Madrid

Accesibilidad total, tornos interactivos, máquinas de billetes nuevos... las novedades de la estación de Gran Vía

Metro de Madrid ha inaugurado este jueves la estación de Gran Vía, que estaba cerrada al público desde agosto de 2018. Las obras han remodelado y modernizado una parada por la que se prevé que pasen 66.000 viajeros al día. Además, se estrena también la conexión peatonal subterránea con la estación de Cercanías de Sol.

La empresa pública ha querido que Gran Vía sea una suerte de banco de pruebas de las últimas tecnologías de control de accesos, monitorización y seguridad. También en cuanto a inclusión y eliminación de barreras físicas y sensoriales: la nueva estación es totalmente accesible gracias a la instalación de nuevos ascensores y la renovación de escaleras mecánicas. 

Metro prevé ir extendiendo por el resto de la red los dispositivos que estrena Gran Vía esta semana y así inaugurar una nueva era en el suburbano madrileño, que cumplió 100 años en funcionamiento en 2019. Estas son las principales novedades que irán descubriendo los madrileños cuando, a partir de este viernes a las 6.00 horas, puedan volver a hacer uso de la céntrica parada. 

Plenamente accesible

En Gran Vía se han instalado cuatro nuevos ascensores y 13 escaleras mecánicas que están conectadas y monitorizadas con el puesto de control de Metro.

Se han instalado sistemas de apertura fácil en las puertas para personas con movilidad reducida, además de tiras antideslizantes en escaleras fijas, etiquetas braille en los pasamanos, señalización de elementos de accesibilidad, pasamanos a doble altura, interfonos de comunicación adaptados, o pavimentos de tacto visual cerámico para facilitar sus desplazamientos. 

Últimas tecnologías de acceso

Las máquinas de venta de títulos de transporte que se han instalado en Gran Vía también son nuevas. Se han instalado 14 dispositivos con tecnología 4.0, nuevo diseño y prestaciones más eficaces. 

Las pantallas de las nuevas máquinas son más grandes, ofrecen pago sin contacto, se ha mejorado el diseño del interfaz y ofrecen  la posibilidad de acceder al servicio de atención al cliente a través de una videollamada.

Los tornos de entrada al suburbano, 17 en total, también son nuevos. Se trata de un modelo que no tiene barras metálicas, sino hojas. Ocupan menos espacio, disponen de una interfaz más intuitiva y una pantalla que informa al usuario sobre la validación del título de transporte empleando gráficos y texto. 

Las puertas tienen iluminación LED en el lector sin contacto y en el suelo para informar al viajero sobre el resultado de la validación. Seis de los 17 equipos  están destinados a usuarios con movilidad reducida, distribuidos en dos vestíbulos.

Una ventana a la historia

La remodelación integral de Gran Vía se retrasó más tiempo de lo previsto, en parte, por el hallazgo de numerosos restos arqueológicos. Con ellos, en el segundo nivel de la estación, se ha instalado un pequeño museo. La intervención en Gran Vía también ha recuperado un mural cerámico de Miguel Durán-Lóriga que llevaba medio siglo oculto. En él se reproduce el templete que diseñó el arquitecto Miguel Palacios para servir de entrada a la primera estación, una de las primeras que se puso en funcionamiento en la capital. 

En la superficie, también se ha construido una réplica de esta instalación, fabricada en granito de Porriño. 

Túnel peatonal que conecta con Sol

La inauguración de Gran Vía también supone la puesta en funcionamiento del túnel peatonal que conectará la nueva estación con la parada de Cercanías de Sol. Se han instalado cuatro rampas mecánicas para salvar el importante desnivel existente entre ambas estaciones y, en el vestíbulo previo a la conexión de la galería se ha creado un nuevo control de acceso con tornos y máquinas de autoventa.

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