Cómo evitar un 'verano de la marmota' y una quinta ola en otoño: "Los jóvenes, los más difíciles de vacunar"

Nos adentramos en el segundo verano en pandemia. ¿Será el verano de la marmota? Hay aspectos que se reviven: vuelven las relajaciones de las restricciones para evitar contagios de covid-19, se reabre el ocio nocturno, vuelven las vacaciones, el turismo, los viajes, la movilidad... Pero hay una importante diferencia respecto al verano de 2020: el 30% de la población española ya tiene la pauta completa de la vacunación contra el SARS-CoV-2. 

Un porcentaje que los expertos en Salud Pública consideran todavía insuficiente para flexibilizar algunas medidas como el uso de la mascarilla en exteriores (por el riesgo a la relajación en otros contextos donde sí sea necesaria) o la reapertura del ocio nocturno. 

A la ecuación hay que sumar la variante delta, procedente de la India, de mayor transmisión y que ya ha hecho recular la desescalada en países como  Reino Unido o Portugal, y preocupa en Alemania, Israel o España. 

"Va a ser casi inevitable que este verano no suban los contagios". Así lo advierte el científico e investigador español de la Universidad de Leicester, en Reino Unido, Salvador Macip. Con él coincide el epidemiólogo y profesor de la Universidad de Alcalá de Henares Pedro Gullón, que recalca que "aún queda un 50% de la población por empezar a vacunar, por lo que es probable que en algún momento haya un aumento de la transmisión". Ahora bien, ambos consideran que "lo más lógico" es que estas oscilaciones en la onda pandémica no supongan un incremento de la presión hospitalaria o de la mortalidad.

"Es muy probable que haya un aumento de la transmisión antes de otoño, pero eso no significa que vaya a ser una ola como las que hemos visto en otro momento. Hay que estar muy vigilantes por si el aumento de la transmisión se traduce en muertes o casos graves. En ese caso, habría que replantearse volver atrás en alguna medida. No sé si será en otoño o antes porque ya hemos abierto muchas actividades. El verano pasado ya vimos que la segunda ola (de otoño) comenzó con brotes a lo largo del verano", apunta Gullón.

Por su parte, Macip opina que es "un poco complicado abrir el ocio nocturno, sobre todo porque será la gente joven la que más uso hará de estos locales y son ellos los que precisamente aún están menos vacunados y la variante delta está cada vez más presente en España". 

Con todo, el científico cree que "lo más lógico sería esperar una subida de casos que posiblemente no se seguirá de un aumento importante de ingresos y de mortalidad" y se basa en lo observado en Reino Unido, donde es la gente más joven la que se está contagiando de la variante delta sin que ello se traduzca en un aumento de los casos graves o fallecimientos. 

"Si hay una ola tras el verano o durante el verano, será de características diferentes a las anteriores: habrá más casos pero, esperemos, sin un aumento significativo de mortalidad o casos graves", incide Macip. "Que ahora la variante delta vaya a ser dominante no significa que empecemos de cero, pero hay que estar siempre atentos, día a día", agrega al respecto Gullón, que recuerda que "la variante alfa (la británica) ya es dominante sin que eso haya significado un caos".

"Es un poco complicado abrir el ocio nocturno, sobre todo porque será la gente joven la que más uso hará de estos locales y son ellos los que precisamente aún están menos vacunados"

Este martes se han publicado las conclusiones de una investigación realizada por el Consorcio SeqCOVID en la que se han secuenciado más de 17.000 muestras del coronavirus. 

Según el equipo internacional de investigadores, en el que se encuentran Fernando González, catedrático de Genética de la Universidad de Valencia e investigador de Fisabio, e Iñaki Comas, del Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV), del CSIC, la movilidad del verano y controles poco severos expandieron por Europa la variante del SARS-CoV-2 detectada en España en 2020 denominada como 20E/EU1. 

En un trabajo publicado en la revista Nature, los científicos advierten de que es "necesario" encontrar el "equilibrio justo" entre economía y prevención "para evitar cometer los mismos errores en el verano de 2021" y aunque destacan que se ha avanzado mucho en la vacunación, señalan que "nos enfrentamos a variantes como la delta, que son más transmisibles especialmente entre los no vacunados y los que solo llevan una dosis". 

