A finales de julio, componentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil habían dispuesto un operativo nocturno para la detección de posibles furtivos en las zonas de Pontejos, Elechas y Pedreña. En ese operativo, una patrulla terrestre observó a un vehículo que le infundió sospechas cuando circulaba en dirección a Pedreña.
Los efectivos interceptaron el vehículo, que estaba ocupado por los dos hombres, vecinos de Santander, con cinco cajas de percebes en el maletero y sin documento acreditativo alguno de su procedencia.
Los percebes se pesaron en la lonja de Santander y arrojaron un peso de 39,600 kilos. Al día siguiente en el Banco de Alimentos de Cantabria, según ha informado la Guardia Civil.
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