200 euros y una carta despidiéndose de ella, en la que le comunicaba sus intenciones de irse con las niñas fuera del país. La mujer, aunque realizó varias llamadas a Gimeno para tratar de que desistiera de sus planes, tampoco lo comunicó a las autoridades.

El pasado 10 de junio el buque oceanográfico Ángeles Alvariño localizó en el fondo marino dos bolsas de deporte, una de ellas rota y vacía y la otra conteniendo el cuerpo sin vida de Olivia.

La labor de búsqueda se centra ahora en localizar a Anna y Tomás Gimeno, a quien el auto de la magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Güímar culpa de presuntamente matar a sus dos hijas en su casa de Igueste de Candelaria, envolviéndolas luego en toallas e introduciéndolas en bolsas de basura, que metió a su vez en bolsas de deporte para lanzarlas al mar sujetas a una cadena, un cabo y un ancla.

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