Telecinco y Cuatro emitieron este martes la primera entrega de Secret Story: cuenta atrás, el programa presentado por Carlos Sobera sobre el reality de Mediaset. Se trató de un estreno lleno de lágrimas y de fantasmas del pasado, todo ello vertebrado por la línea secreta de la vida de Sofía Cristo y por los comentarios desde plató de su madre, Bárbara Rey.

Pero antes, el formato emitió unos vídeos en los que la DJ hablaba sobre su infancia. La joven se acercó a Bigote Arrocet, amigo de su familia, para que compartiera con ella cómo eran y si tenía recuerdos positivos sobre ellos. 

Y es que, pese a tener en mente una infancia feliz, la también intervencionista contó que no guardaba en su memoria momentos en los que sus padres estuvieran bien, sino el miedo permanente a que Ángel Cristo matara a su madre, a la que maltrataba.

Al inicio de la línea secreta de la vida, la joven habló de que, a pesar de sentir devoción por su padre, fallecido en 2010, recordaba escenas muy desagradables además de las agresiones, como cuando su padre persiguió en coche a su madre por todo Madrid u otra ocasión en la que se llevó todos los muebles de la vivienda de la artista.

Además, Ángel Cristo tuvo un papel fundamental en el momento en el que la DJ se aficionó a las drogas, algo que ocurrió cuando ella tenía tan solo 14 años. Al respecto, Bárbara Rey contó que su padre la mandaba a por droga, y recogió unas impactantes declaraciones de Ángel Cristo en televisión: "Le doy cocaína a mi hija porque la que consigue ella es mucho peor".

Para la exvedette, era paradójico que una cadena que en su momento permitiera eso sin intervenir a favor de ella o de su hija, ahora fuese adalid en la lucha contra la violencia machista u otro tipo de cuestiones sociales, en una clara alusión al documental Rocío, contar la verdad para seguir viva. 

"Aquí muchas veces se habla de los malos tratos y de las cosas que los padres o las madres hacemos a los hijos. En un programa de corazón que no recuerdo, Ángel dijo que le daba cocaína a su hija ya que era mucho mejor de la que ella se iba a poder comprar o encontrar. Y nunca nadie salió ni a defendernos ni a ella ni a mí. Agradezco que mi hija quiera a su padre, porque lleva su sangre. Pero lo hemos pasado realmente mal", explicó ante Carlos Sobera, que rápidamente cambió de tema.