El ritmo de vacunación, en peligro por las vacaciones

El catedrático en Salud Pública por la Universidad de Navarra y de Harvard (EE UU) Miguel Ángel Martínez-González, Premio Nacional de Medicina Siglo XXI, señala otro aspecto a tener en cuenta este verano. En su opinión, la campaña de inmunización "no alcanzará el objetivo de llegar al 70% de la población con la pauta completa antes de que termine el verano". 

El médico reconoce que el ritmo actual es "magnífico" pero se muestra escéptico a que este se pueda mantener durante el verano. Y expone las razones: "Cuestiones de factibilidad, las vacaciones del personal sanitario, la más difícil localización de las personas a las que les toca vacunarse, que se van de vacaciones, que son ya los más jóvenes, que tienen menos sensación de riesgo, menos incentivos para acudir, y están menos familiarizados con los servicios sanitarios".

El también coautor del recién publicado La Sanidad en llamas (Planeta) recuerda, al igual que sus colegas, que el verano pasado "no se tomaron medidas y en el otoño vino una segunda ola terrible". 

Además de la variante delta, de la que "ya hay transmisión comunitaria", el doctor abunda en que este año la fatiga pandémica y la falsa sensación de seguridad ante "anuncios de que el virus está bajo control", conllevan a un fenómeno archiconocido como "compensación de riesgos", que conducen a la población a sentirse "más segura de lo que realmente está cuando ya ha tomado alguna medida, en este caso la vacunación, y entonces es más imprudente".

El catedrático en Salud Pública insta a seguir llevando la mascarilla en espacios al aire libre "concurridos y en los que no se puede guardar la distancia", al tiempo que propone continuar con el "modélico a nivel mundial" estudio de seroprevalencia de la población española ENE-COVD, aunque sea en una versión "menos ambiciosa pero más práctica", es decir, reduciendo la muestra pero aumentando la frecuencia. Martínez-González concluye recalcando la necesidad de avanzar en la inmunización de los más jóvenes, que son "vectores frescos de transmisión" porque no notan los síntomas pero contagian la covid-19 sin saberlo.

"Normalizar" el pasaporte covid

Por otro lado, el epidemiólogo e investigador ICREA del Instituto de Salud Global de Barcelona, Quique Bassat, que reconoce que "desgraciadamente estamos en el día de la marmota desde febrero de 2020", añade la idea de que en los próximos meses tendremos que "acostumbrarnos al pasaporte biológico: en otoño pilotaremos cómo funciona, no solo para viajar, también para ir a bodas, al cine, al teatro... Tendremos que normalizar el demostrar que estamos libres de un bicho para poder hacer algo, no es tan dramático", considera.

El también pediatra Bassat expresa su preocupación por que este verano es el turno de la vacunación de los más jóvenes, que, señala, es "el grupo más difícil de vacunar, son más reacios, hay negacionistas, y creen que no las necesitan al no ser tan vulnerables a la enfermedad. Ahora puede ser que las altas coberturas de vacunación flaqueen, que se creen bolsas de susceptibles y entre ellos se pueden introducir los brotes en los próximos meses".

Gullón recuerda que este verano deberíamos aprender de lo vivido el pasado, cuando los primeros brotes se dieron entre trabajadores temporeros

No obstante, Bassat, al contrario que Martínez-González, considera que el próximo otoño "estará prácticamente toda la población vacunada" y cree que los posibles brotes "deberían serán pequeños" y, por ello, "fáciles de aislar, rastrear y secuenciar". Antes futuros brotes, pide ser "muy estrictos" con el seguimiento y la secuenciación de los casos "para entender si ha cambiado algo" en la evolución de la pandemia. 

Asimismo, Gullón recuerda que este verano deberíamos aprender de lo vivido el pasado, cuando los primeros brotes se dieron entre trabajadores temporeros, por lo que pide prever la vacunación de este colectivo y "mejorar" las condiciones de sus viviendas.

Por último, mientras Martínez-González augura que el próximo otoño "dependerá de cómo nos comportemos este verano", Bassat asevera que "seguro que todavía no será normal", aunque "es menos esperable que haya una catástrofe".