Abre la primera residencia de mayores de Cataluña inspirada en el modelo nórdico de espacios compartidos

  • El edificio tiene capacidad para 99 residentes agrupados en unidades de convivencia y con cocina y salas de estar.
Al menos doce usuarios de una residencia de mayores de Logroño, positivos por coronavirus
Usuaria de una residencia de mayores.
20M EP
Al menos doce usuarios de una residencia de mayores de Logroño, positivos por coronavirus

Sant Adrià de Besòs, en Barcelona, acoge la primera residencia de mayores de Cataluña inspirada en el modelo nórdico de unidades de convivencia, que permite que cada residente tenga su propio espacio y pueda hacer uso de zonas comunes con grupos reducidos, como una pequeña cocina y salas de estar.

Permite, además, recibir visitas y hacer pequeñas celebraciones con gente de fuera del centro. El edificio se encuentra en el barrio de Sant Joan Baptista y es propiedad de Residència Barcelona S.L., una empresa familiar que ya dispone de un centro en el barrio barcelonés de Horta y que ahora apuesta por incorporar el nuevo concepto con los matices propios de la cultura mediterránea. 

La residencia tiene capacidad para 99 personas, y abrirá puertas en las próximas semanas.

El modelo parte del concepto de atención centrada en la persona, es decir, situando al residente en el centro de la gestión. Es por este motivo que se piensa en una propuesta que emula un piso con diversas habitaciones, donde cada usuario "comparte piso" con su unidad de convivencia, con unos espacios de uso limitado a esta unidad, mientras que también tiene acceso a otras que son comunes para el resto de unidades.

"Antes, las residencias estaban pensadas como hospitales, mientras que en los países nórdicos el concepto de residencia sitúa al usuario en el centro, y hemos querido adoptar este modelo para demostrar que es posible gestionarlo aquí", explica Víctor Sabatell, arquitecto del estudio B\TA Arquitectura. El objetivo, añade, es crear un entorno agradable, donde el usuario pueda estar en su habitación pero también aprovechar los espacios de la su unidad de convivencia y compartir el día a día con el resto de usuarios.

"Antes, las residencias estaban pensadas como hospitales, mientras que en los países nórdicos la residencia sitúa al usuario en el centro, y hemos querido adoptar este modelo para demostrar que es posible gestionarlo aquí"
Fachada de la primera residencia de mayores de Cataluña que adopta el modelo nórdico de espacios compartidos.
Fachada de la primera residencia de mayores de Cataluña que adopta el modelo nórdico de espacios compartidos.
ACN

Así, el edificio tiene seis espacios divididos con capacidad para una veintena de usuarios en cada unidad de convivencia. El epicentro es una sala de estar, que tiene elementos tecnológicos como un televisor de grandes dimensiones, pero también un mobiliario que combina estilos modernos y más clásicos. Una librería, juegos de mesa, mesas y sillas y una cocina equipada con fuego, horno, microondas y nevera completan los servicios de esta sala.

En cuanto a las habitaciones, las hay individuales y de dobles, con posibilidad de tener balcón con una silla y una mesa, o salida a una terraza comunitaria. Los residentes disponen de servicios comunitarios, abiertos a todas las unidades de convivencia, como una sala de cine, un gimnasio, peluquería, y una terraza con una pista de petanca y, en un futuro, un huerto urbano.

"El objetivo es acercar la residencia al concepto de hogar, donde el usuario entre con su llave y tenga instalaciones propias de una casa", apunta Inés Manero, copropietaria de la residencia. Junto con su hermana Felicidad, ya gestionan otra residencia en el barrio de Horta, y ahora han apostado por incorporar el modelo nórdico como nuevo concepto dirigido a gente mayor, y sin que suponga un incremento en la cuota respecto a otras residencias con servicios similares, aseguran.

A pesar del uso común de espacios como el gimnasio o la sala de cine, la compartimentación en seis pisos diferentes facilita que se puedan aplicar medidas de confinamiento en caso de que haya un positivo de Covid. "Disponemos de una unidad con zona roja en la que se ubicarán los contactos posibles con un positivo, otra amarilla para acoger a los que puedan estar contagiados y el resto de usuarios quedarán aislados en sus unidades", explica Manero.

"El objetivo es acercar la residencia al concepto de hogar, donde el usuario entre con su llave y tenga instalaciones propias de una casa"

La residencia ya está preparada para abrir puertas a la espera de los últimos permisos de la Generalitat, por lo que se prevé que comience a recibir usuarios en las próximas semanas.

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