Barcelona

Barcelona inicia su transición hacia la 'economía del donut', un modelo productivo más "realista" y sostenible

Un puesto de frutas y verduras del mercado de Sant Antoni de Barcelona.
ACN

Barcelona tiene intención de cambiar su modelo productivo actual y basarlo en la ‘economía del donut’, un modelo propuesto por la economista y profesora de la Universidad de Oxford Kate Raworthn, que tiene en cuenta el contexto de emergencia climática y también las desigualdades existentes entre personas. A día de hoy, ya se está aplicando en ciudades como Copenhague, Amsterdam y Bruselas. La puesta en marcha de esta iniciativa la ha anunciado este jueves el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia.

Pero, ¿Qué tienen que ver los donuts con todo esto? Imagina la forma de una rosquilla. Está delimitada por dos círculos, uno más grande y otro más pequeño, con un agujero en medio. La idea es que en el agujero se encuentran las desigualdades sociales, la falta de prestaciones básicas para tener una cierta calidad de vida (comida, vivienda, salud...). En cambio, en el otro lado -en el exterior de la rosquilla- se encuentra todo aquello que supera los límites planetarios, como la contaminación.

¿Y qué hay entre los límites del agujero y el exterior? Pues el donut: un espacio seguro que no supera los límites del planeta, ni tampoco deja a nadie en el agujero de la desigualdad. Y es aquí donde debería moverse la economía, sin salirse de ninguno de los dos extremos; respetando al medio ambiente, pero también a las personas, según la teoría de Raworthn.

Esquema explicativo de la 'economía del donut'.
AJUNTAMENT DE BARCELONA

La 'economía del donut' pretende dejar atrás el actual modelo económico que se basa el Productor Interior Bruto -es decir, en el nivel de producción-. En lugar de fijarse en la producción, el nuevo modelo toma como referencias el bienestar humano y los límites de la Tierra.

“Es una mirada más realista de la economía”, ha asegurado el catedrático de Economía de la Universitat de Barcelona, Enric Tello, este jueves en rueda de prensa. “En el agujero no debería haber nadie, pero hay gente que se encuentra en él fruto de una economía que no funciona bien para todo el mundo”, ha añadido.

El cambio que quiere dar Barcelona

La cuestión ahora es cómo lo hará Barcelona para intentar hacer esta transición. El primer paso será hacer un diagnóstico de la situación actual: descubrir cómo está ahora mismo la capital catalana, y qué se escapa de los límites del donut. Para ello, el consistorio ha comenzado a colaborar con el Doughnut Economics Action Lab, que determinará las fortalezas, debilidades y objetivos para la ciudad.

A partir de aquí -y ahí viene lo complicado-, el ayuntamiento tendrá que contar con la participación del sector privado y de las diferentes entidades de la ciudad para que se involucren y colaboren en el cambio. Entonces, se abrirá un debate con todos los actores para, en palabras del profesor Tello, “avanzar hacia este espacio justo y seguro para Barcelona y toda la humanidad”. 

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